Parte 25. Una madre afligida

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Entonces, me trajo de vuelta al departamento y al despedirnos bese su mejilla— narra mecánicamente intentando no sonar avergonzado, aunque sus mejillas se tiñeron rosa.

¡Ah¡ ¡Eso cuenta como tu primer beso!— chillo la gerente dando pequeños saltos de alegría.

Supongo que si— respondió compartiendo su emoción.

Mi pequeño XingChen ahora es un novio, como pueden crecer tan rápido— lamentó fingiendo sollozar Es cierto, ¿qué te pareció Song Lan?

Song Lan fue muy atento y respetuoso, todo un caballero. Fue muy considerado con mis sentimientos— recordar su primera cita hacía que en su estómago surgiera un brote de felicidad.

¡Es un tonto! se quejó la gerente.

¡Oye! Es lindo— reprocho XingChen.

Pero te lo digo XingChen si no tomas las riendas, esta relación ira a paso de tortuga. Podrías terminar casándote a los setenta, de solo pensarlo muero de tristeza— sugirió exaltada mientras lo apuntaba con la manga pastelera, la extrema cordialidad de su caballeroso amigo le preocupaba.

Todavía es muy pronto para pensar en eso, por ahora quiero estar a su lado cada momento hasta cuando llegue el día de decir adiós, así no habrá remordimientos— la dicha en su pecho era desbordante, pero albergaba la incertidumbre que trae una primera relación.

Ese día nunca llegara, ya lo veraz— consoló su fiel amiga sobando su espalda gentilmente.

¿Has hablado con Xue Yang?— pregunto sin ocultar su angustia.

La gerente negó suavemente Dejara el café. Pero tranquilo no hay razón para que te culpabilices.

No lo sé, siento que hice algo para molestarlo. Nunca había estado tan ausente y ni siquiera atiende mis llamadas— dijo con tristeza.

No te preocupes, seguramente esta ocupado resolviendo su problema familiar— trato de animarlo Además, que podría perturbar al pequeño demonio— ambos sonrieron.

Las tardes en el café eran alegres y tenues, aunque Xue Yang ya no estaba allí.

**********

Por otra parte, dos jóvenes allanaban una oficina a toda prisa. Cajones se abrían y cerraban, documentos subían y bajaban.

¡Lan XiChen, mira esto! Es el acta de nacimiento original— el más bajo mostro la evidencia sin contener su emoción.

¡Shhh! Escucho pasos. Jin GuangYao hay que escondernos— el peligro se sentía en el aire.

Al poco tiempo los pasos llegaron hasta la puerta de la oficina, que fue abierta para dar paso a un hombre mayor, se trataba de Jin GuangShan, el padre de Jin Guangyao.

Sus pisadas lobreguez reducían la distancia entre él y el escritorio bajo el que se encontraban ocultos. Cada paso encendía sus corazones en un latido fugaz, inundando aquel reducido espacio con el sonido amortiguado de su ajetreada respiración.

El constante contacto de suela con madera parecía la cuenta regresiva a su sentencia de muerte. Jin GuangYao presintió que ese era el momento de su muerte, pero no moriría sin antes finalizar su búsqueda.

En fracciones de segundo registro el documento hasta encontrar el nombre de su verdadera madre. Sin embargo, su hallazgo más allá de traer una gran impresión logro poner su mente en blanco.

|En otra vida te encontrare| Song Lan x Xiao Xingchen *PAUSADA* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora