Epílogo

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Decirle adiós a esa persona que en algún momento significó mucho para ti, había sido lo más difícil y doloroso que había hecho en mi vida. Me sentía incompleta, como si una parte de mí se hubiera quedado con él, en el instante que me alejé.
 
No voy a negar que caí en una depresión de casi un mes, no quería saber de nada y de nadie. Me sentía aún mal, por todo. No solo me afectaba lo que él me había hecho, sino también lo de mi madre, la pérdida de mi hermano. Aún así tuve que levantarme, pero sin ánimos de nada. Definitivamente había dejado de ser la antigua Luciana.
 

Habían pasado cinco meses, ya estábamos en el mes de Julio, un mes que espere con muchas ansías, pero ahora ya no lo sentía igual. Había soñado mucho con este día, terminar mi carrera de económica, poderme graduar y tener un título para poder encontrar un buen trabajo.  
 

Por fin había logrando lo que con mucho trabajo y esmero le había dedicado mi tiempo y todo en ello. Aún no me sentía completa, me hacían falta personas en mi vida, pero tuve que hacer eso a un lado e intentar disfrutar el momento y valorar a las personas que quedaban aquí. 
 

Mis pequeños hermanos, Olivia y Mike, que nunca han dejado de apoyarme y estar a mi lado, son las únicas personas que no me han fallado y que siguen aquí. Y no podía faltar mi maravillosa y mejor amiga Rebecca.  
 

Hoy compartimos este sueño y meta, juntas, tomadas de las manos, ella me sonríe, está sentada a mi lado. Mientras escuchamos el discurso del director. Mis hermanos están con Olivia y Mike, un poco lejos de donde nos encontramos sentados los alumnos.  
 

En ese momento tan importante mi cerebro recreó imágenes de personas que me hubiera gustado que estuvieran aquí. Quisiera mirarlos a la cara y decirles que lo he logrado, por mi misma, que a nadie le debo nada. Me había vuelto un poco fría y directa, pero solo con las personas que ya no significaban nada en mi vida. 
 

Cuando escuché mi nombre de la boca del maestro de ceremonia reaccioné y dejé mis pensamientos a un lado. En mis manos tenía el discurso que que debía leer. Era hora de dar las gracias en nombre de mis compañeros. Desde arriba miré el lugar lleno de personas, alumnos, padres, maestros, y en el sitió donde debe estar mi familia, fije mi vista por unos segundos allí. Se encontraban con una enorme sonrisa cada uno, eso hizo que mi corazón no se sintiera tan desolado y me dio ánimos hablar por el micrófono.  
 

— Hoy, nos hemos convertido en un ejemplo para muchos, no está permitido retroceder, aquí nos encontramos todos los que comenzamos con una lucha constante y logramos llegar hasta el final sin tirar la toalla. En algún momento tendremos la oportunidad de avanzar más y ser alguien mucho más, demostrar de lo que estamos hechos y lo que hemos aprendido. Aprovechemos cada minuto, cada segundo para tener un mejor futuro, por ello nunca debemos dejar caernos, intentarlo siempre, sin importarnos todos los obstáculos que se nos atraviesen en el camino. Así que ¡Sigamos adelante! ¡ Nunca se den por vencidos! 

Estuve a punto de quedarme sin voz, por gritar con tanta fuerza. Quería expresarles a todos mi sentir en esas palabras, o tal vez quería hacerlo más para mí, hacerme la idea de que tenía que seguir con mi vida, enfrentar el mundo, que esta vida seguía y no podía quedarme a lamentarme.  
 

Había sido un discurso de una estudiante de veinticuatro años a quién la vida le había puesto un millón de obstáculos, pero con inteligencia había sabido enfrentar. 

— Luciana, ¡Felicidades ha sido un gran discurso! — dice el profesor de economía.  
 

— ¡Gracias! — respondí, sonriendo. — Solo dije lo que he pensado. 

— Sí así piensas, no tengo más que decir, más que estoy muy orgulloso de ti, de todos ustedes los jóvenes que hemos formado. Pero en especial lo digo, más por ti. Fuiste la mejor de mi clase, se lo que significa, y el esfuerzo y dedicación que le pusiste todos estos años. Te mereces triunfar, por tu buen trabajo.  
 

