˚⁀➷⚘ c. 1990
_____ trabaja en el cementerio de Poblenou. Un misterioso joven se muda a la ciudad y, rápidamente, los vecinos comienzan a esparcir rumores sobre él, puesto que luce peligroso y aterrador como un criminal.
Sin embargo, _____ descubre q...
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Y tras todos esos sustos, todas sus anteriores preocupaciones se disiparon.
¡Era el compañero perfecto!
Sabía cocinar, así que se iban turnando. Cuando le tocaba a él, solía decantarse por preparar espaguetis. Pese a que a _____ le parecía que comían demasiada pasta, no le importó demasiado; sus platos estaban deliciosos. Se alegró de que él pensara lo mismo de su comida.
>>—Tienes que enseñarme a preparar esto —le decía mientras señalaba el plato con el tenedor.
Al principio le pareció extraño que trajera su pañuelo (puesto) a comer, y que le pidiera estar de espaldas a ella. Básicamente le pidió que no le mirase mientras no tuviera el pañuelo puesto.
Desconocía el motivo, pero _____ aceptó encantada. Tendría sus motivos, y ella no era quién para llevarle la contraria respecto a un tema tan personal. De hecho, le dijo que ella podría comer después o en otra habitación, pero Killer era un caballero y creía que era mejor comer juntos.
También se repartieron las tareas del hogar y funcionaba de perlas. Los fines de semana, cuando podían, limpiaban la casa juntos para hacer el trabajo más ameno.
Era responsable, no hacía ruido excesivo... Era perfecto. Era como vivir sola, pero con más ayuda y con menos gastos.
Lo único que le preocupaba eran las salidas nocturnas de Killer. Tras unas semanas, cada noche, empezó a escuchar la puerta de entrada abriéndose y cerrarse con cuidado, como si no quisiera despertarla ni hacerle saber que salía de casa. Tenía curiosidad de saber a dónde iría. Además, cuando se despertaba por la mañana, Killer siempre estaba en casa. Como si nunca hubiese salido en un principio.
No creyó apropiado preguntarle por aquello, así que lo mantuvo en silencio.
A parte de aquello, todo iba sobre ruedas. ¿Así que qué era lo siguiente que _____ tenía que hacer?
Oh, sí.
Esas marujas se iban a enterar. Ya se imaginaba sus caras de sorpresa cuando les dijera lo buen compañero que era Killer.
_____ salió de casa, casi dando brincos, ansiando llegar al cementerio. Tuvo suerte y se encontró a las mismas señoras de siempre en la puerta con sus carritos de la compra.
—¡Bon dia! —saludó con una sonrisa más grande de lo habitual. Empezaba su plan de venganza.
—Uy, qué contenta estás hoy, _____ —comentó la mujer de cabellos canosos.
—Sí, sí, ¿que te ha pasao' algo bueno? —preguntó la otra señora con curiosidad.
—Más que bueno —empezó a contar la joven con una sonrisa—. Por fin tengo compañero de piso.
