Sorpresa

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Callum despertó en la mañana, con los rayos del sol asomándose por las cortinas de la ventana en la habitación.

Le molestaba un poco la luz, pero poco a poco sus ojos pudieron acostumbrarse al resplandor.

Cuando Callum finalmente pudo enfocar la vista bien, noto que Rayla no estaba con él. Al principio no se asustó. Por lo general Rayla hacía eso todo el tiempo, pero después pensó un poco más y un poco más y se alteró.

Se paró de la cama rápidamente y fue a buscarla. No sabía dónde exactamente, pues podría estar en cualquier lado, aunque probablemente más en el campo de entrenamiento. Pero también dudaba mucho que hubiera ido entrenar sin antes despertarlo y desearle un buen día, y más si él le había pedido que pasará el resto de la semana con el.

Se levantó y abrió las puertas. Rápidamente corrió por el pasillo. Al final, busco en la cocina y en el campo de entrenamiento, pero no estaba ahí y tampoco en el comedor. Callum decidió calmarse y preguntarle a Janai, tal vez ella sabía algo. Fue corriendo hacia la sala del trono, abrió las puertas y entonces su cara se iluminó. Todos estaban ahí, su hermano, Soren, Amaya, Gren Janai y Rayla.

Al principio se asustó un poco: "¿Le habrían dicho a Rayla lo del sacrificio?" pensó para sí. Hasta donde el sabía, solo lo sabía Janai. Y aunque todos lo supieran, aún así no le hubieran dicho. Hubiera sido imposible que le dijeran, ya que sabían que sería su responsabilidad. "Tal vez debe sentirse feliz" y era lo que hacía.

Pero después, un pequeño sonrojo color carmesí se apoderó de sus mejillas, porque recordo que todavía estaba en pijama. No le importó cambiarse antes de salir a buscar a Rayla, entonces su tía lo saludó firmando y Gren traduciendo.

—¿Despertándote tarde Callum? Pensé que ya eras un adulto hecho y derecho.

—Perdóname tía Amaya, pero estaba algo asustado porque... es que no vi a Rayla— dijo Callum.

—Perdón, es que vine a saludar, y no quería despertarte. Ayer me dijiste que no estabas cansado pero hoy tu cara decía lo contrario— dijo Rayla.

—Bueno, eso es verdad— Callum recordó que ayer se durmió un poco tarde— ¿Y qué hacen todos aquí?

—Bueno, parece que olvidaste la carta que me escribiste.

—Perdón, Ezran. Vaya creo que me encogí un poco desde la última vez que te vi— dijo Callum mientras lo abrazaba.

—No, nada de eso. Simplemente yo ya crecí un poco más, ¿no lo crees?— dijo Ezran.

—Bueno, debo aceptar que estás creciendo muy rápido— dijo Callum con una sonrisa.

—Y, ¿qué? ¿No hay saludo para tu mejor amigo?

Callum sonrio y abrazo a Soren. Bueno, Soren fue quien lo abrazó a el, apretujando todos sus huesos en un abrazo enorme.

—Soren, me lastimas— dijo Callum tratando de respirar.

—Perdón, es que hace mucho que no te veía— dijo Soren.

—Y bien, ¿cuando llegaron?— preguntó Callum.

—Apenas hace unos momentos. Porque después de que recibí tu carta, la leí y dije: "Tengo que ver a mi hermano". No lo pensé dos veces y vine.

—¿Y quién está cuidando el reino?— Callum hizo otra pregunta.

—Opeli— dijo Ezran.

—Claro— ahora dijo Callum.

—Bueno, veo que todos estamos aquí. ¿Qué les parece si pido que hagan de desayunar y todo nos encontramos en el comedor?— dijo Janai.

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