No me dio tiempo a responder al profesor, porque se acercaron todos mis compañeros, a abrazarme. Rebe se laza a mis brazos, como siempre asfixiándome. Amo a esta loca. 

Después abrazarme con todos, me dirigí hacia mis pequeños y Olivia, Mike. Les doy un abrazo y luego tomo a mis hermanos entre mis brazos para estrujarlos junto a mí.  
 

Siento como si alguien me estuviera viendo, pero al bajar y soltar a mis hermanos, recorro con mi vista el alrededor para salir de dudas, pero no veo nada extraño. Así que no le tomo más importancia y me vuelvo hacia mi familia. Para poder así irnos. 

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Después de un largo tiempo Olivia a obtenido por fin la custodia de mis hermanos. Estamos sumamente felices por lograr lo que tanto habíamos esperado. Íbamos a festejar por ello. Mis pequeños estaban muy emocionados porque tendrían una casa y una familia.  
 

Yo estaba algo nostálgica, a la vez feliz. Por ellos, eso quería decir que ya no los iba a ver tan seguido. Seguiré yendo a visitarlos, pero eso no sería lo mismo. Me conformaba con verlos felices.  
 

Yo me había mudado hace como dos meses. Mi amiga había decidido ser independiente y irse a vivir a un apartamento, me invito que fuera su compañera de piso, por un tiempo me negué, pero cuando note que ya era había permaneciendo mucho viviendo en casa de Olivia, decidí aceptar. De igual forma mis hermanos ya eran legalmente hijos de ellos. 
 

Creo que fue la mejor decisión, elegir vivir con mi mejor amiga. El apartamento no es muy espacioso, pero es muy cómodo y bonito. Ella quería alquilar uno grande, pero yo le advertí que si lo hacía no me iría a vivir con ella. Así que hiso caso a mis protestas, y eligió uno sencillo. Con dos habitaciones de mismo tamaño, una pequeña de invitados, una cocina reducida pero bonita, con una sala por igual, y con un práctico y amplio baño. 
 

Al parecer todo marchaba muy bien. También estaba apunto de tener mi primera entrevista de trabajo, que estaba relacionada con mi carrera. Eso me alegraba mucho, hasta el punto de subirme un poco los ánimos. Desde que pasó todo lo relacionado en esa mansión y con él, no he podido dormir y llevar una vida normalmente bien. 

Es difícil dejar de pensar en él, pero en este tiempo he logrado hacerlo, solo espero que mi corazón también lo hago en algún futuro.  
 

Tener la mente ocupada me ayudaba a no pensar en ello, pero eso no evita que deje de sentir, lo que siento por él. Como dijo Olivia "El tiempo lo dirá todo" prefiero tomar esas palabras a las de mi amiga, "Un clavo saca a otro clavo" esa chica a veces está mal con lo que dice, si ella tomaba sus propias frases, pero yo no lo hacía.  
 

Solo espero a que mi futuro sea mejor que ahora, no me quejo de la vida que llevo hasta ahora, pero solo deseo estar tranquilamente y estar todo el tiempo ocupada. Para no estar pensando en nada que me haga caer otra vez en depresión y en esa oscuridad que me acecha en del pasado.  

Después de levantarme, con ayuda de mis seres queridos. Lograré enfrentar todo lo que venga a mi vida. Todo eso me hizo más fuerte y resistente.
 
Ahora estoy más segura de que saldré adelante, el motivo, soy yo. Esa es mi razón, pensar en mí, si lo hago así podré cumplir y llevar todo lo que había querido hacer al principio, todo antes de que él llegara a mi vida y desestabilizara mi mundo entero. Así que esto lo haré por mí misma, necesito demostrarme que nada, ni nadie me hace falta, que puedo seguir con mi vida normalmente sin él. Aunque aún lo ame con locura desenfrenada. 
 
 
 
 

 
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Hemos llegado al final de este libro, espero les haya gustado. 
Estoy sumamente agradecida con todas esas lectoras que empezaron conmigo desde el primer capítulo hasta el final, eso me ayuda mucho y me motiva a seguir compartiendo mis historias con ustedes. Gracias mil veces gracias. 💗🥰

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Una Luz En Mi Oscuridad (SIN CORREGIR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora