𓆙𝑠𝑡𝑎𝑛𝑑 𝑏𝑒𝑠𝑖𝑑𝑒 𝑖𝑡, 𝑤𝑒 𝑐𝑎𝑛'𝑡 ℎ𝑖𝑑𝑒 𝑡ℎ𝑒 𝑤𝑎𝑦 𝑖𝑡 𝑚𝑎𝑘𝑒𝑠 𝑢𝑠 𝑔𝑙𝑜𝑤. 𝐼𝑡'𝑠 𝑛𝑜 𝑔𝑜𝑜𝑑 𝑢𝑛𝑙𝑒𝑠𝑠 𝑖𝑡 𝑔𝑟𝑜𝑤𝑠, 𝑓𝑒𝑒𝑙 𝑡ℎ𝑖𝑠 𝑏𝑢𝑟𝑛𝑖𝑛𝑔, 𝑙𝑜𝑣𝑒 𝑜𝑓 𝑚𝑖𝑛𝑒.𓆙
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La autopista finalmente había terminado su mantenimiento, lo cual significaba que Louis podría volver a tomar su típica ruta al trabajo. No más detalles.
Pero le causaba un dolor en el cuello no ver a Harry todas las mañanas. El ojiverde era el único que lograba alegrar su humor.
Desde su tregua semanas atrás, y Louis finalmente pagándole al rizado (quien insistió en que no importaba, pero Louis fue aún más molesto), Louis tomó la costumbre de entablar una pequeña charla con Harry cada mañana de la semana. A veces éste lo ignoraba ya que debía continuar su trabajo, por lo cual Louis siempre buscaba un plan b. La última vez, esparció sus cigarrillos sobre el parabrisas. ¿Valía la pena, no?
Bueno, a veces le causaba remordimiento ensuciar tanto su vidrio, sabiendo que Harry se esforzaba arduamente en cumplir su labor. Y lo peor es que el menor ni rechinaba. Más bien, era como si le encantara la idea de estar cerca de Louis. Él nunca se quedaba atrás.
No pudo evitar sonreír. Harry en serio era un ser humano admirable.
Aquel día, habían quedado en ir a tomar unos tragos. Durante esa misma mañana del viernes, Louis decidió tomar la calle del semáforo (para sorpresa de Harry, quien lo miró perplejo sabiendo que la autopista ya se encontraba disponible para el tránsito), y lo convenció de acompañarlo a pasar una velada en su departamento. Louis definitivamente odiaba llevar personas a su casa, pero Harry era la excepción. Él se convirtió una excepción en su vida.
Los autos detrás rechinaban en insistencia, mientras un Louis miraba cómicamente a un Harry con sus mejillas enrojecidas, una sonrisa gigante marcada sobre su rostro, causando que sus hoyuelos se hicieran exagerados en la parte baja de sus cachetes. Dios, ¿cómo era este chico tan lindo?
"¡Lou, atrasas a los demás!"
"¡Hasta que no me digas que sí no me moveré!"
Harry mordió su labio, negando con la cabeza. "Hoy trabajo a la noche, sabes muy bien que no puedo y-"
"¿Piensas plantarme? Me parece incoherente." Musitó. Se recostó del volante, cerrando los ojos. "¡Creo que me quedaré aquí hasta que el encantador chico de los rulos acepte venir a mi casa a tomar! ¡Que ofensa, Cristo!"
Harry agradeció que Louis tenía los ojos cerrados, porque hubiera notado el leve efecto que sus palabras ocasionaron. "¡Ay, vamos! ¡No te la des de Shakespeare ahora, dramático!" Rió con fuerzas. Louis abrió los ojos, sonriendo. Harry pensó que Louis tenía una sonrisa espectacular, la más preciosa en el mundo. "Además," se acercó al auto, metiendo la cabeza dentro de éste. "No soy tan idiota como para rechazar una invitación de Louis Tomlinson."
El mayor tragó en seco, lamiendo sus labios mientras observaba a Harry sonreír de lado. La manera en que pronunció su nombre lo deslumbró y noqueó por un momento, causando que su estómago revoloteara. Sumamente extraño. Pero le gustaba.
Todo que tuviera que ver con Harry le gustaba.
Harry golpeó suavemente la puerta, y se separó.
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El Chico del Semáforo. (LARRY STYLINSON).
FanficHarry ha pasado los últimos años trabajando duramente en la esquina de un semáforo, nada más y nada menos como limpiador de parabrisas. A pesar de las circunstancias, no se rinde en seguir ahorrando para pagar su carrera universitaria. Louis Tomlins...