Lamento

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Después de pasar un rato agradable fuera de Lux Aurea, Callum y Rayla volvieron volando al castillo para el anochecer.

Al parecer, nadie había notado su ausencia. A Callum no se le hizo raro, pues Janai le dijo que le daría tiempo. Por lo que no sonaba increíble que en todo lo que restaba del día, desde que se habían visto en la reunión, Janai no se hubiera molestado en buscarlo o llamarlo.

Mientras que a Rayla si que le parecía un echo extraño, pero no hace falta explicar porque.

—¿Tienes hambre?— pregunto Callum a Rayla. El imaginaba que si, ya que no la había visto comer nada, aparte del desayuno. Por lo que su respuesta no lo sorprendió, pero si le saco una carcajada.

—Tengo tanta hambre que me comería un dragón— dijo, y luego soltó una linda carcajada.

—Entonces, ¿qué te parece si vamos a cenar algo y...— en ese momento, Callum jalo a Rayla hacia el sujetándola de la cintura, y ella puso sus manos en el cuello de Callum— vamos a dormir?

—Me parece buena idea— dijo Rayla con una sonrisa, para después besar brevemente a Callum y apartarlo de ella con un empujón— Pero la sorpresa de baya lunar, ¡es mía!— dijo Rayla para empezar a correr fuera de la habitación.

—¿Segura?— pregunto Callum, para después empezar a correr detrás de Rayla.

Después de un rato, Callum y Rayla llegaron jadeando al comedor por el gran tramo que acababan de correr. Era un castillo enorme, y correr de la habitación de Rayla y Callum al comedor era un seguro suicidio.

Al llegar, Callum y Rayla vieron que Janai estaba sentada en la cabecera de la mesa, con un plato de comida a su derecha y unos papeles a su izquierda, además de que estaba sentada con otro elfo. Cuando Janai los vio llegar, le murmuró unas palabras a su acompañante.

—Ahora solo falta firmarlos. Llévalos a mi habitación, más tarde los llevaré a guardar— dicho esto, el elfo se levantó de la mesa.

—Buenas noches, su majestad— el elfo hizo una reverencia a Janai y se retiró.

Janai se levantó de la mesa y caminó hacia Rayla y Callum.

—Buenas noches, chicos— Janai puso mucha atención en los dos. Se dio cuenta de que Rayla estaba sonriente y Callum la estaba viendo con algo de tristeza en sus ojos. "Aún no le dice" penso para si misma— ¿Van a cenar algo?

—Sorpresa de baya lunar— contestó Callum.

—Aun queda un poco, si es que la quieren— dijo Janai.

—Esta bien, gracias. Yo voy por ella si quieres Callum— dijo Rayla, y se metió en la cocina.

Callum y Janai esperaron para que Rayla estuviera lo suficientemente lejos para que no pudiera escuchar de lo que iban a hablar.

—Entonces... supongo que aún no se lo dices— comentó Janai.

—No, aún no. La verdad es que no tengo idea de lo que le voy a decir, además de que está tan feliz que de alguna manera no encuentro el momento perfecto. Es como...— Callum se quedo pensativo un momento— No puedo explicarlo, pero, simplemente, si ella está feliz no quiero decírselo porque no quiero acabar con su felicidad, y si está triste no quiero decírselo porque la pondría más triste— dijo Callum confundido— Es complicado.

—Pero no tienes que hacer todo esto sólo.

—Si, ya lo sé. Es por eso que le escribí una carta a Ezran.

—¿Una carta?— preguntó Janai.

—Sí, bueno, le dije que sí podía venir, entonces...

—Tranquilo, Callum. No hay ningún problema. Te dije que te daría tiempo para despedirte. Incluso si eso significa que Ezran venga al castillo para que tú estés bien— Janai guardo silencio un segundo— Lamentó que tengas que hacer esto.

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