Parte 22. Frágil como la Porcelana

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Los sucesos extraños que transcurren en la vida de Xiao XingChen a menudo son tomados como coincidencias, pero actualmente todo era demasiado peculiar.

La primera vez que conoció a Xue Yang sintió una mezcla de miedo y familiaridad, su cercanía hacía que su cuerpo se erice y lo atraviese sudor frio, aún así algo en su interior le decía que no debía temer. Esta misma sensación de familiaridad como un presentimiento, experimento cuando conoció a Song Lan días atrás, aunque no lo haya notado.

El cliente desconocido ha visitado el café por dos semanas consecutivas, ordena lo mismo en cada ocasión, pero se limita a observar la taza en silencio como si apreciara la reliquia más hermosa del mundo. Sin embargo, cuando mis ojos escapan a la esquina siempre encuentro su mirada fija en mí. Al mismo tiempo las dos últimas semanas Xue Yang se mantuvo ausente en el trabajo y tengo la sospecha de que me evita en la universidad, me preocupa que este en problemas, esta actitud es algo inusual en él o tal vez me he acostumbrado a su presencia sobre mi todo el tiempo que su ausencia es muy notoria.

Gerente, Xue Yang tampoco vendrá hoy— a este punto la pregunta se ha convertido en una afirmación evidente.

Al parecer su asunto aún no se ha resuelto. El pequeño demonio me está dando tantas dificultades debo considerar seriamente hablar con él— Su voz sonaba cansada y parecía un poco inquieta, se sostuvo del mesón para mantener el equilibrio, pero sin fuerzas su cuerpo frágil se derrumbó.

XingChen entrando en pánico fue a socorrerla —¡Gerente! ¡gerente!

Tiene diabetes, ¿dónde está su medicación? — Interrumpió la voz calmada del desconocido. En estos momentos no había nadie más en la cafetería por lo que este incidente no se volvió un espectáculo.

¡¿Diabetes?!— XingChen estaba aturdido.

¡No lo sabias!— se escuchaba igual de sorprendido. XingChen negó energéticamente, por el golpe de emociones.

Debe tener una cerca, revisa en su bolso— XingChen hizo lo que le indico, rápidamente registro el bolso de su gerente, donde encontró la dosis solicitada.

La encontré— ágilmente le administró la inyección de insulina, poco a poco la gerente se fue incorporando a medida que el paño oscuro en su vista se disipaba. Juntos la ayudaron a sentarse en el despacho.

El desconocido regreso a su asiento para darles privacidad.

Gerente, ¿te encuentras bien?— Se acuclillo hasta llegar a su altura con un tono suave que utilizaba cuando consolaba al pequeño Wei Ying.

Ahora sí, muchas gracias. Te viste muy profesional hace un rato, serás un gran medico en el futuro— Condujo su mano por su cabello para consolarlo, sabía que en realidad su pequeño estaba por morir de los nervios.

¡¿Es grave?!— Pregunto lleno de preocupación.

No tanto como suena. Me diagnosticaron diabetes en mi infancia, mi madre se volvió paranoica y me prohibió comer cualquier tipo de dulces, en ese entonces el café le pertenecía a mi abuelo crecí rodeada de pasteles brillantes y galletas de azúcar, fue tan difícil en ese entonces. Sin embargo, durante el tiempo que pasé en la tienda noté lo felices que vuelven los dulces a las personas. Así que una parte de mi se reusó a dejarlos.

Deberías ir a ver a tu médico. Sabes que si te pasara algo me pondría muy triste, no quieres ver triste a tu pequeño ¿verdad?— pudo sentir su garganta secarse.

¡Iré, iré! ¡No seas llorón! ¡Pero que tierno es el pequeño XingChen preocupado!— Estrujo los cachetes del contrario sin usar demasiada fuerza, XingChen hizo una mueca en descontento.

Reposa por esta tarde, yo me encargare del restoofrecio más tranquilo.

Entonces, te molestare por esta vez— sonrió sin pesar alguno.

No te preocupes. Descansa— salió del despacho.

Fuera se encontraba el desconocido aún en su silla admirando la taza.

Aquel modelo es edición limitada, las flores fueron teñidas a mano en la porcelana, hermosa ¿verdad?— quiso iniciar una conversación.

Ciertamente, lo es— Se sorprendió un poco, pero lo disimulo muy bien.

Le gusta la porcelana— muchos clientes tenían esa afición y halagaban las tasas del café.

Si, era el trabajo de mi padre— Expuso con una sonrisa.

Por lo de antes, muchas graciasmenciono algo apenado si no hubiera intervenido no sabría que hacer.

No es nada.

Pero, ¿cómo sabía que tiene diabetes?— pensándolo dos veces notar algo así no era sencillo, ni siquiera él pudo hacerlo con solo un vistazo.

Bueno, somos amigos de la infancia, por nuestros padres que son muy cercanos. Los suyos hacen el café y los míos las tasas. Ella va a estar bien es una joven fuerte— Hablo con un tono cálido, derrochaba afecto XingChen pudo sentir su aprecio por ella. Su corazón sintió un pequeño rastro de perturbación, como una onda entre las tranquilas aguas de un río, pero ¿Por qué?

Entiendo— un largo silencio se adueñó de la habitación y la conversación estaba por morir.

Joven XingChen, los dos parecían haberce sorprendido —puedo llamarlo por su nombre— lucia avergonzado y ansiso.

No tengo ningún problema. Pero en ese caso yo también debería saber su nombre.

Song Lan— Soltó sin titubear. Era el momento que había estado esperando, todo el tiempo que pasaba admirando las tasas en realidad estaba preparando las palabras indicadas para presentarse ante XingChen, en conclusión, no se habría animado a hacerlo.

Song Lan, es un gusto— En el pecho de Xiao XingChen el tono barítono de Song Lan formó una orquesta que ejecutaba un dulce vals.

El resto de la tarde platicaron sobre cosas triviales, comentaron desde el clima hasta sus aficiones, hablaron de tasas y debatieron si era mejor el helado de chocolate o el de choco menta. La compañía fue gratificante y amena.

Al final Song Lan había conseguido el número telefónico que Wei Ying no le dio.

Un nuevo sentimiento brotaba en el joven Xiao XingChen, pero debía tener cuidado porque el corazón es frágil como la porcelana. 

|En otra vida te encontrare| Song Lan x Xiao Xingchen *PAUSADA* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora