Capítulo 33: 𝑃𝑒𝑟𝑑𝑖𝑑𝑜 𝑒𝑛 𝑙𝑜 𝑒𝑛𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑑𝑜.

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El capítulo anterior lo edité. Es la primera vez que me atrevo a decir que les gustará. Vayan a revisarlo. No se arrepentirán. Me tomó mucho esfuerzo.
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"¿Alguna vez has querido renunciar?"

Louis vertía whiskey en un vaso pequeño, rodeando la botella con una sola mano. Su espalda se encontraba totalmente expuesta, prácticamente desnudo, una toalla negra rodeando su pequeña cintura.

Arqueó ambas cejas ante la pregunta de Harry, volteándose a su dirección.

"¿Te refieres a mi trabajo?"

El rizado asintió apoyado de su codo contra el colchón, apretando sus labios. Su cabello había crecido considerablemente, una maña de rizos rebeldes recostados sobre su frente, casi toqueteando sus párpados—se encontraba igualmente desnudo, sólo la sábana de seda cubriendo parte de su cuerpo, dejando a la vista su línea V, que sorprendentemente, se encontraba cubierta de marcas rojas y púrpuras.

Louis sonrió ante ello.

"No es que tenga opción tampoco. Soy el único varón, por así decirlo."

"¿Tus padres son de mentes arcaicas que se rigen por el género?"

"Mamá no lo es, pero papá sí." Se encogió de hombros, dando un sorbo al vaso mientras caminaba a la cama. "Sin embargo, tengo un hermanastro mayor, pero nos dejó hace un tiempo, por lo que quedé yo a la deriva."

Harry asintió ante su respuesta, frunciendo el ceño en una dirección indefinida. Louis había notado que últimamente su pareja se encontraba más pensativo de lo normal, y por alguna extraña razón, se negaba a compartirlo.

"Pero si quisieras abandonar... todo esto, ¿Lottie no podría asumirlo?"

"No es tan fácil, Harry. A mí me tomó años de preparación y estudio—aunque olvidé casi todo lo que aprendí, pero, créeme que es difícil adaptarse a lo que tú llamas todo esto." Tomó otro sorbo. "Además que papá no cree que una mujer tiene la fuerza para tolerar toda esta responsabilidad."

El ojiverde mordió su labio inferior. "Es extraño. Mis padres eran algo arcaicos con lo del género, pero escogieron a Gemma."

Louis entreabrió sus labios, algo confundido. Era la primera vez que Harry tomaba la iniciativa en hablar sobre sus padres sin que el ojiazul se lo pidiera.

"Tal vez porque ella es mayor que tú."

"Si lo sé, pero..." apretó sus labios, evitando los ojos de Louis. "En realidad... mis padres tenían una costumbre familiar algo extraña, donde ponen a prueba a sus hijos, ¿sabes? Ya sea psicológico o físico." Tragó en seco. "Recuerdo cuando era niño, mi padre solía alagarme con todo el mundo, proclamando que finalmente había tenido un varón que lo representaría en un futuro. Que lo más probable era que pasaría la prueba por portar sus genes y toda esa mierda."

"Todo un ególatra, ¿no? Ya veo a quien saliste."

Soltó una risita, negando con la cabeza. "Yo... no fui capaz de hablar frente quinientas personas, me congelé. Tenía trece años si mal lo recuerdo, y yo... la charla se suponía que era sobre cómo—desde los últimos veinte años para entonces—el Banco había generado un incremento increíble en la posición económica y política en el continente. Eran tantos números y mierdas raras. Simplemente no podía entenderlo."

Louis pestañeó en su dirección, escuchándolo con cuidado. No quería formular ninguna palabra o sonido, con temor a que Harry se asustara y no quisiera seguir hablando. Eran muy pocas las ocasiones en donde Harry se expresaba de aquella manera, tan despreocupado y melancólico, como si se encontrara en ese mismo instante reviviendo todos esos recuerdos a flor de piel. Como si volviera a ser aquel adolescente de hace años, atemorizado de ver su propia sombra.

El Chico del Semáforo. (LARRY STYLINSON).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora