Capítulo 19

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NOAH

Haber ido aquella noche con Nicholas había sido un error. Sí, me atraía muchísimo, y sí, perdía el hilo de mis pensamientos cuando me tocaba o me besaba, pero no me gustaba cómo era. Nicholas Leister se movía en un círculo que yo había evitado durante toda mi vida: las peleas, las fiestas fuera de control, la droga o el alcohol pertenecían a algo de lo que yo no quería formar parte. Aún intentaba habituarme a mi nueva vida, no hacía ni dos semanas desde que había llegado y todo había cambiado. Lo de Dan aún me afectaba y estar comenzando algún tipo de relación con Nicholas solo empeoraba las cosas porque yo sabía exactamente lo que alguien como él quería de alguien como yo... Podía ser anticuada o rara o lo que sea, pero me gustaban las cosas a la vieja usanza. Quería que el chico que quisiese estar conmigo me lo demostrase cada día, me gustaban las frases cariñosas, los gestos dulces... y Nick era lo opuesto a todo ello. No estaba preparada para que me volviesen a romper el corazón; es más, ya lo tenía roto, ni si- quiera había corazón, solo miles de cachitos pequeños que intentaba pegar cada día que pasaba.

Por ello me dije a mí misma que iba a tener que intentar tener una relación normal con Nick. No podíamos estar juntos, pero eso no significaba que tuviésemos que odiarnos. Las peleas con él, los tira y afloja a los que jugábamos desde que nos habíamos conocido eran agotadores y convivíamos bajo el mismo techo, por lo que lo mejor iba a ser que intentásemos ser amigos, si es que ser amigo de alguien que te hace que te tiemblen las rodillas es posible.

Me quedé junto a la puerta de entrada a la nave esperando que Lion acabara de pelear. No estaba mirando. Odiaba las confrontaciones físicas y que la gente disfrutara de ellas, incluso que ganasen dinero apostando contra alguien me parecía de lo más desagradable y humillante.

Nicholas pasó junto a mi lado sin mirarme y fue a reunirse con Jenna y sus amigos. Quince minutos más tarde Lion ganó su combate aunque, a diferencia de Nick, que solo había sido golpeado una vez, presentaba varios golpes en el pecho y un corte bastante feo en el ojo izquierdo. Jenna se tiró a sus brazos en cuanto lo vio y le dio un profundo beso mientras la gente lo vitoreaba con entusiasmo. ¿Eso había querido Nicholas que hiciera? ¿Que cayera rendida a sus pies porque era capaz de dejar a un tío inconsciente en el suelo? Ridículo...

Nick se volvió hacia mí cuando la gente empezó a salir por la puerta. Menos mal que aquel sitio era bastante grande, porque debía de haber por lo menos unas doscientas personas allí reunidas.

Se acercó hasta que pudo cogerme la mano y hacerme salir. Fue extraño sentir sus dedos entrelazados con los míos, pero su forma de hacerlo era distante, como si más bien lo hiciera por ser práctico —así no me perdería entre la muchedumbre— que por afecto hacia mí.

Cuando estuvimos junto al coche lo observé detenidamente.

Algo había cambiado desde la última conversación: Nicholas parecía molesto conmigo y parecía querer hacer como si yo no estuviese allí. Me dolió su actitud, pero no podía esperar otra cosa.

Miré distraídamente sus nudillos lastimados. Tenía un poco de sangre reseca sobre las heridas que se había hecho al golpear a aquel chico. De repente sentí náuseas, me faltaba el aire.

Culpa mía © (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora