Capítulo 11

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La incertidumbre de no saber qué me deparaba el destino  después de que todo mi universo se viniera abajo, después de enterarme del secreto que ocultaban Olivia y Ana.

 
Siempre me mantuve segura de mi misma, controlando todas las situaciones que me rodeaban y absolutamente confiada de que nada podía desestabilizarme.

 
Tras una caminata de más de veinte minutos, entré  en un café para relajarme un poco y pensar bien las cosas.
 

La cafetería era pequeña, bonita y acogedora. Al principio había entrado ahí sin saber muy bien por qué; algo atrajo mi atención.

 
Me senté en una mesa de la esquina, la más alejada de la puerta.

 
Necesitaba hablar con alguien y que mejor con mi mejor amiga, Rebecca. Saqué de mi bolsillo mi celular barato que acaba de comprar, ya que era necesario y no tuve de otra forma.

 
Antes de que le marcará.
Apareció un camarero para preguntar que deseaba, tendiendome la carta.
 

Como no llevaba mucho dinero, la rechaze con un gesto de la mano, solo le encargué un té negro frío, ya que últimamente estaba haciendo mucho calor.

 
Al momento de retirarse el camarero, dirigí mi vista al lugar, se miraba muy lindo.

 
Como no pude llamar a Rebe por ser interrumpida, le envió un mensaje rápido y corto, diciéndole dónde me encontraba y que ocupaba verla.

 
Levanto la vista del celular y fijó mi vista en la puerta de entrada, antes de agacharla para volver a ver la pantalla de mi móvil, de repente no se que es lo que sucede pero parece que el mundo se detuvo a mi al rededor, ya que mi vista esta puesta fijamente en él, como no reconocerlo, jamás podría olvidar un hombre así.

 
En efecto ahí estaba él. Alto, con esa postura erguida que siempre que lo veo tiene.

Mi mirada va directo a esos ojos, a esa mirada verde que hipnotiza.

 
Creo que él siente mi mirada sobre él, porque voltea y me ve, se queda por un momento así.

 
Hasta que se encamina en dirección hacia donde yo me encuentro, me quedo congelada y no puedo reaccionar, intentó moverme para ponerme de pie pero ninguno de mis músculos responde.

 
《¿Que hace, porque viene directo hacia acá?》

 
Veía como ese hombre atractivo caminaba hacia mí. Me sonroje de nuevo al ver aquel magnífico hombre frente a mi.

 
— Buenas tardes, Srta. Luciana — dice al llegar junto a la mesa, esta de pie frente a mí, aún sigo sin poder decir ni una palabra.

 
Se me erizo los vellos de la piel al momento de escuchar su voz, ese tono grave y rotundame, demostraba seguridad y elegancia.

 
Sí, era uno de esos hombres que imponían y a quien nadie le daría un "No" por respuesta.

 
— Buenas tardes.. señor Howard.. — balbuceo,.

 
Él arquea una ceja, y eleva la comisura de su labio algo levemente, yo me sonrojo más y retiro mi mirada de él.

 
— ¿Puedo tomar asiento? — pregunta y señala la silla que está frente a mí.

 
No logro volver abrir la boca, me limito a asentir, y después de tomar asiento, fija de nuevo su mirada en mí y vuelve a tomar la palabra él.

 
— Me quedé esperando su respuesta, sobre lo que le ofrecí.

 
Me pongo aún más nerviosa, 《¿por qué siempre que lo tengo frente a mi me pongo así?》

 
— Usted me dijo que tenía tiempo para pensarlo y después darle una respuesta.

Una Luz En Mi Oscuridad (SIN CORREGIR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora