Capítulo 14

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Buscando a Mia: Día 7

El estruendo de un trueno me despierta de repente. Son las seis y media de la mañana y el cielo de Madrid está encapotado por unas nubes enormes y densas de colores oscuros. ''Genial'' me digo a mí misma con ironía. Bonita manera de empezar el día... 

Inesperadamente la ventana se abre y tengo que apresurarme a cerrarla con cuidado para no despertar a Alan. No pude evitarlo, intenté no caer en este gran pozo, pero fue imposible. Sin embargo, él vino a buscarme primero. 

Cuando creo que me he quedado dormida, mi móvil vibra contra la mesita de noche, y me alarmo al pensar que podría haberle pasado algo a mi madre o que simplemente ya han encontrado a Mia. Pero todas las hipótesis desaparecen cuando el nombre de mi amigo brilla en la pantalla. ''¿Qué demonios quiere a estas horas?'' me pregunto antes de contestar.

Me meto en el baño y atiendo la llamada:

- ¿Sí?- digo con tono somnoliento.

- Juliett... Esto...- balbucea Alan con la voz ronca. Posiblemente ya se habría quedado dormido, pero no sé porqué me llama.

- ¿Qué pasa?- pregunto un poco borde. Pero espero que lo entienda, me ha despertado y ni tan siquiera se digna a empezar con una disculpa.

- Perdóname si te he despertado ¿eh?- se apresura a decir como si me hubiera leido la mente a través del teléfono.

Asiento como signo de disculpa, pero pronto me doy cuenta de que no puede verme y rápidamente le aseguro que no pasa nada. Y él sigue hablando:

- No puedo dormir, de verdad, sé que parece una estupidez. Pero mis pesadillas no cesan Juliett, no paro de verte haciendo intentos por alejarte de mí- escupe sin puntos ni comas.

Me quedo en silencio, lo siento, pero no sé que decir ahora mismo. Solo sé que la verdad no sería lo más correcto, porque está sufriendo la mayor pesadilla del mundo: la realidad y no puedo permitirme decir que esas pesadillas no son fruto de su imaginación. 

- Tranquilo, somos amigos, ¿no?- digo rápido.

- Sabes que no me refiero a eso...- responde tímidamente y sigue.- ¿Podemos vernos?

- ¿Ahora?- pregunto sorprendida.- Demi está durmiendo...

- En mi habitación tonta- dice y hace énfasis en la última palabra.

Se me calan todos los sentidos en ese momento y no puedo eludir la forma en que me ha llamado ''tonta''. Debería reconocer que saliendo de su boca, con su voz, aún suena más dulce. Mierda, es tan adorable, no puedo resistirme. ¡Al cuerno con no confesar lo mono que es!

- Vale, espera, ahora voy- se me escapa una risita.

- Vale- por su tono de voz sé que él también sonríe al otro lado de la línea.

Me pongo un sujetador, la chaqueta de punto que mi madre tejió las Navidades pasadas para mí y las pantuflas, luego abro la puerta y ahogo un grito al ver un ramo de claveles, mi flor favorita, de tonos violeta, son preciosos. ''Se habrán equivocado de habitación'' decido pensar cuando veo tal bonito regalo plantado frente a mi puerta. Contiene una tarjeta, pero cuando voy a leerla aparece Alan por detrás y se apresura a susurrarme la frase en el oído.

- Te miraba al dormir, pero ahora no sé quién de los dos estaba soñando- sonríe mientras lo dice y todo suena tan dulce. Necesito más, su regalo no puede quedarse aquí, quiero sentirlo cerca.

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