Parte Siete

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Advertencia: Me tardé más de lo que pensé y lo siento mucho, pero bueno aquí está el capitulo que sigue. Sólo quería decir que contiene una parte subida de tono, no es mucho pero igual quería mencionarlo por si a alguien no le gusta leer algo así, además no sé si esperaban algo mejor porque sinceramente este capitulo se me complicó demasiado escribirlo. Igualmente, estoy jodidamente emocionada porque creo que está historia esta llegando a su final. Bueno, gracias por seguir leyendo.

*

¿Qué es amar a Frank Iero?

Pueden ser todas esas sensaciones innumerables que causa en mi ajetreado corazón.

O quizás sea cuando me abraza sentir aquella protección que va manifestándose poco a poco entorno a mi cuerpo y sus labios sobre mis labios logrando estremecer cada fibra de mí ser y de mi existencia. Cuando el contacto de piel con piel se realiza, esas ganas de vivir eternamente junto a él comienzan, primero suavemente para después estallar en una gran bomba de amor.

Pensándolo mejor, es inexplicable lo que significa el amar a alguien como él, porque no puedo encontrar las palabras correctas que engloben las miles de sensaciones y pensamientos que recorren mi cuerpo y mi mente cuando estoy junto a él, e imposible encontrar una definición factible para las corrientes eléctricas que mi corazón bombea con cada latido y es como si la sangre me hirviera a un grado alto y que por cada hervor, susurrara su nombre en silencio.

Frank Iero. Frank Iero. Frank Iero.

Y es que amar a mi castaño es lo mejor que me pudo haber pasado.

Y sólo estoy de acuerdo con que los momentos –que son pocos- que paso junto a él me regalan una cómoda sensación en la totalidad de mi cuerpo.

Como justo ahora, en este momento, yo estando sentado en la barra de la recepción del local de mi dueño con mis dos manos entrelazadas entre sí detrás de su cuello mientras estoy acariciando sutilmente su bonito cabello castaño que cae frescamente a los costados de su rostro, teniéndolo de pie entre mis piernas sin ningún sentimiento de morbo, y besando mis labios con la ternura de dos amantes eternos, abrazándome por el torso con el cuidado que mi cuerpo no necesita en esos momentos, pero que sin embargo Frank lo encuentra congruente, y nuestros cuerpos completamente unidos en uno solo, en un solo sentimiento que es el amor puro.

      -     Te amo.

Le susurro suavemente sobre la comisura de sus labios rosas, cuando hemos dejado por fin de besarnos durante unos cuantos segundos. Y lo digo porque lo creo necesario. Porque siento la necesidad y la importancia de hacerlo, porque aunque se me haga tan corta esa palabra a lo que en verdad siento por él, creo que es de vital anhelo hacérselo saber en cada momento.

      -     Te amo también.

Respondió él con ternura, ladeando su cabeza hacia un lado y dejando que sus cabellos castaños se movieran grácilmente por su mejilla y mientras sus ojos avellanas conectan con los míos, eleva una de sus manos a la altura de mi rostro para colocarla sobre mi mejilla, acariciándola de forma lenta mientras me estremezco ante su tacto y por las dulces palabras que salieron por entre sus labios. Me obsequia otro casto pero dulce beso sobre los labios casi unidos y no puedo reprimir el suspiro que sale desde el fondo de mi cuerpo, sintiendo mis mejillas calentarse sólo un poco, desapareciendo por sí sola la palidez de la piel de mi rostro para colorearse de un tono rojizo. Miro sus ojos con detalle para después colocar una de mis manos sobre la suya en mi mejilla, entrelazando nuestros dedos de manera suave y sonriéndole en una dialéctica de enamorados que solo él y yo comprendemos.

Human-Doll; frerard.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora