Capítulo 21

7 0 0
                                    

Estaré aquí para ti. Siempre.DREW CALLAHAN

                                                                              [Drew]

Llamé al 911 justo antes de abrir la puerta. No sé lo que me conminó a echar un vistazo por la ventana, perome alegro muchísimo de haberlo hecho. Adele está allí apuntando a Fable con una pistola, ¡demonios! Casisalgo corriendo hacia allí en ese momento. 

Pero necesitaba mantener la calma. La vida de Fable estaba en riesgo. Por un momento, vuelvo a sentirque tengo quince años. Atrapado, sin un lugar adonde ir. Me odio a mí mismo por lo que está a punto depasar. Ojalá fuera lo suficientemente fuerte para decirle que no. Me recorre esa horrible impotencia y meparaliza por un instante largo y agonizante.

Y entonces mi chica pronuncia la palabra mágica, la que automáticamente me hace saltar a la acción.

—Adele. Baja la pistola. —Mi voz es firme. No quiero que discuta conmigo.

—No. —Le tiembla la voz, al igual que la sonrisa que me dedica—. Me ha arruinado la vida, Andrew.Todo es por su culpa. 

—Ella no tiene la culpa. La tengo yo. —Empiezo a caminar por la acera hacia donde están—. Siento loque te he hecho.

Frunce el ceño. Las lágrimas le humedecen las mejillas; tiene los ojos teñidos de tristeza. Esta mujer estácompletamente rota. Perdida.

Sin embargo, no puedo tener ni una pizca de compasión por ella. Se ha buscado todo lo que le ha pasado. 

—No lo sientes. —Adele sacude la cabeza—. Ninguno de vosotros lo lamenta. No os importa lo que mepase. Que lo haya perdido todo. ¿Dónde se supone que voy a ir ahora? ¿Qué se supone que voy a hacer?

Centro toda mi atención en Adele. Estoy preocupado por Fable. Odio que Adele esté apuntándola con unapistola. Pero no puedo dejar que me controle el miedo. Tengo que salvar a mi chica.

—Un divorcio no es el fin del mundo. 

—¡Sí, lo es! —grita Adele mientras mueve la pistola de un lado a otro—. Estoy arruinada. No tengo nada.Nada por lo que vivir. 

Baja el arma —digo suavemente. 

Me está asustando. Me arriesgo a mirar a Fable y veo que está rígida, con los hombros hacia atrás. Parececasi desafiante. 

Pero noto el miedo en su mirada, la forma en que sus labios tiemblan levemente. Está muy asustada.

Y yo también.

—Debería dispararle ahora mismo para liberarme de mi sufrimiento —murmura Adele

—¡No! —Cierro la boca de golpe, molesto por haberle gritado. Acabo de revelar mi mano y espero queAdele no se haya dado cuenta—. Si lo haces, vas a ir a la cárcel. ¿Eso es lo que quieres? ¿Pasar el resto de tuvida en prisión? 

Adele se encoge de hombros.

—Ya no me importa. Ya no me importa nada.

—Dispárame entonces —digo mientras me sitúo delante de Fable—. Si vas a hacerlo, dispárame a mí.No culpes a Fable. Ella no tiene nada que ver con todo esto.

—Ella tiene todo que ver con esto. Te robó, Andrew. Eras mío. Me pertenecías y entonces me dejaste.Encontraste a otra. La trajiste a casa y alardeaste de ella. Es guapa y joven y puede estar contigo cuandoquiera. —Adele apunta con el arma a mi pecho—. ¡La odio!

—Me odias a mí —le recuerdo—. Soy yo quien te rechazó y te dio la espalda.

Fable me toca con los dedos en medio de la espalda. Ese toquecito me llena de energía, me hace más fuerte. Aclara mi mente y me permite centrarme en lo que tengo que hacer.

Segundas Oportunidades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora