Cap.VIII

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~𝟏𝟔 𝐥𝐢𝐧𝐞𝐬~

-Mamá se que me escuchas- se deslizó por la puerta hasta quedar sentada en el suelo de su habitación -¡Odio cuando finges preocuparte!- gritó golpeando la puerta.

Comenzó a respirar irregularmente, estaba sollozando y no podía controlarlo.

Miró hacia la pequeña mesa de cristal. Se lo prometió.

Y rompió su promesa.

Corrió hasta ella buscando en el último cajón.

Su bote de pastillas. Lo abrió sacando una, la colocó en su lengua y tragó. Lo mismo hizo con las 3 siguientes.

Estaba hecha un desastre y cada vez se ponía más nerviosa, no funcionaba.

En un arrebato llevó el bote a sus labios tragando todo el contenido, acompañándolo con un trago de whisky.

A los minutos comenzó a sentir como su cuerpo se relajaba, se tendió en la cama encendiendo un cigarro y le dio una calada.

Podía escuchar a su madre subir las escaleras.

Llegó a su habitación y comenzó a golpear la puerta.

-¡Michelle!- gritó -¡Sal de ahí!- la rubia sonrió.

-Tú me encerraste aquí- rió expulsando el humo del cigarro.

-¿Estás borracha?- preguntó enfurecida.

-Yo diría drogada- rió más fuerte -Pero mira, así me puedo parecer a tí- le dio otra calada al cigarro colocando un vinilo en el tocadiscos para opacar los gritos de su madre.

Se volvió a tirar en la cama con el cigarro entre los labios. Se sentía tan bien y tan mal a la vez.

Al final, sus ojos se cerraron tras apagar el cigarro en el marco de su foto familiar.

(...)

-¡Richie detente!- gritó Beverly llegando a su lado -¿Qué a pasado? ¿A donde vas?- preguntó.

Richie dejó su bicicleta a un lado.

-¿Que ha pasado?- gritó -Que gracias a ti- señaló a Bill -¡Casi matan a Ben, es posible que la señora K no vuelva a dejar que Eddie vea la luz del día y yo le he mentido a Michelle y ella lo mejor ahora está desaparecida!- volvió a gritar.

Acababan de salir de la casa abandonada de Neibolt Street.

-¿Como que a lo mejor está desaparecida?- preguntó Stan llegando.

-Lo he visto, he visto su cartel, ¡la he visto!- recordó -¡Era ella!- volvió a subir a su bicicleta -Y la fecha era de hoy- sin decir nada más se montó pedaleando en dirección a la casa de la menor.

Stan no dudó en seguirlo junto a Beverly y Bill. Ninguno sabía aquello.

Al llegar tiró su bici en el jardín y comenzó a golpear la puerta. Nadie le abrió.

De pronto una piedra impactó en el vidrio cercano a la puerta. Richie miró a Stan, quien la habia lanzado.

-No tenemos tiempo para buenos modales ¡entra!- ambos entraron a la casa.

Caminaron fuera de la cocina encontrando una imagen poco agradable que solo los preocupó más.

No había nadie en la casa, o eso parecía, el salón estaba lleno de vidrios rotos y fotos destrozadas. Una canción resonaba en la planta de arriba.

Subieron sin esperar a Beverly o Bill y comenzaron a abrir las puertas buscando a la rubia.

Llegaron a la última. Estaba cerrada desde fuera pero no había ninguna llave cerca. La música salía de esa habitación. 

Richie golpeó la puerta desesperado gritando el nombre de la menor.

Al no recibir respuesta, empujaron la puerta hasta abrirla a la fuerza.

-¿Michelle?- se acercó Richie asustado. La menor estaba en el suelo con los brazos y la cabeza apoyados en el colchón. Se arrodilló sacudiendo su hombro. Lo que más le asustaba era el bote de pastillas y la botella de alcohol vacías a su lado.

La rubia giró apoyándose en él. Abrió los ojos enrojecidos y sonrió ampliamente.

-Rich- lo abrazó subiéndose a sus piernas -¿Qué haces aquí?- rió tontamente.

Richie suspiró algo más tranquilo. En ese momento llegaron Bill y Beverly y se colocaron al lado del Stan.

-Pequeña, ¿Qué dijimos de las pastillas?- preguntó aguantando las lágrimas.

Ella rió.

-Dieciséis- dijo sonriendo -Dieciséis pastillas me hicieron sentir mejor- cerró los ojos inclinando la cabeza hacia atrás.

-¿Dieciséis?- murmuró Richie con un hilo de voz.

Michelle asintió.

-¿Sabes Rich?- preguntó tomándolo de las mejillas -Te odio- sonrió -Te odio porque te amo demasiado y te prometo- dijo acercándose - Que puedes odiarme, despreciarme todo lo que quieras, pero mi dependencia emocional va a hacer que te proteja más que a mi vida entera. - seguía con una sonrisa en su rostro.

Richie negó -Nunca haría eso, Ma Belle- ella se encogió de hombros.

-También me odio a mí- rió - eso sonó estúpido, está claro que me odio, solo mírame- se señaló. La sombra de ojos estaba corrida, parecía simular sus lágrimas -Soy un desastre, además una niña de 13, ¿Por qué alguien como tú se fijaría en mí?-se separó un poco de él -Anoche mamá me encerró- cambió radicalmente de tema.

-Y te mentí- confesó -¿Sabes por qué me encerró?- Richie negó mientras algunas lágrimas se deslizaban por su rostro - Llegué tarde a casa, porque estuve en Neibolt- miró hacia la ventana - Esta vez si era papá, era él de verdad, pero entonces- se abrazó al mayor dejando la cabeza en su cuello - eso lo mató - a Richie se le herizó la piel por la cercanía y la fuerte confesión.

Acarició su espalda. Ninguno sabía que decir.

Michelle comenzó a llorar.

-Te mentí Richie, te mentí y rompí nuestra promesa, soy dependiente de ti y solo te causo problemas- sollozó aferrándose a su camiseta.

Richie la abrazó apoyando la cabeza sobre la suya.

Beverly regresó con un vaso de agua y una pastilla. Richie los tomó separándose un poco de Michelle.

-Tómatela- Le tendió la pastilla.
Ella obedeció tragandola en seco y aliviandolo con el agua.

Volvió a abrazarse a él. Stan se acercó sentándose al lado de Richie en silencio.

Bill miró a Richie, este le devolvió la mirada.

-Vete- pronunció. Seguía enfadado, Michelle estaba bien, pero ¿que hubiese pasado si no fuese así?
¿Y si Ben se hubiese herido más gravemente?
¿Cómo le explicarían a la chica que Eddie estaba herido y lo iban a encerrar de por vida?

Era demasiado.

Bill asintió levemente para abandonar la casa acompañado de la pelirroja.

Michelle se quedó dormida al rato.
Stan seguía a su lado.

¿Qué les estaba pasando?

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CURIOSIDADES:

-Richie descubrió las pastillas que tomaba y sellaron una promesa.
Michelle llevaba casi dos semanas sin tomarlas.

-Las pastillas que toma llevan receta, por lo que Michelle oculta la etiqueta con las de otro bote de pastillas.
El señor Kenee creyó que si eran pastillas para adelgazar para ella, por eso la alagó en la farmacia.

𝘋𝘢𝘥𝘥𝘺 𝘐𝘴𝘴𝘶𝘦𝘴 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora