Capítulo 2

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GABRIELA

Al fin estaba pasando. Ahora mismo estaba contenta porque Alex había movido la mano, eso era bueno, al fin y al cabo, y parte de la esperanza que había perdido, volvió y con más fuerza.

Carlota y Ana entran en la habitación y poco después entra Marcos con el médico que empiezan a hacer no sé qué cosa, y la verdad es que en este momento no estaba prestando atención a lo que estaba diciendo, pero en cuanto noto como me quieren separar de Alex, miro para el culpable, Marcos.

-Tranquila, no te voy a llevar a ningún lado, los médicos necesitan el especio para trabajar, esperaremos delante de la puerta, ¿Vale?

Me tranquilicé un poco y salí con ello detrás. Ellos se sentaron mientras yo andaba de un lado para otro por el pasillo.

- ¿Te puedes estar quieta al menos un rato?

-No puedo Carlota, Alex movió la mano, eso debe ser buena señal ¿verdad?

-Claro que sí, pero ahora relájate y siéntate que empiezas a ponerme de los nervios, y de no ser porque estés embarazada te juro que te daría una colleja.

-Debo llamar a Carolina, estoy segura que se emocionará al saber esto.

-Estoy segura que sí, pero debes relajarte un poco porque no queremos que te desmayes de la emoción, recuerda lo que te dijeron los médicos el día que te ingresaron.

-Lo recuerdo y no se me olvida, ¡¡¡¡pero es que Alex puede despertar!!!!

Con eso me aparto de ellos un poco, cojo el teléfono y marco a Carolina la cual no tarda demasiado en contestar.

-Gabriela, ¿le pasa algo a Alex? ¿Te pasa algo?

-Estoy bien no te preocupes, pero te tengo buenas noticias.

- ¿Cuáles?

-Hace un rato estaba con Alex en la habitación y movió la mano, eso debe de ser bueno.

-Oh, no me lo puedo creer, y claro que tiene que ser una buena señal. Escucha, ahora voy para allá.

- ¿Puedes avisar a Mónica? Quiero estar allí cuando los médicos salgan de la habitación.

- Si, no te preocupes que la aviso. Nos vemos al rato Gabriela.

-Nos vemos al rato.

Colgamos, llamé a mi madre para decirle lo de Alex y me dijo que vendrían para acá, pero logré convencerla de que se quedase en casa, que no era necesario que viniese, que cualquier cosa la avisaría. En cuanto colgué fui a donde estaban los demás y empecé a andar de un lado a otro como hace un rato.

-Yo pensé que estaba mal, pero por lo que veo exageraste Marcos.

Yo y Carlota giramos nuestras cabezas en la dirección de la que había venido esa voz, y a pesar de que sabía de sobra que pertenecía a Carlos, no me lo podía creer.

-Y créeme que lo estaba, no te mentí en eso.

- ¿Qué haces aquí Carlos? ¿No deberías estar trabajando?

-El jefe me dio un par de días libres al saber que mi hermana estaba mal, de ahí que haya aparecido aquí.

-Ana está bien como para que vengas.

-Me refería a ti Gabriela, pero mejor por qué mejor no nos vamos a comer a algún lugar.

-No me pienso mover de aquí Carlos.

-Menos mal porque te traigo tu plato preferido de ese restaurante al que fuimos hace años.

-No era nece...

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