7-) Solo somos.. ¿amigos?

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Capítulo siete—

—Capítulo siete—

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AURORA GARTI



Estuve todo el día evitándolo, tratando de no pensar en él, alejándome y suprimiendo cualquier sentimiento que podía tener ¿para qué? Para terminar junto a él en su auto

Me encontraba conduciendo, mientras él yacía en el puesto del copiloto, su mirada estaba perdida en la ventanilla viendo los árboles y casas pasar, no a dicho ni una palabra desde que huimos del club, temo que esté en un estado de shock aunque su rostro no exprese nada, como si no.. sintiera 

Lo miré de reojo, la sangre en sus manos ya estaba seca al igual que las salpicaduras en su rostro, ya he visto esta escena antes, no en persona ni tampoco tan agresivo cómo está vez, pero no es algo que me asuste

Solo perdió el control.. yo lo he perdido muchas veces y en mi caso no golpeo a las personas, las asesino.

—¿Donde vives?— corte el silencio después de minutos manejando sin destino alguno— ¿Te quedas en el campus o..?

— Tengo mi propio departamento— su voz sonaba seca, ronca e inestable. Seguía sin mirarme, parecía avergonzado

Asentí y comencé mi ruta hacia la dirección que me murmuró segundos después, tardamos en llegar unos quince minutos. Axel vivía en una muy buena zona y no me sorprendió que cuando subimos a su humilde hogar, todo luciera muy espacioso y costoso

Seguía sin emitir palabra alguna cuando nos adentramos y sin saber qué hacer, decidí seguirlo. Era un departamento grande, moderno y bien amueblado, inclusive tenía un largo balcón, definitivamente mi habitación de la universidad era una porquería comparado con esto

Después de caminar por un largo pasillo el cual contenía varias habitaciones, llegamos a la de él, no supe si era correcto entrar pero lo hice. Su cuarto es amplio, los colores que más reinaban era el blanco, gris y negro, tiene una cama tamaño king, escritorio con libros y su laptop, una estantería con más libros, su closet, pero lo que más llamo mi atención fue aquella guitarra que posaba en su cama y mi curiosidad me abordó ¿tocaba?

— ¿Puedes venir por favor?— su voz llamo mi atención logrando que apartara la mirada de la guitarra para dirigirla hacia la puerta entreabierta del baño

Me acerqué y al asomarme lo vi lavándose las manos, la sangre se mezclaba con el agua volviéndose todo rojo, respiré profundo y me adentré, al tener sus manos limpias pude notar claramente como sus nudillos estaban terriblemente lastimados

— No me mires así— tenía su ceño ligeramente fruncido y me veía fijamente, no pensé que su azul pudiera ser más intenso que antes, pero bajo esta luz lo es— Ya deja de mirarme Aurora.— repitió con molestia

En el final del arcoíris © [ ✓ ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora