Sinopsis
«Bill nunca se fue » es lo que decía mi hermana estando sentada en el desván, en aquella tarde rojiza de nuestro cuarto verano en el pueblo de Gravity Falls. Su sonrisa quebrada que se dibujaba en su rostro, cuando una sombra triangular apa...
Advertencia: Lectura para mayores de 18 años en adelante, contiene situaciones de tema erótico y sexual. Lenguaje ofensivo y vulgar.
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Capítulo VI: El Termino de un sueño
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Arriba en el cielo se abría una grieta en forma de cruz rasgando y dividiendo para dar paso, a la abertura de una dimensión desconocida con colores vivos y psicodélicos. Ese mismo cielo se tornó un naranja oscuro y un verde ocre, nubarrones oscuros invadían bloqueando todo paso de luz. Unos bloques aparecían formando un castillo flotante en forma de pirámide, instalándose un poco apartado en el centro del pueblo. El clima cambio pasando de un verano cálido a uno frío y con fuertes vientos. El flujo de las corrientes cambio de dirección, tomando rumbo hacia el cielo siendo cascada escarlata de sangre. Los habitantes miraban asombrados el paisaje desconocido y temible que se mostraba ante ellos. Bill quien hasta el momento estaba acostumbrándose a su nueva forma física y la cantidad de poder que recibía, acerco la burbuja de Estrella fugaz para susurrar unas palabras y mandarla a donde estaba el viejo puente, haciéndose más grande y brillante en el proceso.
Escucho las protestas y gritos de los pueblerinos exigiendo una explicación y a la vez demandando que se largara de este pueblo. El demonio solo descendió llegando a donde estaban ellos, y miro con su ojo entrecerrado a cada persona presente que lo retaba.
- - ¡Presten atención marionetas de cincos sentidos, tridimensionales y deformes de corta vida! - Dijo Bill en tono serio. – Durante millones de años estuve atrapado en mi putrefacta dimensión, esperando adueñarme de un nuevo universo con el cual poder apropiarme. – Dije acercándome a todos para que me admiraban y me conocieran. – Mi nombre es Bill Cipher, pero pueden llamarme su amo y señor de toda la eternidad. – Dicho esto lance un rayo láser derritiendo la estatua de su fundador y riéndome con locura.
Sin perder más el tiempo llame a mi pandilla para que los conocieran o más bien sus verdugos del apocalipsis. Apareciendo a la dimensión diversas criaturas, monstruos de pesadillas y demonios de diferentes fuerzas y categorías. Causando destrozo a su paso y atemorizando gente a los alrededores, mientras proclamaba el pueblo como mío.
Hubo gente que protesto y lucharon por deshacerse de aquel demonio, pero solo consiguieron enfurecerlo petrificando a una parte de los habitantes del pueblo.
- - ¿Alguien más que quiera retarme? – Dije en tono facticio. – Oh que desee revelarse, con gusto lo convertiré en una estatua.
Nadie respondió todos estaban atemorizados viendo lo que había hecho, en cambio una familia de alta clase se presentó ante él.
- - Yo quería decir como rico capitalista, que le doy la bienvenida a este pueblo rey tirano. – Dijo Preston Noroeste. – Podríamos ser parte de sus jinetes del apocalipsis.
