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—¿Y-y quién es ese chico?—pregunté aún sin salir de mi asombro.

—¿Cuál?—respondió Tanjiro.

—Ese, el que acaba de llegar, el rubio—parecía loca porque no podía dejar de mirarlo.

—¿Zenitzu?—bromeó el castaño—Lo siento ____, pero ahí no hay ningún rubio, al menos yo no lo veo—Tanjiro estaba confundido.

—¿No lo ves?, el que está a lado de la chica con cabello verde y rosa—está situación me estaba comenzando a desesperar, ¿cómo podía no verlo?

—¿Sanemi?, bueno no diría que es rubio—dijo pensativo.

—Oh, bueno, no importa, de pronto pensé que lo conocía—respondí resignada, me quedaba claro que Tanjiro no estaba bromeando y si yo seguía insistiendo me iban a tomar de loca y podía perder las únicas amistades que tenía.

Volteé de nuevo a ver a aquel chico, seguía riendo junto a los demás, no sabía cómo explicarlo, pero se sentía como si fuera un imán que me atraía cada vez más hacía él.

—Riiing—la campaña sonó indicando que el receso había terminado.

—Será mejor que vayamos a clase, mi irá mal si llegó tarde otra vez—dijo Zenitzu mientras recogía su charola de comida.

Todos nos levantamos y nos dirigimos hacía la salida, voltee a dar un último vistazo al chico rubio que se iba junto con sus amigos, ¿cómo es qué no lo había visto antes?

De regreso a clases no pude concentrarme ni un poco, era como si ese chico se hubiera quedado a vivir en mi cerebro. Que tonta, ni siquiera sé quién es, no sé si siquiera existe, tal vez mi mente había creado una ilusión para sacarme de esta rutinaria vida mía, no encontraba otra explicación.

Al finalizar las clases regrese a mi habitación dispuesta a sacar a ese chico de mi cabeza, quizá escuchar un poco de música me ayudaría, me coloqué los audífonos, me recosté y puse el aleatorio.

Reproduciendo
*Gee-Girls Generation*

(Escuchen la canción para que tenga sentido🥺)

Cerré los ojos y me centré en la canción, pero gran error, fue la peor canción que pude escuchar en estos momentos, me quité los audífonos un poco frustrada, en ese momento Kanao entró a la habitación, sólo me miro, sonrió y empezó a hacer sus cosas.

Me agradaba, nunca me había tratado mal y sentía que era igual de mala que yo para hablar con la gente, quizá podría preguntarle acerca de ese chico.

—*Aclaré mi garganta* d-disculpa—volteó a mirarme con curiosidad—¿Será que te puedo hacer una pregunta?, no esta, otra obviamente—reí nerviosamente, ella sólo asintió con la cabeza.

—Será que tú conoces a un chico de complexión delgada, alto, con cabello rubio, pero naranja de las puntas, lo amarra en una coleta y yo diría que sus cejas son prominentes, sus ojos son del mismo color que su cabello—Traté de describirlo como pude, aunque por dentro estaba muerta de vergüenza por haber memorizado tantos detalles de alguien que vi solamente una vez.

Kanao sacudió la cabeza, suspire y no pude evitar sentirme deprimida—Bueno, conozco alguien parecido a lo que dices, pero no es alto—la chica habló bajito, pero fui capaz de escucharla y sentí que el alma me volvió al cuerpo.

—¿En serio?, ¿quién es?—dije entusiasmada.

—Se llama Senjuro Rengoku, es de primer grado—contestó ella.

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Cuando te encuentre (KyojuroRengokuxLectora) (Kyojuro Rengoku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora