[11]-Nos Veremos

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Advertencia: Lectura para mayores de 18 años en adelante, contiene situaciones de tema erótico y sexual. Lenguaje ofensivo y vulgar.

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Capítulo XI: Nos Veremos

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Había pasado tres días desde el Raromagedón, misteriosamente el pueblo había vuelto a la normalidad. Incluyendo a las personas que se supone que habían muerto en el apocalipsis, estaban vivas e incluso el tiempo no resulto alterado.

Dipper se encontraba junto con Ford en el bosque viendo la estatua de Bill Cipher, frente a ellos estaban los tres diarios intactos, sin haber sufrido ninguna quemadura.

- - Esto es extraño. – Dijo el castaño acuclillándose para tomar los diarios y comprobar que no faltaba ninguna hoja. – Tengo entendido que Bill los destruyo. Lo vi con mis propios ojos.

- - Parece que cuando creo el Raromagedón, jugo mucho con las leyes del tiempo y la física. – Dijo Ford. – Es como si nunca hubiéramos tenido este extraño evento.

- - Tío Ford, crees que él... ¿regrese?

- - No estoy muy seguro, pero me temo que no. – Dijo Ford. – Recuerda que lo borramos de la memoria de Stanley.

- - El tío Stan... Mabel – Dijo. – Ellos ha sufrido la mayor parte de esta locura.

- - Ella... - Hablando en tono preocupado. – Aun no te ha dicho.

- - Evito tocar el tema. – Pateando una piedra. – Ni mencionar nada de Bill.

- - Me preocupa mucho Mabel, dios no sé cómo pudo soportar todo esto. – Dijo culpándose. – Dipper no sabemos cuánto daño le hizo Bill a ella, te juro que de tan solo recordar lo que le hizo en esa habitación... me hace sentir culpable y con un deseo de resucitarlo, solo para que pueda yo destruirlo con mis propias manos.

- - Lo que me preocupa es que ella no duerme bien ni ha probado alimento.

- - De eso me he dado cuenta.

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PV Dipper

Era tarde-noche y el clima era fresco, habíamos salido a cenar a la cafetería de Greasy Dinner. Aun no podíamos utilizar la cocina, ya que la cabaña del misterio Shack seguía reconstruyéndose. Estábamos los cuatro sentados en la mesa, junto a la ventana el lugar que siempre le había gustado el tío Stan. No muy lejos del baño ni de la barra, pero si cerca de la entrada y salida.

Mientras íbamos pidiendo vi que mi hermana se animó un poco al ver el menú, mostrándose indecisa en que pedir, levanto su mirada en mí y en el tío Ford como pidiendo permiso para lo que iba ordenar.

- - Adelante Mabel pide lo que quieras. Yo pago y aparte también tengo mucha hambre. – Dijo el tío Ford, tomando su carta y viendo los platillos. – Creo que pediré una hamburguesa y una malteada con mucha crema batida. Tengo un hambre de un tiranosaurio rex.

- - Ya escuchaste hermana, hay que aprovecharnos del tío Ford. – Viendo que mi gemelo asentía animadamente.

- - Entonces nos aprovecharemos de Ford. – Dijo Stan animado. – Ya que pediré un buen filete y varios pays.

- - ¡Oye Stanley! – Dijo Ford riéndose. – No se vale.

- - Tú dijiste, verdad niños.

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