Mi Amor, Mi Esperanza

Gracias

Callum se quedó parado en medio de la habitación.
De repente, vio que Ezran se paró de la cama y fue hacia él. Lo abrazó tan fuerte que Callum incluso sentía que al aire se le podía acabar. Pero no le importó, Ezran lo rodeo con sus dos brazos. Entonces dijo:

—Lo entiendo. Al principio creí que no era verdad. Sé que tu jamás inventarias algo así, y sé que si esa es la opción correcta, tú la tomaste y estás conforme con ella... yo también lo voy a estar. Eres mi hermano, te dije que te apoyaré en todo lo que pudiera, así que lo estoy haciendo en este momento, aunque me duela mucho. Te voy a extrañar mucho— dijo Ezran con la voz entrecortada mientras abrazaba a Callum con más fuerza. Sentía las lágrimas deslizarse por su piel "color chocolate", como alguna vez le había llegado a decir Callum.

—Gracias, hermano— le dijo Callum con una sonrisa llena de felicidad y tristeza.

Fue entonces cuando pudieron escuchar unos sonidos al otro lado de la habitación. Era Soren, se habían olvidado completamente de él. Estaba llorando, sacando lágrimas y moqueando. Fue cuando dijo:

—El medio principe... Callum, mi mejor amigo.

Y fue abrazar a Callum y a Ezran. Los envolvió a ambos en sus dos tonificados brazos y los apretó fuertemente, mientras Callum y Ezran hacian lo mismo.

Una vez que Soren los bajo le dijo a Callum:

—Tranquilo, tu secreto está a salvo con nosotros— dijo, aunque no se le podía entender nada de lo que decía. Su voz entrecortada y su nariz llena de mocos, no hacían posible que se pudiera entender mucho de lo que gesticulaba.

—Me alegro mucho de que ustedes pudieran entenderlo— dijo Callum limpiándose las lágrimas.

—Claro que lo hacemos— dijo Ezran haciendo lo mismo— Entonces, ¿a eso te referías con lo de Rayla? No sabes como decírselo.

—No, no tengo idea de cómo lo haré— dijo Callum inseguro.

—Te puedo apostar a que ella lo entenderá.

—¿En serio cres que ella pueda entenderlo como tu lo hiciste?— preguntó Callum algo entusiasmado de repente.

—Tranquilo. Todos aquí te amamos, Callum. No sólo como hermano, sino también como amigo, pareja y sobrino. Ella es tu pareja aquí, tú mereces esto, mereces nuestro apoyo. Yo sé bien que Rayla te ama y que te ama mucho, entonces ella debería comprender— dijo Ezran muy convencido de lo que decía.

—Gracias, Ezran— entonces se abrazaron una vez más.

Salieron de la habitación, no sabían a dónde iban, pero querían hacer algo ese día, algo que fuera especial.

Callum aún no tenía idea de cómo decírselo a Rayla. Ahora lo sabían Janai, Soren y Ezran. Ese gesto que le hizo su tía no era algo que le dijera que sí o que no lo sabía, pero decidió que durante el resto de toda la semana tendría tiempo para todo.

~°•°~

Callum pasó uno de los mejores días que pudo haber tenido entre toda esa tensión con lo de la magia.

Pasó el día con su mejor amigo, con su hermano, con la persona a la que más amaba, con su tía, con su altruista favorito y con su otra amiga. Habían pasado casi todo el día juntos, incluso Janai se había tomado el espacio para poder dedicarle tiempo a lo que quería Callum, a poder pasar tiempo con todos, con sus amigos, con los que conocía, con la gente que le importaba.

Callum se había divertido muchísimo, y aunque ya no había pasado tanto tiempo con Rayla, sabía que había un poco más por delante.

Cuando todos se fueron a sus respectivas habitaciones y Callum se encaminaba a la suya sólo, su tía lo llamó. Esta vez no estaba con Gren, ya que Amaya sabía que Callum entendía muy bien lo que firmaba sin necesidad de traductor, aunque Green era muy amable y le caía increíble.

(En esta parte todo va estar en lenguaje de señas y Callum y Amaya van a poder entender lo que firma el otro)

Amaya puso una mano sobre el hombro de Callum para hacerle saber que estaba allí. Al principio Callum se asusto pero vio a su tía y se calmó considerable y notablemente.

—Hola tía, ¿necesitas algo?— preguntó Callum.

Amaya ni siquiera se molestó en contestar. Simplemente se acercó a Callum y lo abrazó con tanta fuerza que lo alzó del suelo, lo que para ese punto ya era un poco complicado, pues Callum había crecido mucho.
Con esto, Callum también se dio cuenta de que su tía ya sabía lo de la decisión que el había tomado.

—¿Tía?

—Estoy muy orgullosa de ti, Callum. Lo que hiciste fue muy valiente y honrado.

—¿En serio lo crees?

—Claro que si. Eso me recuerda mucho a tu madre, siempre fue muy valiente y buena con los demás, no hace falta decir que eres igual a ella.

—Tal vez, pero aún no me siento muy orgulloso de mi decisión, que digamos.

—¿Lo dices por qué aún no se lo dices a Rayla?

—Si, por eso.

—Callum, no te preocupes. Lo único que tienes que hacer es explicárselo todo como lo hiciste con Ezran y Soren.

—¿Cómo lo sabes?

—Me lo dijeron hace un momento.

—Tienes razón, tía. Pero no sé si lo vaya a aceptar, no se como se lo voy a decir, no se cuando y no se como reaccionará.

—¿Eso es lo que te preocupa?

—No, no es eso.

—Entonces, ¿qué es?

—Que cuando yo me haya ido, no lo soporté y haga algo estupido.

—Tranquilo, Callum. Todos estaremos aquí para cuidarla y apoyarla.

Callum sonrío.

—Creo que la amo tanto, que me da miedo el irme.

—Ella también te ama, y vas a poder estar aquí aunque ella no lo sienta. Siempre vas a estar con ella.

—Gracias, tía— firmó Callum para después lanzarse a los brazos de Amaya y abrazarla con todas sus fuerzas.

—Te ves cansado.

—Solo un poco.

—Te recomiendo que vayas con Rayla, no a decirle sobre... bueno, ya sabes.
Sino a acompañarla, aún no acaba el día, supongo que podrán hacer algo juntos. Hazle saber que siempre estarás con ella. Ponla feliz, calmala, tranquilizala. Y cuando por fin estés listo cuéntale sobre tu decisión, pero sobre todo explicasela, no la dejes con ninguna duda.

—¿Creés qué lo entenderá?

—Se cuanto te ama, es obvio que lo hará.

—¿Y crees que yo seré lo suficientemente valiente para decirlo?

—Estoy segura. Corre ve.

Callum abrazo a Amaya una última vez y fue corriendo hacia la habitación que tenía con Rayla. Amaya se quedó viéndolo hasta que desapareció por entre los pasillos.

"Estoy segura" pensó Amaya.

Pero ella estaba equivocada