𝐒𝐌𝐀𝐋𝐋 𝐒𝐔𝐍𝐒𝐇𝐈𝐍𝐄 ! mexarg, terminada.

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Argentina constantemente se quedaba dormido en los brazos de México, como un bebé, se le podía ver al mexicano caminar por ahí, trabajando o haciendo otra cosa mientras tiene a Argentina sostenido en sus brazos, el menor con la mejilla aplastadita en el hombro de México, durmiendo.

Se cansaba muy fácil, además de que estaba medicado por algunos problemas, lo que lo hace dormir mucho.
A veces México está normal haciendo algo y llega el menor para pedirle que lo cargue para dormir, aunque sea en público.

México estaba hablando con unos amigos en aquel lugar, hasta que sintió como le jalaban de la manga de su camisa, miró a Argentina, viendo cómo se le cerraban sus ojitos. Argentina desde que comenzó a tomar pastillas, se le era muy difícil mantenerse despierto mucho tiempo, alzó sus bracitos al mexicano, quien lo agarró en brazos, haciendo que pueda recostar su mejilla en su hombro.

Después de unos minutos pudo escuchar los lindos ruiditos que hacía el menor al dormir. A veces esos ruiditos que hace le avisa si está teniendo un sueño bonito o una pesadilla.

—¿Por qué siempre traes a Argentina así? No es un niño.—Brasil dijo, viendo como el del sol ya se había quedado profundamente dormido.

—Argentina siempre ha sido muy dormilón, ahora más que tiene que tomar pastillas y sus vitaminas para subir de peso, le dijeron que de esa forma también podría crecer un poco más.—Explicó.—Tampoco lo quiero dejar solo en casa.

—Mmh.

—Ta' chiquito.

Después de unas horas más, Argentina despertó en la cama, tallando sus ojitos con sus puños y estirando su cuerpo, México estaba acostado a su lado, quería esperar a que el menor despierte, pero termino durmiendose también a su lado.

Argentina se acercó al cuerpo del mayor, abrazándolo. Agradecía mucho lo que el mayor hacía por él todos los días, el como cuida de él y se preocupa de igual forma.
Claro que desearía ser más alto, no mentía cuando decía que no está tan cómodo con su estatura.

Aún así, México le ha dicho múltiples veces que aunque esté alto, siempre lo va a cuidar de la misma manera, porque se preocupa mucho y lo ama también.
Se colocó arriba de México, suspirando.

Le gustaba estar arriba ahora que notaba. Se acercó al rostro del mexicano, besándole sus mejillas y después sus labios, sonriendo entre los besitos que le daba, era tan tierno.
No fue hasta que el mexicano despertó.

—¿Está es tu nueva forma de despertarme, solecito?—Preguntó el mexicano con una sonrisa. Argentina asintió, recostandose en el cuerpo del mayor. Le gustaba lo cálido que se sentía.

—¿No puedo?

—Claro que puedes, pequeño. ¿Dormiste bien, mi amor?

Asintió. Acurrucándose en el pecho de México, le gustaba como se sentía estar ahí en el pecho del mexicano, era muy cómodo para dormir.
México le acariciaba el cabello, dándole de vez en cuando algunos besos en la frente o en la cabecita, tapándole el cuerpo con las sábanas.

—Vamos, dame un besito.

—¡No~!—Argentina se tapó por completo con la sábana, riendo bajito tiernamente. Salió poquito de la sábana, besandolo los labios rápido antes de volver a esconderse.

México lo abrazaba por arriba de la sábana, dándole suaves palmaditas.