Capitulo 12

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Cuando desperto a la mañana siguiente Todoroki no estaba, sabía que al despertar él se habría marchado para evitar ser descubierto por Yaoyorozu o alguna de sus compañeras.

Sus sentimientos por ambos chicos eran confusos y no solo eso, sino que también comenzaba a sentir algo inexplicable pero a su vez diferente por cada uno y eso le asustaba. Cuando intentaba alejarse ya fuera de Bakugou o Todoroki estos aparecían solamente para confundirla más de lo que ya estaba, cuando creía que tal vez Bakugou era el que le gustaba aparecía Todoroki para mandar por la borda su decisión o viceversa.

La incógnita de las últimas semanas volvió a ella:

“¿Qué debería hacer?”

La respuesta a esa simplemente pregunta era cada vez más difícil de responder, en esos momentos sus sentimientos empezaban a dividirse por ambos chicos.

Había salido a caminar para despejarse un poco y agradecía no haber visto a Katsuki ni a Shoto, en esos momentos lo que tenía que hacer era despejar su mente de los dos

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Había salido a caminar para despejarse un poco y agradecía no haber visto a Katsuki ni a Shoto, en esos momentos lo que tenía que hacer era despejar su mente de los dos.

Camino con tranquilidad por los alrededores de la academia, respirando el aire fresco y la tranquilidad del lugar.

Se adentró un poco en el bosque de la escuela cuando algo o mejor dicho alguien llamo su atención, uno de los tres grandes Tamaki Amajiki estaba sentado contra uno de los troncos de aquellos frondosos árboles.

—Senpai— Lo llamó la chica comenzando a acercarse a él, quien estaba a su parecer perdido en sus pensamientos.

Cuando Tamaki se giró en dirección a aquella particular voz, miro a la chica de rasgos de anfibio, con la que se enfrentó tres días atrás y quien hacía las pasantías junto a su compañera Nejire.

Asintió en señal de saludo y desvío su mirada, tímido ante la chica, solamente Nejire y Mirio eran capaces de ver otro lado de él.

—¿Puedo hacerte compañía senpai?— Preguntó Tsuyu.

—Si claro, si no te molesta— Accedió Tamaki sin verla aún.

Tsuyu se sentó a su lado y al sentir que la chica se sentaba con él, Amajiki se sobreexalto levemente pero aún así no se movió de su lugar.

—¿Vienes seguido aquí senpai?— Preguntó curiosa en un intento de romper el silencio entre ambos

Él jóven asintió.

—Me gusta venir, es un lugar tranquilo.

—Si es verdad, kero— Asintió Asui de acuerdo —Se podría decir que es como un refugio del mundo, por lo general nadie viene aquí— Agregó.

Por primera vez Tamaki la miro, aunque solo de reojo, era particular, tenía una voz extraña, unos enormes ojos negros, una boca estirada y una postura encorvada que la hacía lucir desgarbada.

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