Capítulo 2

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Sin pensarlo dos veces mi madre sale de la habitación, seguida por mi hermana, y deciden dejarme sola. Es imposible volver a dormir después de la noticia, con lo cual, me pongo en pie como puedo y al ver que una potente luz sin color se apodera de mi, me vuelvo a sentar, pero ahora me acomodo sobre el pequeño banco empotrado contra la ventana y miro como la gente pasea por la calle; adolescentes en grupo, personas en busca del frío invernal, familias con hijos pequeños jugando a no pisar las rayas blancas del paso de peatones, parejas de ancianos, parejas que intentan encontrarse...

Hay tanta gente insignificante mi alrededor que no puedo culpar al azar por haber escogido a Mia. Pero aún así sigo sin creerme que todo haya sido pura coincidencia. ''Pueden haberle secuestrado'' me repite la conciencia todo el tiempo. Pero hago desaparecer esa idea de mi mente en cuanto me doy cuenta de que no quiero pensar en las atrocidades que podrían estar haciéndole. ''A lo mejor la violaron y la han dejado tirada en algún escampado muerta de sed y de hambre'' esta vocecita que conozco como lo peor de mis hipótesis va ha acabar conmigo. De repente empiezo a notar que la cabeza me pesa, en realidad todo mi ser se está volviendo muy denso, el corazón está dejando caer todo el dolor que no puede guardar en su interior. Me encojo y me acurruco formando una bola con todo mi cuerpo, apoyando la cabeza entre mis muslos y rodeando las piernas con mis delgados brazos. Después de estar así durante unos segundos siento la necesidad de escuchar música y ahuyentar todos mis malos pensamientos. Sé que no quiero pensar en esas cosas, pero es todo culpa de la situación, llega un momento que es inevitable sentir que toda nuestra amistad acabará en cuanto la polícia haga de las suyas para deshacerse del caso.

Cojo los cascos y escucho a uno de mis grupos favoritos durante el tiempo que dura la primera canción. Consigo relajarme un poco y vuelvo a mi postura habitual; me apoyo contra la pared y levanto la pierna derecha mientras sigo mirando por la ventana. Recuesto la cabeza contra el cristal y siento el frío, que se apodera del vidrio durante el helado invierno, en la sien izquierda. Tengo que reconocer que es muy agradable, está tan frío que puedo notar un pequeño quemazón en mi piel sensible. Empieza a sonar Monster, una de las canciones que más me gusta en este mundo. Cuando pienso que la mala noticia ya se había ahuyentado de mi mente y me dispongo a cantar la letra de la canción, no puedo. Me siento culpable de todo lo que está pasando, de haber gritado a mi madre y haber hecho que me dejara sola en este pequeño escondite que no sirve como refugio. Vuelvo ha esconder la cabeza entra las piernas y de nuevo esa maldita vocecilla empieza a apoderarse de mi. ''Sabes que está muerta'' Pero, ¿qué demonios?, ¿desde cuando pienso yo esas cosas?.

- ¡Cállate! ¡Deja de decir esas estupideces dentro de mi! - No puedo para de gritar por toda la habitación. En pocos segundos aparece mi madre, corriendo y asustada abre la puerta como puede y se dispone a sacarme de este estado.

- Juliett no te reconozco- Dice ella presa del pánico y cogiéndome las muñecas para que deje de destrozar todas las fotos que tengo colgadas en el corcho de la pared. Las que tengo con Mia. Hace un intento por tranquilizarme, pero al ver que no puede conmigo, grita- ¡Ya está bien! ¿Te has convertido en una niña mocosa y consentida de repente?- En cuanto pronuncia la primera sílaba me paro enfrente suyo como si se me helaran todas las articulaciones y no pudiera moverme. Ahora la que está asustada soy yo. Nunca me había gritado antes...

- Lo... Lo siento... - Balbuceo con los ojos hinchados de tanto llorar.

Mi madre me contempla con el rostro desencajado y los ojos llenos de esa agua salada tan sentimental, pero es una mujer fuerte, la he visto llorar dos veces en toda mi vida y estoy segura de que no se permitirá llorar una vez más delante mio. Hoy será última vez que lagrimee delante de mi, la conozco lo suficiente como para saber que además está avergonzada de que haya vuelto a verla de esta manera. La forma en que se encontraba en el funeral de Ciana, mi hermana melliza.

Buscando a MiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora