1, 2, 3.
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27 de Diciembre. En aquella fecha Louis decidió levantarse relativamente más temprano, simplemente para observar el amanecer desde el ventanal de su habitación, acompañado de un vaso de whiskey y el ruido del aire acondicionado. Su madre y hermanas se habían ido la noche anterior, trayendo de vuelta aquel silencio que a Louis solía perturbarle—pero esta vez finalmente no le parecía una tortura. Más bien, era capaz de encontrar una tranquilidad y paz poco usual, que curiosamente disfrutaba. Parecía que por primera vez, se encontraba en armonía consigo mismo.
Louis no había tenido algún tipo de palabra con Harry después del acontecimiento, pero no porque estaba molesto o algo por el estilo. En realidad, mayoría del tiempo se encontraba indagando en su memoria aquel beso inesperado de parte del menor, ocasionándole pequeñas sonrisas o suspiros. Era extraño y curioso, dejándolo algo perplejo, sacando conclusiones de aquel beso entre ellos dos. Necesitaba reflexionarlo, entenderlo, lo que era una de las razones por la cual no le había dirigido la palabra al rizado—y parecía que él respetaba su decisión de alejarse, hasta aclarar su mente.
Aquel beso significaba algo más, no simplemente un deseo vago y contenido—no, Harry no era ese tipo de persona caprichosa. Cuando Harry actuaba no era sin tener todo una operación de ello, Louis lo sabía. El ojiverde siempre tenía una razón escondida, un plan bajo la manga o un secreto enterrado. Si él veía la oportunidad para tomar la iniciativa, arriesgarse a sus impulsos, había un porqué de por medio.
Recordó las palabras de su madre el día que llegó, afirmándole que claramente Harry sentía algo por él. De cierta manera, al instante lo consideró una idea descabellada, algo que no sucedería en millones de años. Además, si fuera así, Louis probablemente lo hubiera notado.
Probablemente.
Estaba totalmente equivocado, negándose ante la realidad y destructiva verdad. No comprendía el miedo que sentía en afrontar algo bastante notorio de parte de Harry desde hace mucho, algo que Louis se obligó así mismo pasar por desapercibido. No entendía la rotunda negación que su pecho oprimía al traer esos malditos pensamientos a su mente, acumulándose en su garganta llena de confusiones. ¿Qué tanto le costaba a su mente procesarlo, finalmente verlo como era y no la realidad que él mismo se había inventado? Harry no era su amigo, por un tiempo paró de serlo.
No eran amigos, porque claramente Harry estaba enamorado de Louis, y ahora él por fin era capaz de confrontarlo.
Harry gustaba de Louis, tanto como para besarlo sin importar el lugar y la situación.
Y aquello, le hacía feliz—pero a su vez le atemorizaba.
No por él, si no por Harry.
Y la pregunta era—¿acaso Louis gustaba de Harry?
Louis no era gay, o eso era lo que desde hace mucho se obligó a creer. Durante toda su vida convivió dentro de la doctrina donde debía convertirse el jefe del hogar, cumplir su trabajo como padre y buen esposo, dejar un heredero que le reemplazara en la compañía apenas él muriera. Aquel era su propósito desde que tenía memoria, y constantemente se torturaba al contemplar aquel futuro incierto, viéndose así mismo fracasando su labor y decepcionando a sus padres. Convirtiéndose en una escoria.
No pudo evitar pensar que nunca había tomado el tiempo y la libertad para pensar sobre sus gustos, o sexualidad en sí. Sus padres y familia como tal le habían criado en un hogar conservador, brindándole un trato particular siendo él heredero de su gran empresa. Había crecido rodeado de mujeres, y la mano dura de su padre cuando se trataba de su mentalidad, constantemente contemplando que un hijo homosexual era una catástrofe para una familia como ellos. Usualmente su padre le dedicaba charlas sobre la masculinidad pura, alagándolo y enseñándole cosas que por lo que entendía Louis, estaban bien, eran aceptables. Él simplemente quería enorgullecer a su padre.
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El Chico del Semáforo. (LARRY STYLINSON).
FanfictionHarry ha pasado los últimos años trabajando duramente en la esquina de un semáforo, nada más y nada menos como limpiador de parabrisas. A pesar de las circunstancias, no se rinde en seguir ahorrando para pagar su carrera universitaria. Louis Tomlins...