Mi Amor, Mi Esperanza

Por favor

Las 11:35 de la mañana, según el reloj de sol que había en la habitación.

Callum se estaba preparando para el ritual que sería en un par de minutos. Debía realizarse al medio día.

Veía su reflejo en el espejo. Los pantalones cafés, la camisa color vino con detalles y bordes en oro.

Hoy era "el día".

Y estaba dispuesto a aceptarlo. Así como Ezran, Amaya, Soren, Janai y Gren lo hicieron.

Rayla no lo había terminado de aceptar. Se negó a ver a Callum en todo el día, ni siquiera se quedó en la mañana para saludarlo.

Se durmieron juntos, pero cuando Callum despertó, ella no estaba ahí, y decidió no ir a buscarla. Esperaba de que antes de que fuera demasiado tarde se despidieran.

O que al menos lo intentaran...

Callum terminó de abrocharse el último boton que estaba en la manga izquierda de su camisa. Se miró en el espejo una última vez y se dirijio a la sala del trono.

Camino por los pasillos. La luz del sol chocando contra las paredes. La alfombra roja bajó sus botas cafés.

Su mente dando vueltas.
Las palabras "Familia", "Muerte", "Magia", "Sacrificio", "Correcto", "Amor" y... "Rayla", arremolinandose en su cabeza como una tormenta.

Pensó que si todas las personas que le importaban sabían sobre su sacrificio, la culpabilidad sería menos. Y, si, en algún momento lo fue, pero así como vino desapareció.

Fue una roca quitada de su espalda. Pero cuando volvió a caer, se volvió incluso más pesada.

Puso ambas manos sobre las dos grandes puertas de madera que daban a la sala del trono, para pasar a empujarlas. Incluso le daba miedo ver dentro.

Echo un vistazo dentro y su miedo se convirtió en tristeza.
Amaya, Janai, Soren, Ezran, Gren, Lunae, Ibis, Fluinum, Terrie y Liber.

Rayla.

El nombre resonó en su cabeza al ver que ella era la única que faltaba.

—¿Estás listo, Callum?— dijo Janai.

—Creo que si.

Ezran corrió hacia su hermano y lo abrazó fuertemente. No faltó mucho para que Soren, Amaya, Janai y Gren se unieran al abrazo.

—Te quiero, hermano— dijo Ezran tratando de no derramar la lágrimas que se habían juntado en sus ojos lentamente.

—Estamos muy orgullosos de ti— firmó Amaya al tiempo que Gren la traducía.

—Gracias a...— Callum tragó saliva antes de comenzar— todos.

—Sigue así, medio príncipe.

—Si nos disculpan...— empezó Lunae— debemos empezar a preparar las cosas para el ritual.

—Si, no hay problema— dijo Gren esta vez.

Callum y su familia se envolvieron una vez más en un abrazo aplastante para después separarse.

—Buena suerte, Callum— dijo Ezran dedicandole una sonrisa a Callum.

—Te quiero mucho, sobrino— firmo Amaya, esta vez no hubo necesidad de que Gren le traduciera.

Después de esto Soren, Gren, Ezran y Amaya salieron de la habitación, para dejar solos a Callum y los demás elfos.

—Muy bien, Callum. Llego la hora— le dijo Ibis.

—Si, lo sé... es solo que yo...

—¿Por qué no se adelantan?— sugirió Janai— Debo hablar de algo sumamente importante con Callum.