Capítulo 9

115 9 2
                                    

Buscando a Mia: día 3

Acabamos de llegar y son aproximadamente las tres de la mañana. No podemos ir a casa de nadie a estas horas, así que nos adentramos en un diminuto hostal y pedimos una habitación de matrimonio para mi hermana y yo, pero nos comunican que no hay dormitorios libres. Después de dar miles de vueltas a la pequeña ciudad, nos encontramos de frente con otro hotel, pero este parece ser de mejor calidad, con lo cual, las ganas de dar una sorpresa a mis amigos nos costará más caro.

- Buenas noches, ¿queda alguna habitación libre?- me apresuro a preguntar mientras me acerco al mostrador.

- ¡Buenas noches!- responde la recepcionista haciendo un intento por esconder su cansancio.- Por supuesto, ¿dos camas o una de matrimonio?

Demi y yo nos miramos a la vez, las dos estamos pensando lo mismo, queremos dormir de la manera más asequible.

- ¿De qué forma es más económico?- no me gusta responder a una pregunta con otra pregunta, pero esta vez no me queda otra opción. Llevo encima poco más de cien euros y no puedo permitirme gastar mucho.

- La de matrimonio les saldría por ochenta euros una noche y con dos camas unos...- se fija en la pantalla de su ordenador. Mi hermana y yo presas del pánico esperamos que sea más barata la segunda alternativa, pero nos equivocamos.- noventa y dos euros- después de unos segundos, en silencio, noto como la barbilla se ha posado en el suelo al oir tal cantidad de dinero. La chica espera ansiosa una nueva ganancia, pero creo que esta noche no lo ha conseguido.

- Gracias, otra vez será- mi hermana le dedica una sonrisa cuando termino de hablar y salimos del hotel.

- ¿Qué vamos a hacer?- pregunta Demi con cara de preocupación.

- Dormiremos en el coche...- digo resignada entrando en el pequeño vehículo. Me acomodo y mi hermana hace lo propio para descansar más o menos bien. Luego cierro las puertas y pongo la calefacción durante unos minutos, pero al final la apago y nos echamos a dormir.- Buenas noches- digo entremedio de un bostezo, no obstante, Demi ya yace sobre los sillones de atrás con los ojos cerrados y la boca ligeramente abierta.

Abro los ojos poco a poco, pero es imposible, el sol invernal de Gijón me ciega y me obliga a cerrarlos de nuevo, mas no le hago caso y me froto la cara con la intención de despejarme. Son las ocho de la mañana, solo he dormido unas cuatro horas, sin embargo el deseo de encontrar una tercera pista me activa la adrenalina y siento un constante cosquilleo en el centro de mi barriga. Echo un vistazo al interior del coche, las ventanas empañadas de vaho, me impiden ver el bonito día que hace hoy.

Abro la puerta y una fría brisa me cala los huesos. Retrocedo al interior del vehículo, me pongo la chaqueta y despierto a Demi para ir a desayunar algo.

- Despierta enana, vamos a desayunar y luego llamaremos a Eli- Demi se despierta rápido, se pone un anorak y nos dirigimos a una cafetería que hay a una calle de donde se encuentra estacionado mi coche.- ¿Qué tal has dormido?, no está mal pasar la noche en los asientos traseros de un coche tan pequeño ¿eh?- le pregunto con ironía.

- Ha sido horrible, tengo una tortícolis...- dice escondiendo una media sonrisa.

Entramos en el bar, que ya huele a fabada asturiana, y pido un café con leche y una palmera de chocolate para mí y un zumo de melocotón con un cruasán para Demi.

Devoro mi palmera lo más rápido que me permiten los dientes, me muero de hambre, e intento entrar en calor con el ardiente café, pero hace demasiado frío. 

Cuando terminamos el desayuno llamo a Elisabeth, mas no lo coge, llamo a Paula y tampoco da señales de vida. Pero de repente una mano se posa sobre mi hombro, me giro y ahí está él, con su sudadera de flores y unos pantalones tejanos. No me extraña que no sienta la frescura, al fin y al cabo, es un norteño de pies a cabeza.

