𝐒𝐌𝐀𝐋𝐋 𝐒𝐔𝐍𝐒𝐇𝐈𝐍𝐄 ! mexarg, terminada.

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---------- small sunshine

Chile no podía bajarse.
México noto que Brasil no hacia nada para ayudarlo, el asiento era bastante alto y era imposible para él bajarse ahora, no sabía ni como fue capaz de subirse.

—Brasil, no sea así con él, ayúdalo, no es tan difícil solo ayudarlo a bajarse, lo estás torturando, está chiquito y no puede.—México se acercó, agarrando a Chile para bajarlo él.

Brasil no quería ayudar a Chile en eso, quería que lo hiciera solo, así como se subía a los lugares debía de saber cómo bajarse apropiadamente, aunque se tropezaba y caía, sus rodillas estaba rojizas, con pequeños moretones y banditas de colores debido a que se había lastimado hace unas horas.

—No lo trates así, wey, debes de tratarlo con amor.—Dijo, algo molesto de que solo se quede a ver cómo Chile no podía bajarse. Agarró a Argentina de la mano, yéndose de ahí.

—Me da algo de miedo que Chile este con Brasil, se que Brasil es algo... Rudo, tengo miedo de que le haga daño a Chile algún día.—Comentó una vez en al auto, preocupado por su amigo.

—Brasil es un pendejo a veces, pero no creo que lo sea mucho como para lastimar a Chile. No te preocupes.—Dijo, besandolo en la mano a Argentina, acariciando la misma después.

Argentina sonrió, sintiéndose muy especial por ese pequeño beso, de por sí todo el tiempo se sentía especial con México, era muy lindo y amaba como se sentía cuando el mexicano le de besitos en ciertas partes de su cuerpo.

Al llegar a casa, Argentina fue corriendo hacia la habitación por las escaleras.

—¡Argentina, mi amor! No corras en las escaleras, cariño, te puedes caer.—Le dijo al menor, mirándolo ahí.—Por favor, sabes que no me gusta, ya ha pasado antes.

—Uhm, pero fue un accidente, es nada.

—¿Tu fractura en tu brazo ese día es nada?

Argentina hizo un puchero al escuchar eso, era verdad que a veces se accidenta, México se molesta un poco porque le dice que se va a lastimar y no lo escucha y sigue como si nada. Argentina no nota que está lastimado hasta poco después que México se entera que se ha lastimado.

—Solecito, pequeño.... Calabacita...—El mexicano entró a la habitación curioso de saber dónde estaba su solecito. Sonrió, al abrir la puerta viendo a Argentina quitarse la ropa.

—Oh, México.

México cerró la puerta de inmediato. Si, todavía tenía miedo de tener sexo con el menor.

Argentina se quedó ahí, suspirando cansando, de verdad que no sabía cómo hacer para que México y él tengan sexo, tal vez solo tenía que esperar más tiempo. Se terminó de cambiar, yendo hacia la puerta, abriendo y viendo a México ahí.

—¿Qué haces, México? Sabes que no me molesta que estés en la habitación cuando me cambio.—Sonrió, agarrando su mano, llevándolo dentro.—No tengas miedo, puedes verme todo lo que desees.

México sonrió leve, agarrando sus mejillas, besandolo en sus labios, se sentía feliz de estar con él. Lo levantó del suelo al abrazarlo, besandolo en todos lados.

—México~

Argentina rió suavemente, le dió un beso al mayor también en los labios, abrazándolo después. Al ser muy bajito, a veces necesita que el mexicano lo levante en brazos para besarlo.

Su estatura era un impedimento cuando quería besarlo de sorpresa, porque no podía, ni saltando ni parándose de puntillas, era necesario hasta dos sillas para que pueda alcanzarlo y darle un beso.

Podía esconderse detrás de México y nadie lo notaría, casi siempre adora que el mexicano lo cargue en su espalda cuando van caminando por ahí.

Si, le gustaba mucho que México fuera más alto que él.