Diferentes One-shots no necesariamente relacionados entre sí, donde cada letra del abecedario representa una situación entre Inosuke y Aoi. Incluye el universo original de la serie, así como diferentes AU.
Ni Kimetsu no Yaiba ni sus personajes me pe...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
· •「 ░╎❝. 𝙽𝚞𝚋𝚎𝚜 . ❞╎░ 」• ·
Contrario a lo que pudiera pensar la gente, Inosuke tenía un pasatiempo que en realidad era todo lo contrario a su personalidad explosiva. Desde que vivía en el bosque, se sentía bien observando el cielo y las nubes, pudiendo pasar largos minutos (incluso horas) mirándolas.
Las nubes lo hacían sentir bien. Lo hacían sentir en paz. No le aburría ver la manera en que estas cambiaban de forma, o en que eran arrastradas en el cielo azul por el viento. Le gustaba mirar las distintas formas que podían tener, y en qué podrían convertirse.
Ese era el motivo de que estuviera allí, tirado en medio del jardín de la Finca Mariposa, mirando el cielo y sus nubes. Se había quitado su máscara para poder observarlas con sus ojos y no con su cuerpo¹.
Se sentía tan seguro y relajado allí, que cuando ya llevaba un buen rato mirándolas, bajó su guardia y no escuchó o sintió cuando una persona se estaba acercando. Una sombra le cubrió el rostro, era la chica de la finca, esa que se recogía el cabello en dos coletas, la que siempre lo estaba regañando cuando visitaba el lugar.
Pensó en protestar por obstruir su vista, pero ella se le adelantó.
—¿Qué se supone que haces, Inosuke-san?
El tono de voz en su pregunta fue muy diferente al de otras veces. Antes, casi siempre le hablaba gritando, regalándole u obligándolo a recibir sus medicinas y tratamientos. Siempre sonaba enojada por algo, con él, siempre su tono era furioso. Pero ahora sonaba confundido, casi relajado, como Inosuke en esos momentos.
Ameritaba no responder de manera explosiva. Ella no lo provocaba como otras veces, y su cuerpo sentía tanta comodidad que no quería arruinarlo rompiendo su relajación. Ameritaba una respuesta relajada, un tono tranquilo.
—Estoy viendo las nubes.
La niña miró hacia arriba. Inosuke esperaba que lo dejara en paz, que continuara con su camino y lo dejara con su pasatiempo, pero en vez de eso, ella descargó una canasta que llevaba con sábanas, y se recostó en el césped, sólo a unos centímetros de él. La cabeza de ella estaba al lado de la suya, pero sus pies apuntaba en la dirección contraria. Por alguna razón, Inosuke tuvo un corrientazo de esas sensaciones extrañas a las que la gente les llamaba "emociones" (o eso había dicho Gompanchiro). Sentía un repelús de tenerla cerca. Su cuerpo entero se erizó, y lo rodeó el nerviosismo. Por un lado quería que desapareciera, porque no le gustaba sentirse intimidado por la presencia de alguien inferior, pero al mismo tiempo, también lo invadió más calma, y una pequeña felicidad de que ella decidiera acostarse en el césped junto a él. Le hacía a pensar que era muy muy importante.
—¿Por qué te gusta mirar el cielo, Inosuke-san?
Oh, ahora ella quería conversar. ¿Qué debía responder a eso? ¿La verdad, o decirle que no era su asunto?
—Me gustan las nubes.
La cabeza de la chica se giró para verlo, pero Inosuke se negó a hacer lo mismo. Se sentía muy vulnerable e intimidado de ser observado de una manera tan minuciosa. Por suerte, ella volvió sus ojos hacia el cielo.
—Antes las miraba con mi papá. Cuando estaba vivo.
Inosuke puso sus manos sobre su pecho y comenzó a jugar con sus propios dedos, en un intento de calmar su hormigueo. Había escuchado esa palabra antes, una que otra vez, entre las personas. Pero no tenía un significado claro para él, aunque tuviera una idea. Le avergonzaba preguntarlo.
