Capitulo 32, FINAL.

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Entre en aquel inmenso hotel, con las piernas flaqueando, nerviosa como nunca antes en mi vida y con un gran nudo en la garganta.

Pase mi mirada por todo el recibidor inmenso y precioso y me acerque al mostrador.

-Perdone, he quedado aquí con un huésped de vuestro hotel, se llama Marshall, Marshall Mathers.- Logre a decir.

-Si, el señor Mathers ya nos había informado de que recibiría visita y nos dijo que la acompañaremos hasta la azotea.- me respondió amable un caballero de más o menos unos 30 años súper bien vestido.

-Vale, gracias.- Dije lo más educada que pude, estos sitios me ponían de los nervios, pensaba que jamás encajaría en ninguno así.

-¿Me acompaña por favor?- y hizo un gesto con su mano para que pasase y le acompañase.

Después del incómodo momento en el ascensor subiendo unas 10 plantas en el que el recepcionista tatareaba el hilo de música, llegamos a la azotea, totalmente preciosa al aire libre con una barra gigantesca donde estaba un camarero sirviendo a un par de huéspedes, una piscina gigante completamente vacía porque aunque fuera marzo, aún no apetecía nada darse un chapuzón, y en el fondo de espaldas sentando tomando un Red Bull, estaba con su pelo rubio perfecto, Él, él motivo de todos mis vuelcos al corazón, recuerdo la estampa perfectamente.

El recepcionista se despidió de mi y me guiñó un ojo supongo porque sabía quién era él y que se alguna forma se sentía cómplice del plan de Marshall.

Me acerqué todo lo decidida que pude pero a decir verdad todo mi alrededor daba vueltas, todo mi mundo temblaba, lo notaba en los pies, pero me sentía atraída como un imán hacia él y no pude parar de andar hasta tenerlo cerca.

Se percató de mi presencia, se giró para ver y allí estábamos, el tan guapo como siempre, quizás unos kilos de menos, pero ahí estaba, pero con sus precioso ojos, su sonrisa que me derretía y su pelo rubio, precioso y yo temblando.

-Hola _______.

-Hola Marshall.

Marshall.

-MMM ¿Qué tal? ¿quieres algo? nose lo que sea parecía tan perdido y nervioso como yo.

-no se jajaja estoy bueno, nerviosa, hace mucho que no nos vemos.- nos miramos y callamos unos segundos.

-Sientate porfavor.

-No se si me quedaré mucho Marshall, realmente nose que hago aquí. - y volvió a insistir en darme asiento y termine aceptando.

Si así hacia que llegáramos a buen puerto, pues contra antes mejor, llevarnos la contraria nunca había sido buena cosa.

-_________, estoy tan contento de verte, me hace tan feliz tenerte cerca.- dijo acariciando mi mano con la suya.

-Creo que es mejor que vayamos directos Marshall, yo también te he echado de menos y nose el porqué de la canción, que ha sido preciosa eh y me ha encantado pero no entiendo ¿Por qué?

-Porque quiero que vuelvas, quiero que estés a mi lado, estoy haciendo cosas por mejorar creerme, lo haremos juntos, este año sin ti me he sentido un imbecil. - y se acercó a mi, tanto que casi me dan ganas de comerle allí mismo, bocado a bocado.

Queria que volviese...y yo sinceramente una parte de mi también, porque tenía ganas de estar con él.

-Marshall, estoy reaccionado mi vida.- y agache la cabeza, era mejor así.

-¿tienes a otro? - puse los ojos en blanco, estupido Marshall, estupido y celoso, siempre sería él, jamás habrá otro más que él.

-No Marshall, no hay nadie, desde ti, no estoy con nadie.- era sincera e imagine que él no podía serlo.

-Yo te mentiría si no me he desahogado con alguna que otra fan loca pero jamás con ninguna he tenido esa conexión.

Ahí estaba, Slim Shady haciendo eco sobre toda la azotea, odiaba a esa monstruo que le devoraba, se todos sus afteregos ese, era el que peor me caía.

-_______, te quiero, por eso estoy aquí, quiero empezar de cero contigo, ven a mi lado y serás feliz. - y sin darme cuenta se lanzó sobre mi y me besó, un beso cálido y húmedo que sabía a recuerdos, a sexo bien hecho y al club de striptease, fue largo y bonito, llenaba cualquier vacío que hubiese.

