Son las seis y media de la tarde y estoy echándote de menos como si alguno de los dos lo mereciera. Últimamente las noches saben a ti, y no te imaginas el mal sabor de boca que dejan.
No hay nadie por la calle y mi respiración forma nubes blancas por el frío. Realmente estoy esperando oír tus pasos detrás de mi al ritmo de tu risa.
Hoy he mirado al precipicio de cerca y he sentido que tenía el alma más rota que las medias.
Hacía mucho que no me sentía tan sola.