—Mi papá era muy divertido. Le gustaba hacerme reír a mí y a mis hermanos mayores. Yo era la única niña, así que me mimaba mucho. —ella suspiró con fuerza. —Nos gustaba buscar figuras entre las nubes. Me gusta mirar el cielo porque pienso que ellos están allá, y me gusta pensar que también me están mirando. ¿Cómo era tu papá, Inosuke?
Aunque no tenía muy claro el término, al parecer, era algo que todos los humanos tenían. Pero él no recordaba haber tenido algo parecido, ni siquiera cuando vivía con los jabalíes. Cuando recordaba ese periodo de su vida, sólo podía recordar a la jabalí que lo cuidaba, y a sus lechones, los cuales paría con cierta frecuencia, y siempre terminaban por dejarlo atrás. Ella lo cuidó, incluso cuando dejó de amamantarlo.
—No sé exactamente qué es un papá. —admitió.
—Lo siento. —dijo ella. —Olvidé que tú no... creciste con personas. Pensé que tal vez pudieras tener algún recuerdo muy viejo.
Negó. Todo lo que recordaba de su infancia eran cosas difusas. Él en el bosque, con los jabalíes, rodeado de otros animales. Nada de humanos, hasta aquel anciano y su nieto, cuyas interacciones le ayudaron a aprender a hablar.
—¿Qué es un "papá"?
—Es algo complicado de explicar. —le dijo. —Básicamente, un padre es un hombre que se juntó con una mujer y tuvieron hijos. El hombre es padre y la mujer es madre. En otros animales, por lo general, los machos no se quedan con sus crías, pero con los humanos es distinto. Se supone que las parejas se casan, y tienen hijos, entonces forman una familia. Y los padres y las madres se deben encargar de cuidar a sus bebés.
Mientras le decía esas palabras, Inosuke se concentró en mirar una nube en forma de hoja. Él había tenido un padre y una madre humanos alguna vez, aunque no los recordara.
—¿Serás madre algún día?
La pregunta la hizo con curiosidad, sintiendo la suficiente confianza para preguntarle, completamente inconsciente de que era algo privado.
—Bueno, supongo que algún día lo seré. Es lo que todos esperan de todos: que tengamos hijos. Pero primero tengo que conocer a alguien que sea un buen esposo para mí.
Inosuke encontró con sus ojos una nube que tenía la vaga apariencia de una figura humana deformada. Se veía chistosa, como un dibujo hecho por alguna de las niñas de la finca. Se preguntó qué se sentiría ser padre, y hacer todas las cosas de las que la enfermera hablaba.
La mano de la chica se alzó, con el dedo extendido, señalando algo en el cielo, una nube de forma extraña. —Mira, esa nube parece un cisne.
Distinguió la forma del ave, pero justo al lado de esa, había una que le recordaba a la cabeza de un jabalí.
—¡Mira, mira, esa parece un jabalí!
—Es como tu máscara. —coincidió. Incluso escuchó que se carcajeaba moderadamente, y para él, fue agradable.
Se quedó allí con él un poco más. Buscaron otras figuras en las nubes, y fue divertido hacerlo en compañía de alguien más por primera vez. A Inosuke nunca le había gustado tanto observar las nubes como en esa ocasión, con ella. La chica se despidió para poder continuar con su trabajo, y dejó al joven cazador solo, más relajado que nunca, y con una sonrisa cuya existencia no podía explicarse.
☆゜・。。・゜゜・。。・゜★
Capítulo corto, espero que les haya gustado. Esto toma lugar antes de la. batallafinal, por lo tanto, antes de la interacción de Inosuke y Aoi en la cocina.
1- Al parecer, Inosuke no puede ver a través de su máscara, sino que lo hace gracias a su desarrollado sentido del tacto. Esta es la razón de que durante su pelea contra Enmu no pudiera caer en su técnica de demonio de sangre, porque sus ojos no podían visualizar directamente.