En cuanto salí de mi vitrina, comencé a despojarme de los ropajes que cubrían prodigiosamente mi cuerpo. Una a una fueron cayendo las prendas al suelo, dejándome sólo en ropa interior mientras mis pies ya desnudos tocaban el frío suelo dirigiéndome hacia el baño del local. Me coloqué de inmediato enfrente del espejo y miré mi rostro detenidamente, captando cómo se formaba el vaho en el cristal producto de mi cálido aliento en contraste con el frío ambiente de la noche. Podía sentir como el frío se colaba en estas cuatro paredes y cada vez que lo sentía un poco más, un estremecimiento recorría mi cuerpo entero.
Antes de que mi dueño cerrara la tienda, pude apreciar que el cielo continuaba nublado y que muy probablemente esta noche llovería también.
Abrí la llave del grifo del lavadero y atrapé un poco de agua helada entre mis manos para empapar un poco mi rostro, sintiendo como mis dientes castañeaban por el frío al contacto con mi piel aún tibia. Quería conseguir con esto relajarme o despertarme, porque tenía muchos cuestionamientos rondando en mi mente y muchos sentimientos mezclados en mi interior, recordando desde lo que pasó con aquella dulce niña de cabellos rubios y de ojos azules hasta el encuentro que tuvo mi castaño favorito con mi dueño, las palabras de éste último y la extraña mirada de su acompañante de nombre; Michael James Way.
Sinceramente lo que más quería en este momento es que Adham llegara ya, porque quería atacarlo a preguntas en cuanto lo viera, porque en verdad tengo la corazonada de que él sabe algo más acerca de lo que escuché, proveniente de los labios de mi dueño y quería ser consciente de eso. Aún tenía muchas dudas con respecto a mí, a mi vida, a lo que me pasó y el por qué estoy en estas míseras condiciones.
Hay tantas preguntas en mi cabeza, que no tengo tiempo para pensar en otras cosas.
Justamente, como un humano cualquiera.
No sé si alegrarme o no por eso, ya que siempre, desde que recuerdo, he tenido el deseo de ser como ellos. Pero, sinceramente no es muy agradable el sentimiento de tener todo confuso en la mente, sentimientos raros y molestos en tu pecho y entre otras cosas que no son del todo buenas a mi parecer, que quisiera continuar con mi vida –si es que a esto se le puede llamar vida, claro- de un inútil observador más.
Suspiré contra el espejo y recargué mi frente contra el cristal de este, observando mis ojos verdes con detenimiento. A veces pienso, que no me importaría absolutamente nada, si solo conociera y tuviera la oportunidad de compartir un poco lapso de tiempo con aquel castaño que tanto me da curiosidad y crea atracciones distintas de mi parte hacia su persona. No lo sé, no tengo ni una remota idea de lo que es esto que siento en mi pecho en cuanto lo veo, ni los miles de sentimientos que recorren mi cuerpo cuando me imagino manteniendo una pequeña conversación con él; escuchando su voz, escuchando sus suspiros, imaginando como olerá su piel ligeramente bronceada y admirando todos esos hermosos dibujos que seguramente adornan gran parte de su anatomía. Cada uno de estos pensamientos me hace sentir raro, diferente, tal vez hasta anormal.
¿Por qué anormal?
Fácil, porque soy diferente a él, tan extraño, especial y tétrico, justo como él y muchas personas me definen, que resulta demasiado bizarro que siendo lo que soy, pueda proferir esta clase de sentimientos hacia un hombre completamente humano como lo es él. Pero, seria completamente capaz de dejar todos estos pensamientos que me atormentan con tal de estar a su lado porque sé, que sería grandioso disfrutar de estar de cualquier forma junto a su persona.
Cierro mis ojos con fuerza, sintiendo un extraño escozor que jamás había sentido. Algo húmedo acaricia mis mejillas y abro los ojos, sorprendido, mirándome de inmediato y notando que mis ojos verdes están ligeramente rojizos y como dos pequeñas gotitas de agua descendían desde cada uno de mis ojos hasta mis mejillas para perderse por la curvatura de mi barbilla. Coloco mis dedos sobre ambas de mis mejillas, tocando superficialmente y me alejo del cristal del espejo con algo de sorpresa.
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Human-Doll; frerard.
RomanceMi mundo es muy diferente al suyo. Y es que, yo soy diferente a ellos. O quizás, no tan diferente como parece. Porque en el día soy algo. Pero, cuando cae la noche soy alguien. . . . [ Sin ningún permiso para adaptar ]