Todos se reunieron en un pequeño corrillo, y con cierta euforia esperaban impacientes a que la sinfonía iniciara. Se tomaban de la mano unos a los otros y se preparaban para girar. Algunos clientes salían para tomar una bocanada de aire fresco y otros, entraban. Unos soldados entraron por el pasillo del lugar y parecía que desfilaban por la entrada debido a la gran cantidad de gente que había, entre ellos podía distinguirse a Dumont y a Le Roy, los cuales habían prescindido de sus uniformes al terminar la misión. Los jóvenes soldados se aproximaron para saludar al alcalde, quien los invitó a sentarse. Patrick presentó el juez Murphy y su hija Brooke a los soldados, Rodrick disculpó la ausencia de sus hijas pequeñas, quienes danzaban en el salón. Dumont recorrió el lugar con la mirada hasta coincidir con la de Eileen, ambos intercambiaron una pequeña sonrisa y la joven continuó bailando despreocupadamente.
—Iré a estirar un poco las piernas, no sé cómo la juventud puede estar tanto tiempo sentada. —río el juez.
—En ese caso os acompaño, Rodrick.—se alzó Patrick.
Ambos se marcharon al exterior, el señor Rodrick tomó un cigarrillo de su chaqueta y ofreció otro a Patrick.
—Estirar las piernas...—sacudió Brooke la cabeza de lado a lado sonriendo.
—¿Dónde está el señor Murphy? —se acercó James por detrás y tomó los hombros de su esposa.
—¡Me abandonáis en medio de la danza!—río Eileen y se sentó al lado de Clarisse.
—Necesito una pausa, mi adorada hermana.—suspiró el capitán.
—¡Oh señor Dumont, señor Le Roy!—giró sorprendida—No me había percatado de vuestra presencia. ¿Conocéis al capitán James Miller y a su hermano el subteniente Charles Miller?
—No habíamos tenido ese placer...—intervino Dumont.
—Capitán de la marina de Virginia James Miller para servirles.—extendió su mano.
—Teniente Jean Paul Dumont y sargentomayorVictor Le Roy del ejército francés, a su servicio. —le devolvieron el saludo.
—¿Y qué les trae por nuestras lejanas tierras?—preguntó el capitán Miller.
—Vinimos a escoltar a una importante persona del cargo del ejército francés.—dijo Victor—Decidimos alargar un poco nuestra estancia por unos asuntos que nos atañen, nuestros camaradas se marchan pasado mañana y teníamos pensado pasar un buen rato juntos, no sabemos cuánto tiempo pasará antes de que podamos reunirnos.
—Oui, cuando regresemos a Francia, cada uno se reunirá con sus parientes o cambiará de residencia.—añadió Dumont—Es una nación grande la nuestra, pero no tanto como Los Estados Unidos de América.
—Muy cierto.—dijo James.—Este es un buen lugar para compartir con los compañeros, con los que se estrechamos lazos fuertes.
—Por supuesto, un lugar alborotado, sobre todo.—río Dumont—Me sorprende que la nobleza esté dispuesta a mezclarse de manera tan despreocupada con el resto de ciudadanos.—comentó este.
—En Estados Unidos somos tolerantes... ¿Es diferente en Francia señor Dumont?—interrumpió Eileen.
—Muy diferente, diría que en toda Europa...—río el teniente y miró a su amigo Victor.—En Francia la nobleza es demasiado sofisticada.—realizó un gesto divertido imitando un desaire.
—Por suerte no tenéis de que preocuparos la mayoría de los que estamos aquí presentes pertenecemos ni más ni menos que a la clase media.—río Eileen.—Excepto el señor Rossmore... ¡Clarisse es la única sofisticada!—sonrío y posó una mano en el hombro de esta, que la miraba serenamente.
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Jardín de cenizas
RomanceLa acomodada familia Rossmore llega a Boston en el año 1869, para instalarse en una gran finca a las afueras de la ciudad. Clarisse dejará atrás su tierra y se aventurará en un camino tortuoso lleno de traiciones, ambición y muerte pero también con...