Pero justo en ese momento lo tuve claro, por mucho que quisiera a Marshall, por mucho que siempre fuese ese gran amor de mi vida, nos queríamos con impulsión, sin sensatez, no tenía cordura y no, aunque quisiera no saldría bien.

Intente explicarle pero no entendía, estaba obcecado en que podía cambiar, pero yo no quería que cambiese, dejaría de ser él y ni yo debía de cambiar mi vida de nuevo por alguien, menos por la misma persona, ni el dejar de ser Marshall, Eminem y Slim shady.

-¿Te puedo pedir un último favor Marshall? - me miró atónito, con lágrimas en sus ojos, que yo también tenía.

Me levanté y salimos de aquella azotea, de aquel edificio gigante en realidad y cuando estábamos por la calle llamé al primer taxi que vi y nos montamos, quería hacer una última cosa de despedida.

Cuando llegamos a la puerta del sitio donde nos dirigíamos creo que él entendio que hacíamos allí.

Pase seguida de el y hable con un dependiente lleno de piercing y tatuajes que reconoció a Marshall al segundo y puso todo a nuestra disposición, preparó la máquina porque si estábamos en una tienda de tatuajes y al cabo de 30 minutos ya estaba lista y preparada para ser tatuada.

una hora después, en la que Marshall me había dado la mano durante todo el proceso, sali de allí con mi brazo izquierdo entintado y con una especia de fill transparente recubriendo.

-No tenías porqué tatuarte nada, menos por mí.- me miró y se culpó.

-Lo he hecho por nosotros, porque nuestra historia nos pertenece a los 2 y así nunca morirá en nuestros recuerdos, siempre estará en nuestra piel, en la de ambos.- Le sonreí y me acerca a él mucho dándole un abrazo y creo que permanecimos allí al menos 2 o 3 minutos donde note que se nos había caído ya un par de lágrimas a ambos.

Me miré el brazo ya de nuevo en un taxi de vuelta a su hotel y observé la frase "Simple pero importante para mi" tatuada en un perfecto español.

Él me miró y yo le sonreí, al llegar como es obvio nos despedimos por todo lo alto, esta vez de verdad, con un sexo salvaje recordando mejores tiempos, con caricias que decían 《vente conmigo a Detroit y dejemos el pasado atras》y risas, muchas risas, ojalá siempre hubiese sido todo, todo como ese día y noche.

2 años más tarde:

Como es obvio, la vida cambia, yo ya estaba en mi 2 año de enfermería, haciendo lo que realmente quería, gracias al amor y sufrimiento de otra época, de mi época con Marshall...
Novio no tenía pero si que había conocido a un par de chicos que me habían hecho replantearme la soltería, seguía compartiendo piso pero era completamente libre conmigo misma y con la vida, y era feliz.

Y os preguntaréis, ¿Qué fue de él?
Pues actualmente se ha casado con un amor de instituto suyo, llamado Kim, acaba de ser papá de una niña preciosa y se le ve muy feliz, sigue siendo un rapero de éxito en el que su carrera no para de aumentar y de ser reconocido por todo el mundo .

Seguimos en contacto de vez en cuando, este último verano fui a Detroit a ver a María y fuimos a un concierto suyo, con pase vip incluido, esa noche post concierto fue dura porque la mecha de Marshall y mía estaba aún encendida, realmente creo que siempre lo estaría, porque siempre compartíamos esa historia, esa historia simple pero importante para mí y merecia ser contada.

FIN.

Chicas muchas gracias por acompañarme hasta el final dr la historia, contadme que os ha parecido y si hubieseis preferido otro final. Gracias por los votos y gracias por todo.

HE EMPEZADO LO QUE QUIERO SE SEA UN PEQUEÑO LIBRO CONTANDO UNA HISTORIA DE AMOR REAL Y QUE LLEVO MUCHO TIEMPO POSPONIENDO PORQUE ES PERSONAL PERO QUIERO COMPARTIR CON USTEDES UN TROCITO DE MI, está en mi perfil, muchas gracias por leer esta y te espero en Hiddenly.

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⏰ Última actualización: May 23 ⏰

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