Capítulo 22

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La tarde pasó rápido mientras me preparadaba para la "cita" de esta noche.

Antes de que me diera tiempo ya eran las 8 y estaban tocando a mi puerta, me apresuré a echar un poco más de máscara de pestañas y me puse un labial rojo oscuro muy bonito.

-Vooooy. - Grite y fui hacia la puerta metiendo el labial en el bolso negro que llevaría a conjunto de mis tacones.

Al abrir vi a Marshall que iba con una sudadera negra muy bonita que ponía Slim Shady en el medio, que predecible era, pero iba muy guapo por lo que me pare a observarle y me di cuenta de que ocultaba una de sus manos atrás su espalda.

-¿Puedes estar más buena o ser más guapa?.- sonrio y me dio dos besos- Toma esto es para ti.

Saco de detrás de su espalda un estuche como de joyas que ponia Cartier.

-mmm...¿Esto es para mi? ¿De verdad?. - me sonroje mucho y abrí el estuche que en el había un colgante precioso con una serpiente pequeña en medio, se veía a simple vista que era oro plateado, era precioso, que gran detalle.

-No me gustan este tipo de cosas, las joyerías y las mierdas estas pero quería tener un detalle para que me recuerdes siempre y creo que hoy era la mejor noche para tenerlo. - Me miró y se mordió el labio.

-¿Por que una serpiente Marshall? - pregunte mientras notaba sus frías manos que me ponían el bonito colgante sobre mi cuello desnudo.

-Porque tú eres igual que ellas, te contoneas y bailas como una de ellas nena, eres poderosa aunque no sabes cuanto y tienes un veneno que puede matar a la mayoría.- Me termino de colocar el colgante y se acercó a mi espalda y puso sus labios sobre mi cuello, lo besó suavemente cosa que me erizo la piel.

No daba crédito a lo que me había dicho Marshall cuando me dijo que me parecía a una serpiente, era lo más sexy que me había dicho nunca y no paraba de recordarlo mientras íbamos en el coche. Yo miraba como su chófer nos paseaba por la ciudad y de vez en cuando a él y le esbozaba una pequeña sonrisa.

Pasamos todo el camino hablando de lo que sucedió esta mañana y que no entendía porque me había colgado así, a lo que me respondió de forma cortante que era una gilipollez de conversación y que no tengo porque llorar por cosas absurdas, intentaba cortar el tema de cualquier forma aunque le insistiera. No me gustaba su noto pero no me iba a poner a discutir en el coche, a veces por lo que lo conocía sabía que había cosas que no podía sacarle ni saber de él.

Por fin llegamos a
un restaurante muy exclusivo de la ciudad, siempre había querido ir allí pero era demasiado caro para mi pero suponía que para el no sería nada.
Entramos.

-La mesa de siempre.- comento al entrar al metre cual saludo y mantuvo brevemente una conversación cordial y nos llevo pasando por todas las mesas del restaurante a una zona privada, una especie de reservado muy íntimo donde había una mesa que era para nosotros.

-Que disfruten mucho, señor Mathers un placer.- y se fue el elegante metre no sin antes dar Marshall una pequeña propina a este.

-Este sitio es muy elegante, demasiado.- comente por lo bajito.

-Este sitio es muy pijo, lleno de gente soberbia y estupida pero mi abogado me dice que las cenas de negocio se hacen en sitios como este, aparte son terriblemente discretos y garantizan la privacidad.- se río y tomamos asiento.

La comida paso rápida y divertida, hablariamos más adelante del contrato, mientras comi una chuleta de cerdo ibérico con patatas y ensalada con vino un Rioja que ponía origen Español y me agradó, quizás bebí demasiado vino, necesitaba ir al servicio.

The stripper 2 | Eminem y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora