Una Luz En Mi Oscuridad (SIN CORREGIR)

Capítulo 40

Me desperté y me di cuenta que me encontraba sola en la cama de Erick. Me remuevo un poco, donde estoy acostada, en las sábanas está impregnado el aroma de mi novio. El ambiente, todo huele a él.  
 

Desearía quedarme aquí a esperarlo, ya que no tengo ni idea a donde había ido. Como tengo cosas pendientes que hacer, por supuesto que no puedo quedarme aquí recostada y dejar que pase el tiempo y esperar. 
 

Tenía que hacer los ejercicios con Elián e ir también con mis hermanos, necesitaba saber como estaban. Se que solo había sido una noche que los dejé solos, pero aún así no me sentía tranquila.  
 

Salgo de la cama en busca de mi ropa, me urge un baño, y lo necesito con un agua tibia, que relaje todo mi cuerpo. Al tomar mi ropa, me visto lo más deprisa posible. Cuando me siento en la orilla de la cama, para ponerme el calzado, noto un papelito escrito con una rosa a lado. Pauso lo que iba hacer anteriormente y tomo la nota, junto con la flor. 
 

"Buenos días, bonita. Espero hayas descansado, y te encuentres bien. De todos modos no dudes en avisarme cualquier cosa, si te sientes mal o lo que sea. Tuve que salir por un asunto del trabajo, pero en cuanto termine, regresaré para pasar el día juntos. Así que espera por mí. Cualquier cosa que necesites dímelo a Olga o Frank. Ya cuento las horas para verte de nuevo" P.D. hasta dormida me encanta verte. Erick, el novio más afortunado del mundo.  

Rio con lo último que escribió. Eso me recordaba cada parte de lo que hicimos anoche, no lo había olvidado, solo que eso me llevó a más recuerdos. Me ruborice, pensar en eso me daba algo de pena, aún no podía creer que me había entregado a él. Y ahora no sabía cómo iba a verle a la cara, sin que me sonrojara.  
 

Llevo a mi nariz la hermosa rosa para oler su exquisito aroma, la nota y la flor, tenían la loción de Erick. Era delicioso, me encantaba su esencia y eso me hacía recordarlo más.  

Minutos después salí de su habitación y me dirigí a la mía. Tome un baño, me quede casi media hora en el agua, quería que mis músculos y todo mi cuerpo se relajará. Me hacía mucha falta. Al terminar me puse unos jeans y una blusa de botones. Y salí hacía la cocina. Aún era muy temprano para que  Elián estuviera despierto, así que esperaría, pero antes comería algo. 
 

Cuando llegó, veo a Olga platicando con el cocinero. Me acerco hasta la isla de la cocina. 

— Buenos días — saludo alegremente.  

— Buenos días, al parecer alguien descanso muy bien — responde Olga, se gira para verme. 
 

Me sonrojo, ¿qué quiso decir?, ¿estará enterada de lo que pasó anoche? O no, que vergüenza.  
 

No digo nada y solo tomo asiento en una de las sillas que se encuentra junto a la mesilla. Alzo la vista hasta Olga, y la veo con una gran sonrisa en su rostro. 
 

— Lo sé todo — dice, yo solo la veo desconcertada. — No te preocupes, no te haré preguntas. 
 

Se gira y camina hacía el horno, seguía sin comprender sus palabras. Quizás si estaba enterada de todo. Eso ocasionaba que mi vergüenza y mi rubor aumentará.  
 

Quedo más anonadada cuando coloca en la mesilla una bandeja con un desayuno completo, todo se ve delicioso. Vuelvo a verla. 

— No era necesario — digo, hago un mohín.  

— Come, son órdenes del señor — dice ordenando — Así que no quiero ni un pero. 
 

Termina de hablar, y se va, dejándome sola ahí.  
 

Sonrío al saber que el pidió que me hicieran el desayuno, nunca se cansaba de ser lindo y atento conmigo. A pesar de que no estaba acostumbrada a que las personas me trataran así o hicieran las cosas por mí, aún así esto me estaba gustando, pero solo por él.