Cap.II

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~𝐒𝐮𝐦𝐦𝐞𝐫𝐭𝐢𝐦𝐞 𝐒𝐚𝐝𝐧𝐞𝐬𝐬~

Acababa de comenzar el verano, Michelle estaba encerrada en su baño con una toalla y un bote de tinte rosa en las manos.
Quería recuperar sus puntas coloridas.

Sin embargo, en el momento que pensaba retirar el exceso de tinte en su, ahora corto, cabello húmedo, unos fuertes golpes en la puerta la interrumpieron.

Apagó la ducha rápidamente cubriéndose con una bata y caminó hacia la puerta.
El corazón le latía rápidamente.

Abrió un poco la puerta con las manos temblorosas quedando protegida por la misma.

-¿Donde está? - preguntó su madre al otro lado.

Michelle tragó intentando deshacer el nudo en su garganta.

Estaba borracha, y enfadada, muy enfadada.

-No entiendo, madre- habló lentamente.

Ella rió secamente.

-Quiero que bajes, ahora- ordenó dándose la vuelta.

Cerró la puerta deslizándose contra ella. Tenía que actuar rápido, si no sería peor.

Volvió al baño, enjuagó rapidamente las puntas retirando parte de la tinta rosa y se cambió de ropa.
Guardó un par de cigarros en el dobladillo de su pantalón y bajó.

A cada paso que daba sus sentidos se afinaban, tenía que estar lista para lo peor.

Abajo, la persona que se hacía llamar madre la esperaba junto a un cajón del mueble de la entrada.

Este estaba abierto y vacío.

-¿Qué sucede? - preguntó.

-Es la última vez que lo voy a repetir- contestó - ¿Dónde está? - Michelle negó.

-No entiendo - susurró agobiada.

-Claro que no entiendes, ¿Tú nunca entiendes nada no? ¿Nunca tienes culpa de nada? - la agarró fuertemente del brazo -¡Del dinero idiota! ¡Del que falta ahí! - la empujó contra el mueble tirando un jarrón que se rompió hiriendo parte de su pierna.

Ella estaba llorando, no pudo evitarlo.

-¡Lo gastaste! - Le recriminó - Lo gastaste por tu asquerosa adicción al alcohol - su voz se apagó. Acababa de cometer un grave error.

Su madre la volvió a agarrar del brazo de forma brusca provocando que gritase de dolor.

-¡Callate! - Le gritó arrastrándola hasta la puerta - ¡Eres una mentirosa! - Michelle se limitaba a negar entre lágrimas.

-¡Deja de llorar inútil!- la zarandeó - Y ahora más te vale recuperar ese dinero antes de que se te ocurra pisar esta casa - abrió la puerta empujándola.

Michelle perdió el equilibrio cayendo al suelo.

-No creo que te sea difícil siendo que andas de ramera - escupió con desprecio - Tal vez el señor Kenee te pueda ayudar - sugirió mirándola con asco.

Ella abrió los ojos como platos negando con la cabeza.

-No... Mamá - se levantó avanzando hacia la puerta pero aún así cerró - mamá... - Michelle volvió a bajar los pocos escalones de la puerta.

La había dejado en la calle, no tenía su skate, ni mucho dinero y su ventana estaba cerrada.

A los minutos comenzó a caminar hacia la farmacia, necesitaba curar sus heridas antes de que se infectasen y, con suerte, el truco de ayer le serviría para robar un par de cajas de cigarrillos que luego podría vender.

𝘋𝘢𝘥𝘥𝘺 𝘐𝘴𝘴𝘶𝘦𝘴 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora