En el final del arcoíris © [ ✓ ]

38-) Arcoíris [FINAL]

— Capítulo treinta y ocho—
[FINAL]

AURORA GARTI

Suecia/ Estocolmo 📍

10 años después..

Cierro mis ojos al sentir el aire fresco y el sol calentar mi rostro, mis pies descalzos tocan el césped verde de la pequeña colina en donde tenemos nuestra cabaña, hemos venido a pasar nuestras vacaciones aquí como lo hemos acostumbrado hacer desde hace ya mucho tiempo 

Me gusta estar aquí

Con ellos

Me hace sentir cierta tranquilidad y al ser tan apartado de las personas es bastante silencioso, además de que las vistas desde aquí son simplemente preciosas

Veo el anillo en mi dedo anular y sonrío, Axel y yo nos casamos hace cuatro años atrás y ahora somos marido y mujer. Fue una boda simple y privada, en donde solo fueron nuestros amigos más cercanos y familiares, estoy tan perdida por ese hombre.. han sido los diez años más felices de mi vida gracias a él

Pensar en mi pasado es algo borroso, como una mala película que no quieres recordar. He madurado, aprendido y he sabido valorar cada minuto de alegría que la vida finalmente me ha brindado y seguiré aprovechando cada momento hasta el último

Una risa juvenil y juguetona llama mi atención obligándome a mirar por encima de mi hombro y me es inevitable no reír también cuando veo a ese pequeño niño rubio correr hacia a mi 

— ¡¡Mami!!— chilla con emoción

Me acuclillo para poder estar a su tamaño y casi ambos caemos al césped cuando su abrazo lleno de hiperactividad me envuelve, aún así lo apretujo hacia a mi con fuerzas no queriendo dejarlo ir nunca

— ¿Donde esta tú padre Aron?— le preguntó a la vez que lo apartó un poco de mi y acaricio su pequeño rostro con sus mejillas sonrojadas y regordetas

— Me dijo que.. te viniera a bosquear— me mira con sus grandes bonitos ojos azules con pequeñas motas verdes

— Te he dicho que se dice buscar, no bosquear— me rio sin poder evitarlo y el frunce su ceño con cierto enojo al no pronunciar bien una palabra— Ven, vamos a buscarlo— me pongo de pie y le ofrezco mi mano la cual él sujeta enseguida

El día en que ambos nos enteramos que volveríamos hacer padres, lo sentí como un respiro y un regalo de la vida que necesitaba. Aron Daker, mi pequeño hijo de cinco años, de cabello rubio igual al mío y ojos azules casi idénticos a los de su padre ya que raramente también tiene algo de verde en su azul, es mi extrema alegría, él es una pequeña parte de ambos y lo amo más que a nada