La abuela conoció al abuelo en un set de filmación. El abuelo era un actor canadiense en esa época de oro en que la comedia en México era la clave de todo éxito. Y aunque el abuelo solo haya actuado en tres películas sin mucha aclamación, la abuela lo admiraba con todo su ser. Ella recuerda perfectamente cuando consiguió el trabajo como cocinera. Ahí estaba el abuelo, con un traje de policía y un arma de juguete. Ella dice que fue amor a primera vista, que el abuelo no paraba de mirarla de reojo y ella no paraba de deleitarse con su acento extranjero y su intento por hablar un español fluido. ¿Quién iba a decir que la abuela se casaría con un canadiense? Eso influyó mucho para que mi madre y mi padre se conocieran. "Un choque de idiomas" lo llama mi madre. Pero esa es otra historia.
Llegué a la casa de la abuela en poco minutos. En su vecindario abundaban familias latinoamericanas, todos tan amables y serviciales. El extravagante diseño rosa en la puerta principal de la casa me causaba cierto mareo. El jardín no carecía de flores, habían tantas que necesitaba un día completo para contarlas.
Podía escuchar a Selena Quintanilla a través de la bocina favorita de la abuela. Cuando abrí la puerta, mis sospechas se volvieron ciertas. Contoneaba las caderas a ritmo de la canción; El chico del apartamento 512. Su canción favorita. Sintió mi presencia y apagó la música.
—Tú eres Selena y Scott es el chico del apartamento —comentó mientras se sentaba enfrente de mí.
Al igual que ella, tomé asiento en el gran sofá café y crucé las piernas dejando mi bolso a un lado.
—Sabes a lo que vengo, ¿no es así?
—Quieres que la vieja sabia te dé consejos sabios.
—Así es —respondí entre risas.
—He visto un poco acerca de Scott, y es un gran chico, pero algo dentro de mí me dice que no es tu chico ideal, querida.
—¿Y si no es él...?
—Lo tienes muy cerca.
—¿Adrien?
—Se conocen desde muy pequeños...
—Estás equivocada, abuela. Adrien cumple dos requisitos de mi lista, Scott los cumple todos.
—¿Quién te dijo que es necesaria una lista? —preguntó con ofensa—.¡¿A dónde vamos a parar con esta juventud desinformada?! Creen que el amor es una serie de complementos y olvidan lo que se siente aquí, en el corazón y en el estomago.
Mi ceño estaba totalmente fruncido. ¿Qué se debía de sentir? ¿Taquicardias? ¿Mariposas en el estómago? La abuela no se explicaba muy bien, por lo que me era difícil entender sus indirectas.
—¿Taquicardias?
—Cuando ríes, ¿qué sientes?
—Todos mis sistemas se alteran y mi estómago duele.
—Ahora, ¿usualmente quién te provoca esa sensación?
Recordé todas las veces que Adrien me hizo reír, casi nunca podía llorar con confianza porque él estaba allí con un chiste malo o un consejo estúpido. Adrien me provocaba esa sensación casi todos los días.
—¿Nunca te percataste de eso?
—Es como mi hermano.
—Las cosas con Scott pueden funcionar si los dos trabajan mutuamente y tú olvidas que el verdadero amor está tan cerca de ti.
—Adrien no puede dejar el estilo de vida que lleva ahora.
—Si él lo decide, entonces inténtalo con Scott. Es más fácil que el hombre renuncie a que la mujer olvide. Si el hombre renuncia, la mujer olvida.
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Un amor entre letras ✔️
JugendliteraturEileen Larsson escribe cartas a cupido ya que nunca se ha enamorado. Está cansada de ver parejas felices y enamoradas. Aconsejada por sus amigos, decide instalar NewBook, dispuesta a escribir acerca del amor y así poder liberal cualquier sentimiento...