- Vamos, dime. Quiero concentrar mi mente en otra cosa que no sea en la ausencia de Frank.
Mi voz se escucha suave y muy baja en el enorme silencio que nos cubre a ambos.
Nos encontrábamos sentados el uno enfrente al otro en el cálido suelo del lugar. Yo mantengo recargada mi espalda en la pared contigua mientras mis piernas están estiradas a todo su esplendor por el suelo, sigo con la ropa que me había colocado el amanecer anterior, sin ni si quiera importarme ni una mínima parte que esta noche es calurosa y que en verdad desearía quitarme todos estos ropajes que cubren mi cuerpo. Pero, bah, no tiene relevancia para mi usar o no ropa humana en ese momento. Igualmente creo que no cambiaré mi ropa para el amanecer próximo y sólo me colocaré en mi vitrina de la misma forma en la que estoy ahora y sería todo.
- ¿Ósea que soy tu método de distracción?
Miro a Adham inmediatamente.
- No, claro que no. Yo no quería decir eso, lo siento.
El susurro sale rápido por entre mis labios mientras separo un poco mi espalda de la pared para inclinarme un poco hacia mi compañero de enigmáticos ojos grises. Él se encuentra con las piernas cruzadas entre sí, a un costado de donde se encuentran mis piernas estiradas. Su gabardina negra cae grácilmente por alrededor suyo, creando una visión escalofriante de su fascinante y misteriosa persona humana. Ha bajado la mirada hacia el suelo con una pequeña sonrisa melancólica sobre sus labios y pienso de inmediato que ha malinterpretado mis palabras anteriores. Lo que menos deseo es hacer enojar a Adham –mi único compañero- porque necesito su compañía con demasía, si no muy probablemente mi alrededor se derrumbe un poco más de lo que ya se encuentra.
- Lo siento, Adham... Enserio no quería...
- Deja de disculparte, niño. No estoy enojado.
Coloca sus ojos grises en los míos verdes mientras se encoge de hombros, soltando una pequeña risita divertida en cuanto ve mi ceño fruncido porque me ha llamado "Niño" de nuevo, a pesar de todas las innumerables veces que le he dicho que deje de hacerlo.
Aún no comprendo el porqué de su insistencia en llamarme así.
Lo escucho suspirar quedamente, pero no digo nada. Pienso que seguramente esta ordenando los recuerdos de su mente para comenzar a relatarme su historia. Con mis dedos comienzo a dibujar figuras invisibles y que sólo están en mi cabeza en el suelo en donde estoy sentado, tanteando superficialmente con la yema de mis dedos, el cálido sentir del suelo.
- Yo era una persona por demás cruel, egoísta, calculadora, fría y sin sentimientos. La definición perfecta para mí, en pocas palabras, era "Malvado".
De inmediato paro mis movimientos y enfoco mi mirada en su rostro apacible. Mira con sus ojos grises algún punto inespecífico en el techo. Está pensando, meditándolo.
En otro momento no creería sus palabras puesto que lo veo detenidamente y lo único que puedo observar es a un hombre joven, apuesto y con un carácter normal, burlón y sarcástico como las demás personas. Pero, le creo porque he descubierto a lo largo del tiempo que las personas nunca suelen ser lo que aparentan y que por eso no debo fiarme por completo de lo que su primera impresión causó en mí.
- Solía tratar mal a todas las personas que se cruzaban en mi camino y hasta a los animales inocentes solía maltratar.
Suelta un suspiro pequeño y suave.
Mis ojos recorren con detenimiento sus facciones, tratando de conectarme con los sentimientos que expresan sus palabras liberadas.
- No sabía demostrar amor porque nunca fui criado de esa manera. Recuerdo que las personas que realmente me apreciaban me decían que debía cambiar o quedaría completamente solo hundido en mi miseria. Y ahora puedo decir, que tenían mucha razón en sus palabras.
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Human-Doll; frerard.
RomanceMi mundo es muy diferente al suyo. Y es que, yo soy diferente a ellos. O quizás, no tan diferente como parece. Porque en el día soy algo. Pero, cuando cae la noche soy alguien. . . . [ Sin ningún permiso para adaptar ]