Tardo unos segundos en reaccionar. ''¿Le abrazo o le doy simplemente dos besos?'' me pregunto todo el tiempo. Finalmente me decido por un abrazo y él me recibe entre sus cálidos brazos.

- ¡Has vuelto!- me dice feliz después de saludar a mi hermana.

- Hola Alan...- digo con tono de niña pequeña, pero sin darme cuenta.

Cuando sus brazos me recorren de nuevo mi cuerpo, siento una sacudida eléctrica que amenaza a todo mi ser.

- ¿Qué tal?- consigo articular cuando me suelta.

- Bien... te has enterado, ¿verdad?- baja la mirada, pero al ver que no respondo, fija sus ojos color miel sobre mí, asiento.

- La verdad es que... Bueno, creo que debería hablar contigo- digo nerviosa.

- Yo también, ¿es sobre Mia?- pregunta medio asustado.

- Sí.

- Qué te parece si subimos a mi casa, que tiene calefacción- hace una pausa y los tres reímos ligeramente- y hablamos sin que tengas que tiritar- asiento con la cabeza y emprendemos el camino hacia casa de Alan.

Cuando se abre la puerta puedo sentir como una oleada de calor me azota la cara, ya me siento mejor. Me atrevo a quitarme la chaqueta y vacilo sobre mí misma antes de sentarme en el sofá, todo esto es un poco incómodo, debería haber llamado antes de venir. Ahora todo el mundo se sorprende porque venga en Navidad, cuando he estado viniendo casi todos los años.

Alan sale de la cocina con algunas pastas y zumos y se lo agradezco porque sigo teniendo hambre. Luego se sienta a mi derecha, en otro sillón, y me mira ensimismado, con lo cual, hace que me sienta más incómoda aún.

- Soy la tercera pista- dice de sopetón. 

Escupo el zumo que tenía en la boca, pero rápido me disculpo por mi reacción, aunque a Alan no parece importarle porque estalla entre carcajadas, al contrario de Demi, que yace sobre el sofá a mi lado, con la mirada fija en mi amigo y la boca abierta sin ningún resto de comida.

- ¿Cómo?- consigue articular mi hermana.

- Sé que habéis venido en busca de la tercera pista y no os haré perder el tiempo. Yo soy la tercera pista, a partir de hoy me añado al juego con vosotras y os ayudaré a encontrar a Mia- dice con su bonita sonrisa torcida.

Tardo lo que para mí parece una eternidad en pensar una respuesta lo bastante original, pero solo empiezo a decir tonterías que me hacen aparentar cinco años menos. No obstante, Alan no hace caso de mi locura y me dice que todo irá bien.

- De acuerdo, pues bienvenido a nuestra misión: Buscando a Mia. Este es nuestro tercer día y esperamos no pasar muchos más sin encontrarla- hago una pausa para darle la mano, bromeando, pero él se ha creído todo mi paripé y vuelve a estallar entre risas, esta vez junto a Demi.

- Buscando a Mia...- dice cuando ha dejado de reírse. Hace una pausa y fija la mirada en la playa, de San Lorenzo, que se esconde tras el bonito ventanal que hay delante de nosotros.- Me gusta- dice al fin con la cara iluminada.

HOLA MIS ADORABLES LECTORES!!!! AQUÍ GOLD HEART CON EL NOVENO CAPÍTULO. ¿QUÉ TAL OS VA?:)

TERCER DÍA, TERCER PISTA... ¿QUÉ OS ESTÁ PARECIENDO?, ¿OS GUSTA LA FOTO DE LA PLAYA DE SAN LORENZO? (es mi playa favorita*-*) COMENTADD VAVAVA <3

¡¡¡OS QUIERO MUCHÍSIMO CHIC@S BESOS!!! xoxox

Buscando a MiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora