Una luz en la oscuridad

Capítulo XXI

Desperté por el llanto de Natasha, con cuidado de no molestar a mi castaño me levanté y tomé a la pequeña, que ya con 10 meses, no era tan tranquila como cuando nació, después de cambiarle el pañal, la acerqué a mi pecho para que comiera, mientras me sentaba en mi mecedora al lado de la ventana, con cariño la vi mamando con rapidez, en la noche comía con tranquilidad, ya que, no debía competir con Alexander por su leche.

- ¿No tienes sueño, preciosa?, dije viendo sus hermosos ojos, color chocolate muy abiertos, era increíble como Natasha cada día se parecía más a Mew, sólo tenía mis labios, cabello y mejillas, todo lo demás era de su padre.

Cuando la pequeña se durmió, la acosté en su cunita y fui a ver a mis otros pequeños, Type como siempre dormía destapado, con cuidado lo acomodé mejor y cubrí con la ropa de cama, después fui a donde Alexander, con preocupación vi que de nuevo había mojado la cama, con suavidad lo desperté y metí al baño, le di una ducha con agua caliente y lo vestí con un pijama calentito, saqué la ropa de cama y limpié el colchón.

- ¿Qué pasó bebé?, dije acariciando su espaldita, mientras lo llevaba a mi cama.

-Lo siento mami, no me di cuenta, dijo llorando en mi cuello

-No llores mi amor, dije acostándolo sobre mi pecho y tapándonos a ambos -No pasa nada, duerme bebé.

-No le digas a papi, dijo refregándose sus ojitos -No quiero que se enoje conmigo.

- ¿Por qué habría de enojarme contigo bebé?, dijo la voz adormilada de Mew - ¿Qué pasó?

El pequeño se escondió en mi cuello y susurró -Mojé la cama.

El castaño se sentó y me lo quitó de los brazos, acomodándolo sobre su pecho -No importa lo que hagas amor, yo no me enojaré contigo, dijo besando sus mejilla -Lo de la cama es un detalle, buscaremos la forma de que no vuelva a ocurrir, ¿está bien?

El pequeño asintió y después de unos minutos, volvió a mis brazos, quedándose dormido entre ambos -La psicóloga dijo que era una forma de llamar la atención, dijo Mew bajito, mientras acariciaba los cabellos castaños de nuestro hijo -Aún está celoso de la princesa y ya han pasado 6 meses.

-No sé Mew, dije viendo como el pequeño se pegaba más a mi -Probaré no darle más líquido después de las 20:00 pm, si no lo llevaré al médico, si esto continua, vivirá resfriado.

- ¿Cuánto llevas despierto?, dijo acariciando mis mejillas -Te ves cansado.

-Un rato, alimente y cambié a Natasha, fui a tapar a Type, cambié, duché y limpié a Alexander, dije sintiendo que me volvía a quedar dormido 

- ¿Por qué no me despertaste?, sabes que te puedo a ayudar, dijo bajito Mew.

-Trabajas temprano amor, dije acariciando su brazo, que descansaba en mi cadera, sabiendo que no duraría mucho despierto, le susurré -Volvamos a dormir.

Al día siguiente me levanté temprano y preparé a Type para la escuela, cuando estaba listo, serví el desayuno y vi como Mew y mi pequeño comían, ya que Alexander y Natasha aún dormían.

-Mami, ¿puede venir Marck hoy a casa?, dijo el pequeño comiendo su cereal con leche.

-Si amor, dije acariciando sus cabellos y sirviéndole más café a Mew, con un beso me despedí de mis dos amores, ya que, era el castaño quien llevaba a Type al colegio todos los días, lo pasaba a dejar, antes de irse al trabajo y yo en la tarde lo iba a buscar.