Capítulo XVII

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De la muerte de Klaus habían pasado cinco meses, meses en los que Malai estaba haciendo todo lo posible, por colocar su empresa en orden, estaba determinada a tenerme trabajando con ella.

Con una sonrisa terminé de comprar unos dulces, debido a que por todo lo que habíamos pasado, con el duelo de Klaus, lo cual desencadenó que Type estuviera enfermo varios días, sin contar que prácticamente ánimo de fiesta nadie tenía, no habíamos celebrado el cumpleaños de Alexander, así que con Mew, habíamos acordado que ya era hora de celebrar el primer año de vida, de nuestro bebé, aunque fuera un poco tarde.

Terminé de pagar y guardé las cosas en el maletero, por suerte mi querida suegra, se había quedado con los niños, para que yo pudiera hacer las compras tranquilo, viendo que estaba con tiempo de sobra, pasé a la pastelería para encargar la torta, después de escoger una de pororo, me decidí a comprar unos pastelitos para la cena, los cuales se veían exquisitos.

Mientras manejaba, llamé a Lawan, si bien confiaba plenamente en ella, no me gustaba dejar a los pequeños solos, menos cuando Alexander, era tan dependiente de mí -Hola mamá, ¿Cómo van las cosas?

-Muy bien hijo, Type está jugando con los perros y Alexander con sus bloques, dijo con su característica voz suave y dulce.

De pronto me di cuenta que estaba muy cerca del trabajo de Mew -Ma, estoy cerca del trabajo de Mew, ¿te molestaría si me desvió unos minutos, para ir a dejarle algo de comer?, dije bajando un poco el vidrio, para que entrara aire.

-Claro que no, estamos bien y sabes que no tengo nada que hacer, dijo haciendo ruido con unas ollas - ¿Vendrás a almorzar?

-Si, sólo dejaré algo para que Mew coma y me voy, dije estacionándome y colgando la llamada, con rapidez tomé el paquete con pastelitos y bajé, cuando llegué a la oficina de mi pareja, la secretaria me recibió con una cálida y amable sonrisa, después de saludarla pregunté, si mi hombre estaba libre.

-Está reunido con alguien, dijo ella levantando el teléfono, para anunciar mi llegada, con rapidez la detuve.

-No te preocupes, yo vine sin avisarle, dije mordiendo mi labio - ¿Sabes si demorará mucho?

-No lo sé Gulf, pero no es una reunión de trabajo, dijo mirando su agenda -Creo que no habrá problemas si le digo que viniste, de hecho, el me tiene dicho que independiente de lo que esté haciendo, siempre le pase tus llamadas y visitas.

Cuando le iba a contestar, sentí la risa de mi castaño y me giré buscando ese agradable sonido, la sonrisa se fue de mi rostro, cuando vi con quien reía, con cuidado me moví refugiándome cerca de un pilar, desde aquí podía ver la interacción de mi novio con Strong, sin que ellos me vieran, se notaban tan cómodos juntos, si lo mirabas desde fuera se veían muy compenetrados, hasta su paso al caminar era sincronizado, de pronto mi mente torcida, se imaginó la misma escena un par de años atrás, quizás Mew hubiera tomado su mano y besado sus labios, mientras caminaban y eran felices por ahí.

La punzada que sentí en mi estómago, se extendió a mi pecho y pude identificarla claramente, como unos incontrolables y brutales celos, los cuales se acentuaron cuando Strong se despidió con un abrazo, que para mi gusto, se extendió más de lo debido.

Cuando Mew volvió a su oficina solo, salí de mi escondite y le sonreí a la mujer, que con una ceja enarcada me miraba - ¿Puedo entrar ahora?, dije mordiendo mi labio, en el fondo me imaginaba que mi conducta era por lo menos rara, ella asintió y yo lleno de dudas y preocupaciones llegué hasta la oficina del castaño, después de golpear escuché su voz, permitiéndome entrar.

Una luz en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora