Capitulo 20

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Al despertar tenía la sensación de que aún estaba soñando, me sentía flotando en una nube, una muy cómoda llamada Marshall Mathers.

Me gire hacia los lados, buscando con la mirada la suya pero él no estaba en el sofá pero lo que si encontré con la mirada fue la camiseta gris que llevaba el la noche anterior y que me decidí por poner, olía tanto a él que incluso me sonroje, me gustaba su olor.

Me levanté bostezando levemente, no sabía que hora era pero por lo que pude notar en el ventanal del salon era temprano, notaba la niebla mañanera pero eso a mi lo temprano que fuese no me importaba tanto como saber donde estaba Marshall.

Me puse a buscarle pero rápidamente percibi el aroma a gofres, tortitas y a café recién hecho que vino a mi y decidí seguirlo.

Llegue a la cocina y allí estaba él sin camiseta y con unos pantalones anchos de deportes con calcetines a juego, este chico lo convina todo.
Antes de que se diese cuenta de que estaba yo allí, le vi rapeando con una base puesta en un equipo de música mientras sujetaba una paletas de cocina que usaba de falso micrófono, no me podía creer la escena, era la primera vez que veía algo así por su parte, de su vida cotidiana y me gustaba así que decidí estar callada apoyada en la puerta de su amplia cocina hasta que me viese.

Le estaba dando vueltas a un par de tortitas torpemente con su paleta-micrófono cuando me vio.

-Eey ¿Qué haces despierta ya? esa no era mi idea.- me miró y sonrió.

-Buenos días a ti también Marshall y bueno me ha despertado un ruido de lo que parecía una gallina rapeando y quería saber si rapeaba o se moria- Menti para hacer la gracia y meterme un poco con él.

-Que graciosa eres _______ , y esta gallina como tú llamas te estaba preparando el desayuno para compensar que no te gustaran mis canelones al microondas- Dijo sincero, se acercó a mi y me ofreció una tortita medio mordida que llevaba en la mano.

Acepte la tortita y me senté en un silla alta alrededor de la isla donde estaban las demás cosas que había preparado. Me sorprendía cada vez más este chico y eso hacía que dudara cada vez más mis sentimientos hacia él,  pero no, no podía.

-Que rica esta la tortita y oye no tenías porqué hacer el desayuno. -Comente mientras me sonrojaba.

-Bueno, me gusta cocinar, antes de todo esto. -Señalo a su alrededor- yo trabajaba en Gilbert's Lodge donde estaba delante de una parrilla todo el día.

Me gustó que me contara eso, él siempre era sincero.
Le miré, sonreí y pude ver cómo dejó el plato lleno de tortitas en la mesa y se acercaba mucho a mi, se puso enfrente mía a pocos milímetros y  yo ya estaba preparada y con ansias de un beso suyo.

Note cómo me agarro del culo fuertemente tanto que casi me levanta de la silla, se mordió el labio e inclinó la cara hacia mi oreja.

-Buenos días a ti también nena. -Susurro.

Rei y le di un pequeño beso, en el cual solo rozamos nuestros labios levemente antes de que se separase de mi para coger una silla y sentarse él también.

-Que aproveche Marshall.- y comenzamos a comer tranquilamente mientras comenzamos a hablar de cosas que no tenían mucha importancia hasta que me asaltó con un pregunta que si que tenía ya más importancia.

-Mmm ¿te puedo preguntar algo?-Me miro fijamente.

-Ya lo estás haciendo así que sigue, claro. -constete con miedo a saber que me iba a preguntar.

- ¿Cuanto quieres por ser mi stripper oficial?- me miró ahora serio, muy serio, como nunca antes en toda la mañana.

-Bueno, no se a que te refieres con tu stripper oficial.- dije dudosa.

The stripper 2 | Eminem y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora