18-) Apaga las voces

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— Capitulo dieciocho—

— Capitulo dieciocho—

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AURORA GARTI

No se en que momento me dormí pero poco a poco fui recuperando mi consciencia, parpadeé un par de veces hasta aclarar mi vista, noté por la ventanilla del auto que estábamos dentro de lo que parecía un garaje, giré mi rostro hacia el asiento de Axel y ahí se encontraba él, mirándome fijamente con adoración y una escasa sonrisa en sus labios

Inconscientemente sonreí de igual forma— ¿Por qué no me despertaste? ¿Llevamos mucho tiempo aquí?— le pregunto estirándome

El ladeo su cabeza en negación— No más de cinco minutos, no quería despertarte.. te veías un poco agotada

— Me siento así— murmuro en voz baja— ¿Donde estamos?

— En mi casa de campo, te quedaras conmigo— me informo como si nada

— ¿Qué?

— Como escuchaste, pasarás todo el fin de semana conmigo Aurora Garti— sonrió abiertamente seguido de un guiño que casi me hace babear— Es nuestro momento juntos, sin nadie, sin preocupaciones, solo tú y yo

— P-Pero..

Me dejo con las palabras en la boca ya que sin escucharme saco las llaves apagando el motor y bajo del auto, en segundos lo rodeó y abrió mi puerta incitándome a salir, sin pensarlo mucho más de lo debido salí del auto de igual forma

Me extendió su mano y la iba a tomar cuando gracias a la gran iluminación noté que la mía aún estaba manchada de sangre seca al igual que todo mi vestido, debo verme peor que una mierda

— Te sigues viendo hermosa— ¿pensé en voz alta?— Vamos, ya me has dado la mano antes no hay problema con que lo hagas otra vez— e iba a quejarme pero tomo mi mano sin importarle mis quejas y entrelazo nuestros dedos

¿Qué es esto que siento en mi estomago? ¿Y esta corriente en mi vientre? No lo se, pero tener estas sensaciones nuevas me gusta y me gusta aún más que sea él quien las provoque

Me guía hasta lo que parece la entrada/salida del garaje y una vez que abre la puerta me encuentro con una espaciosa sala, el piso es de una madera oscura y toda la estructura parece ser hecho con lo mismo, es una cabaña de dos pisos bastante acogedora y grande, el sonido de la leña quemándose me hace dirigir mi vista hacia la chimenea moderna que se encontraba al frente del sofá en forma de L y encima de esta se encontraba un televisor pantalla plana

Por donde sea que mirara veía el lujo, la modernidad, y la esencia de campo, podría acostumbrarme

— Vamos, tenemos que ducharnos, hay muchas cosas de que hablar— fruncí mi ceño ya que no entendía a qué se refería con lo último, pero calle las preguntas y nuevamente me dejé guiar por él

En el final del arcoíris © [ ✓ ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora