Ya no quedaba sudor en mi cuerpo, había botado toda el agua de mi ser, en las 20 horas, que llevaba en trabajo de parto, sabía que debía aguantar lo más que pudiera, pero el dolor ya estaba alcanzando un nivel intolerable, me coloqué de costado, ya que, pensaba que así el dolor menguaría, sin embargo, el pequeño no dejaba de moverse y yo sólo quería que me lo sacaran ya.
Una toalla húmeda secando mi sudor, me hizo abrir los ojos y ver a Mew preocupado y ansioso -Lo estás haciendo bien bebé, dijo limpiando mi cuello.
-No estés preocupado amor, dije tratando de calmarlo, ya que, a leguas se veía que el susto se lo estaba comiendo vivo -Aguantaré.
Cuando el me iba a besar, una nueva contracción, hizo que me doblara y gimiera con fuerza, las lagrimas volvieron a salir y ya no me sentía tan seguro de lo que había dicho recién, tenía ganas de colocarme en cunclillas y pujar, lo cual era estúpido, ya que, no tenía una vagina para que mi hijo naciera, por ende el pujar no solucionaría nada.
-Mew ve por el médico, dije casi gritando, el dolor era invalidante.
El castaño con rapidez salió del cuarto y volvió a los minutos con mi médico -Dame algo para el dolor, no puedo aguantar más, dije apretando las manos en la camilla.
-Lo estás haciendo maravilloso, dijo tomando mis signos vitales -Iniciaremos la cesárea, tu presión está alta y eso es peligroso.
-Pero aún no han pasado 24 horas, dije con miedo, los pulmones de mi pequeño, aun no estaban maduros -Puedo aguantar, lo prometo.
-Lo sé pequeño, dijo el con una sonrisa paternal -Pero tu hijo ya quiere salir, no podemos seguir alargando esta tortura, además las 20 horas que ganaste, son más que suficientes.
Sin estar del todo convencido me puse a llorar, no quería que mi hijo tuviera problemas por mi culpa -No llores amor, todo saldrá bien y todo será gracias a lo valiente y fuerte que eres, dijo Mew acariciando mi mano.
- ¿Entrarás al parto?, le preguntó el médico a mi castaño, el con rapidez asintió y cuando me llevaron al quirófano, besó mis labios y me dijo que nos veríamos en breve, cuando me colocaron la epidural, Mew se puso pálido, lo cual me hizo pensar, que si esto le provocaba miedo, como lo haría con la cirugía, sin embargo, no pude pensar mucho, porque una nueva contracción me asaltó.
Cuando el castaño ingresó al quirófano, vestido con los implementos necesarios, para ser parte de esta cirugía, me sentí tranquilo y confiado, de la mano de Mew nada podía salir mal, el era un hombre en quien podías confiarle la vida.
-Ya falta menos, para que conozcamos a nuestro Alexander, dijo Mew besando mi frente -Estoy orgulloso de ti bebé.
Con lagrimas en los ojos asentí, me sentía muy emocionado y no tenía palabras para expresarlo, el médico comenzó a hacer las incisiones necesarias, y yo tenía mucha sed, mi boca estaba seca y estaba ansioso -Ven a cortar el cordón, papá orgulloso, dijo el doctor mirando a Mew, el cual con timidez soltó mi mano y fue a recibir a su hijo, después de seguir las instrucciones, procedió a separar a nuestro pequeño de mí.
Cuando Alexander lloró, lo hice con él, sus pulmones se veían bastante bien, a los minutos Mew, se acercó con nuestro hijo y con cuidado lo puso en mi pecho, para que yo lo besara -Es hermoso, dije viendo su piel rojiza, aún tenía grasita y algo de sangre, pero era precioso a mis ojos.
-Lo pondremos en incubadora un par de horas, dijo la enfermera quitándomelo del pecho, dándole un último beso me despedí.
-Lo hiciste genial pequeño, dijo el médico con una sonrisa -La anestesia pasara en unas horas, ahora te llevaran a tu cuarto a descansar.
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Una luz en la oscuridad
Fanfiction¿Cómo puede tu vida soñada, convertirse en una pesadilla?, esa es la pregunta que Gulf se hacía constantemente, desde que descubrió, que los monstruos no siempre se escondían bajo la cama, ya que, en su caso, se encontraba encima de esta, durmiendo...