La noche finalmente llegó y ambos se escabulleron hacia el pueblo, por la forma en que iban vestidos nadie sabría a ciencia cierta si se trataban de nobles o de un pueblerino. Tenían capuchas, pero de ser necesario se las quitarían e igualmente se veían como gente común, por lo menos Dewis, porque sin importar que usara u ocultara Kari, seguía viéndose como algo exótico. Dewis se percató de ese hecho debido a la atención que causo cuando entraron en una posada, por lo menos eso es lo que parecía por fuera, porque el estado en que se encontraba no era exactamente la de un lugar para descansar. Las paredes estaban mohosas y con grietas, además, el polvo que había por todos lados era excesivo. Aunque lo que en realidad le molestaba de toda esa situación no fue el estado de la edificación, sino más bien las miradas de los extraños sobre Kari. Al principio los trataron como sospechosos por cargar capuchas, pero al momento de quitárselas, el trato fue diferente, por lo menos de parte de las mujeres. Dewis no podía evitar lanzar malas miradas a casi todo el mundo.
-Deseamos una habitación por favor.
Kari dijo cuando estuvo en la recepción de aquel lugar, el cual estaba siendo atendido por una pareja casada. Tal vez el problema hubiese sido menos si Kari no estuviese encantando a ambos, tanto a la mujer como al hombre que atendían.
-C-claro... ¿Qué otra cosa desea? No tenemos mucho, pero podemos hacer lo que usted desee.
-Puedo ir a cortar leña para calentarles algo de agua y tomen una ducha, deben estar agotados.
El esposo entro también en recepción, ofreciendo más servicios de los que seguro tenían allí.
-Eso suena bien, muchas gracias.
-De nada... ¡Iré de inmediato!
¿Acaso podían ser más obvios? El hombre se marchó rápidamente, notándosele la vergüenza que sintió por la sonrisa que mostró Kari.
-Entonces... ¿Desea una habitación para cada uno? –pregunto la mujer mayor moviendo demasiado sus manos debido a su nerviosismo.
-No, una sola habitación.
Como si la mujer hubiese entendido algo que no fue dicho, se avergonzó un poco y después asintió, tomó las manos de Kari sin perder un poco de la emoción que mostró en su cara.
-¿Debe ser difícil para ustedes, verdad? –soltó ella -. Pero no tienen nada de qué preocuparse aquí... Nadie los juzgara o tratara mal. ¡No tendrán ninguna preocupación! Así que pueden relajarse todo lo que deseen.
-Muchas gracias... -soltó Kari con una corta risa -. Es muy amable.
-Bueno... -comentó la mujer en un suspiro -. Aunque se vea que todo va mal, en realidad no es así...
-¿No es así? ¿Cómo es eso posible?
La mujer dudó un poco, antes de hacer un gesto para que Kari se inclinara un poco hacia ella, lo cual hizo.
-La situación sobre el heredero ha sido difícil... Ese hombre, el primo del príncipe heredero, ha despilfarrado todo el dinero del territorio. Ahora quiere tomar el trono para seguir sacándonos dinero... ¡pero todo estará bien!
-¿De verdad?
A Kari le sorprendía la facilidad con que tomaban confianza las personas allí, desde que llegaron, no hubo nadie que los trato mal, si les vieron sospechosos, pero al notar que no eran de allí y más aún que no se trataban de la guardia del palacio, simplemente se relajaron, tratándolos con naturalidad.
-Sí... El príncipe heredero esta de nuestro lado.
Con esas palabras la sorpresa estuvo presente en el rostro de Kari.
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El candidato al trono
RomanceDewis es el heredero de la familia Aliskar, una familia de caballeros, el cual sufre de una traición por parte de la persona que más amaba, causando que este sea sentenciado a muerte. En su lecho de muerte ha jurado que no volverá a caer en la tramp...