Capítulo V

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Estaba terminando de pelar una piña, cuando unas manos grandes y masculinas, tomaron mis caderas y me movieron al ritmo de la música de fondo, que sonaba en el departamento, un beso en mi cuello me puso la piel chinita y la lamida en mi oreja, me hizo soltar el cuchillo y afirmar mi peso en ese cuerpo fuerte que me sostenía.

- ¿Me extrañaste?, dijo Mew en mi oído, con una voz suave y masculina.

- ¿Cuándo saliste?, dije bromeando y recibiendo una mordida de castigo - ¿Dónde está mi pequeño?

-Fue al baño a lavarse las manos, le compré un helado y venía todo pegajoso, dijo besando mi hombro y separándose de mí, cuando apareció Type en la cocina, si bien nuestra relación había cambiado drásticamente, es decir después de que lo besé en el sillón hace dos semanas, las caricias y besos eran pan de cada día entre nosotros, sin embargo, aún no pasábamos de eso y de manera tacita, tratábamos de no ser tan cariñosos frente a Type, no quería generarle algún problema o descontento.

-Mami, tío Mewie me compró un barquillo de tres sabores, dijo el pequeño sentándose en las piernas del castaño, justo frente a mi -Pero se rompió el cono y quedé todo sucio.

-Terminando aquí te daré una ducha y cambiaremos esa ropa sucia, dije besando su mejilla, con cuidado tomé un trozo de piña y se lo di, gesto que repetí con Mew, que feliz de la vida, lamió el jugo de la fruta de mis dedos, convirtiendo un gesto inocente en uno caliente y sensual.

- ¿A que hora vendrán tus amigos?, pregunté volviendo a mi labor, hoy vendría Tul y su pareja y tendríamos una noche de tragos y picadillos, ya que, esta era una costumbre que el castaño tenía con sus amigos y desde que había entrado en su vida, la había pospuesto por estar con Type y conmigo, así que después de muchos reclamos, por parte de Tul, Mew los había invitado esta noche.

-A las 20:00 pm, dijo el castaño dándole pequeños besitos a las mejillas de Type -Quiero mi revancha en Mario kart, está vez te ganaré pequeño.

-Será después de comer, dije sonriendo con el corazón alegre, amaba la relación de Mew y Type, el castaño se había vuelto un soporte esencial para mi hijo, la psicóloga infantil, me había dicho que mi niño veía en el mayor, a una fuente de protección, estabilidad y confianza.

Con rapidez puse la mesa y nos sentamos a comer, a pedido de Mew, las verduras eran casi inexistentes en sus platos y por esa razón, el pequeño lo adoraba más todavía, cuando terminamos de comer, vi a mi hijo jugar con Chopper y suspiré, el castaño me sentó en sus piernas y me acarició la espalda -Sólo serán dos horas y bajo fiscalización, no debes preocuparte amor, dijo sabiendo exactamente lo que estaba pensando, el juez que llevaba mi causa de divorcio, había autorizado que Kao viera a Type, dos horas los días domingos, lo tenía que hacer bajo la supervisión de una psicóloga infantil y en un lugar seguro, habíamos decidido que lo hiciera en una de las salas del despacho de Mew, una que tenían para que los niños jugaran, mientras ellos atendían a sus padres.

-Lo sé Mew, es sólo que no quiero que el lo dañe, no cuando está avanzando tanto en su terapia, dije colocando mi cara en su cuello y aspirando el masculino y adictivo aroma del castaño -Tengo terror, de que esas dos horas, se conviertan en más y que de pronto él se lo lleve.

-Eso no pasará amor, dijo obligándome a que lo mirara -Nadie nos quitará a nuestro Type, obviamente el podrá verlo más seguido si hace las cosas bien, inclusive puede que se quede un fin de semana con él, pero el pequeño remolino, siempre volverá con nosotros.

Que Mew dijera nuestro en vez de tu pequeño y que utilizara el nosotros, me hacía querer llorar de emoción, con fuerza lo abracé y besé su cuello, el castaño era una bendición en mi vida y haría todo lo posible por mantenerlo en ella, por mucho tiempo.

Una luz en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora