Diferentes One-shots no necesariamente relacionados entre sí, donde cada letra del abecedario representa una situación entre Inosuke y Aoi. Incluye el universo original de la serie, así como diferentes AU.
Ni Kimetsu no Yaiba ni sus personajes me pe...
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· •「 ░╎❝. 𝙶𝚛𝚊𝚌𝚒𝚊𝚜 . ❞╎░ 」• ·
Desde que tenía memoria, sus padres lo llevaban a visitar a sus abuelos casi todos los fines de semana, y pasaban esos días de descanso en la Mansión Mariposa, a las afueras de la ciudad, en un pueblo tranquilo y calmado, tanto como la casa y sus habitantes.
La casa era demasiado grande. Su madre le había explicado que hacía mucho tiempo había funcionado como una especie de clínica, y que después fue convertida en una posada¹. Pero ahora era simplemente una casa muy muy grande.
Aoba era un niño un poco introvertido, pero le gustaba visitar a sus abuelos porque en la Mansión Mariposa había todo tipo de libros de los cuales había gozado incluso si no podía leer; simplemente disfrutaba de ver sus imágenes. También le encantaba mirar con su abuela Teruya² las plantas que tenía en su invernadero, y aprender mucho de ella. En la mansión también habían varios gatos y perros con los que les gustaba jugar.
Pero sin duda, y sin importar cuánto amara a sus abuelos, la persona más interesante en la casa era sin lugar a dudas su bisabuela Aoi. Siempre había compartido una conexión con ella muy diferente a la de Tekuro y Teruya. Aunque no podía leer muy bien por la edad, reconocía las plantas de los dibujos y explicaba sus funciones, también en el invernadero. Ella había sido la que había iniciado coleccionando las plantas, y ahora era su abuela la que se ocupaba de ellas.
Solía vestir yukata y kimonos, siempre ropantradicional. Tenía el cabello completamente blanco recogido en un sencillo peinado tradicional. Sus ojos eran azules, como los del padre de Aoba, y siempre brillaron con ilusión al estar con él. Su rostro era arrugado como una pasa, y sus manos estaban igual, diminutas y huesudas, con manchas de sol. Aunque estaban callosas por los trabajos que había realizado a lo largo de su vida, para Aoba seguían siendo las manos más suaves del mundo.
Ella le contaba historias de su juventud, las cuales eran sus favoritas, y entre ellas figuraba un personaje muy importante de quien lamentablemente no tenía una imagen. Un día, cuando tenía solo cuatro años recién cumplidos, decidió preguntar por él.
—Abuela Aoi, ¿cómo era mi abuelo Inosuke?
Aoi lo miró con detenimiento antes de darle una sonrisa sutil y levantarse de su silla. Aoba no pudo evitar notar lo dificultoso que fue hacer eso. Ella tomó un libro que se veía un poco pesado, así que él se apresuró a tomarlo por ella.
—Gracias, Aoba-chan.
Ella se sentó en su silla, y él en el borde de su cama. Resulta que era un álbum de fotografías, algo envejecido. Aoi lo abrió en la primera página, y había una foto muy antigua y deteriorada de una familia de cinco: dos niños, una niña y los padres.
—Esta es la única fotografía que tengo de con mi familia biológica. —señaló a la pequeña niña, que debía tener su edad. —Esta soy yo. Ellos son mis hermanos y mis padres