Capítulo 36

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Pablo luego de un rato se volvió a dormir para despertar unas horas después  y notar que Santiago seguía dormido por lo que suspiró porque sabía lo difícil que era despertarlo.

Pablo amaba a sus dos hijos por igual pero con Santiago se le hacía más difícil porque lo tenía todos los días en casa, no como con Rita que iba algunos días.

Aunque a pesar de vivir con Santiago, Pablo no solía quedarse solo con él mucho tiempo pero quería que todo marchara bien ese día porque sentía que Marizza creía que no contaba con él para cuidar a Santiago así que se dió una ducha rápida, se vistió y comenzó con el primer desafío.

Pablo: Santi, arriba hijo, ya hay que despertar y después dormis en la tarde
Santiago: No papá - se dió vuelta para seguir durmiendo
Pablo: No, arriba vamos a desayunar
Santiago: No
Pablo: Santiago hay que darle comida a Teo arriba - dijo dándole besos en la mejilla
Santiago: Está bien - bostezó mientras se sentaba en la cama
Pablo: Anda al baño, te lavas la cara y bajas a desayunar y ponete una remera
Santiago: ¿Puede ser la que me regaló Lauti? - preguntó mientras entraba al baño
Pablo: Cualquiera, después hay que ducharse - contestó mientras bajaba las escaleras

Primer desafío listo - pensó Pablo y comenzó a preparar el desayuno lo que no era difícil ya que Santiago no hacía problema para desayunar ni para merendar, los desafíos eran en el almuerzo y la cena.

Ambos se sentaron a desayunar mientras Santiago le contaba todo lo que habían hecho el día anterior antes que se fuera Lautaro. Cuando terminaron, subieron y Pablo le dió una ducha express a Santiago para vestirlo.

Pablo: Hijo, ¿Vos sabes por que mamá lloraba ayer en la noche?
Santiago: Porque estaba triste
Pablo: ¿No sabes por qué?
Santiago: No, pero yo me puse triste porque ella estaba triste
Pablo: No te pongas triste, yo voy a hablar con ella para que ya no esté más triste
Santiago: Bueno
Pablo: Dale, ponete este pantalón
Santiago: ¿Puede ser este? - preguntó con un pantalón corto en sus manos
Pablo: No porque está lloviendo a fuera
Santiago: Pero yo quiero el de fútbol
Pablo: Pero este es más abrigado y también es de fútbol, ¿Bueno?
Santiago: Está bien
Pablo: Y mirá con este buzo
Santiago: ¿Papá, por qué llueve si es verano?
Pablo: Porque así se riegan todos los árboles y no se secan con el calor
Santiago: Pero me aburro acá adentro

La tarde seguía avanzando, Marizza no había llegado a comer porque tenía mucho trabajo así que Pablo llevaba toda la tarde cuidando a Santiago mientras trabajaba desde casa.

El día pasó y Marizza avisó que llegaría tarde así que Pablo le dió de cenar a Santiago y lo acostó a dormir mientras comenzaba a preparar una sorpresa para Marizza.

Cuando Marizza llegó, se encontró con la mesa con unas velas y a Pablo vestido semi formal junto a una rosa.

Marizza: ¿Y esto?
Pablo: Santiago se durmió temprano así que pensé que podíamos tener una cita
Marizza: Que tierno - sonrió - me voy a lavar las manos
Pablo: Cociné lasagna - le sirvió un plato
Marizza: Que rico, me encanta
Pablo: ¿Hace cuánto no teníamos un momento así?
Marizza: No sé, mucho tiempo
Pablo: Por nosotros - le dió una copa de vino con la que hicieron un brindis
Marizza: Por nosotros - sonrió

Cuando terminaron de cenar, subieron hasta el cuarto para seguir con su noche romántica. Todo iba bien, estaban los dos en la cama besándose sin embargo algo en Pablo no funcionaba.

Pablo: Perdón - dijo con algo de vergüenza - No se que me pasa pero no puedo
Marizza: Tranquilo, está todo bien
Pablo: Perdóname por favor
Marizza: No pasa nada, de verdad - sonrió

Las horas pasaban, Pablo no podía dormir así que bajó al jardín seguido por Teo y se sentaron en el suelo húmedo por la lluvia.

Pablo: Soy un tarado - le hablaba a Teo entre lágrimas mientras fumaba - ¿Cómo pude engañar a Marizza? Soy una mierda

Al día siguiente, por la tarde, Pablo se decidió juntar con Guido y Tomás en casa de éste último y les contó lo ocurrido la noche anterior.

Guido: ¿Pero por qué no pudiste?
Pablo: No sé - se tapó la cara - Es que hice algo malo
Guido: ¿Qué hiciste?
Pablo: Le puse los cuernos a Marizza
Tomás: ¿Qué? Sos una mierda, con razón no te funcionó si sentís culpa
Guido: Pero tampoco le hables así
Tomás: ¿Y cómo querés que le hable si es un boludo?
Pablo: ¿Que hago?
Guido: Nada, ¿Qué querés hacer?
Pablo: ¿Y si no me funciona nunca más?
Guido: No seas tarado, ahora es porque sentís culpa pero si no te seguís mandando cagadas la culpa se va a ir
Tomás: Me decepcionaste Pablo - le dijo sincero mientras Pablo bajó la mirada.

Marizza, por otro lado, había ido con Santiago a la casa de Mía donde también estaba Luján y también les contó lo pasado con Pablo.

Mía: Que romántica la parte de la cena
Luján: Pero que mata pasiones lo que le pasó a Pablo
Marizza: Ambas tienen razón, pero no sé. A veces siento que Pablo no me ama más, que está conmigo solo por costumbre
Luján: No seas boba
Mía: Pablo te ama, a lo mejor estaba cansado por cuidar todo el día a Santiago
Luján: O no se inspiró porque sabía que estaba Santiago y no daba que los viera en pleno acto
Marizza: O por ahí no lo caliento más
Mía: Que manera de hablar boludez tras boludez
Luján: Pero antes que nos vayamos todos de vacaciones, con Marcos nos llevamos a Santiago y ustedes se quedan solos en casa
Mía: y nosotros nos llevamos a Rita
Marizza: Igual no es mala idea - sonrió
Mía: Viste, así sin distracciones pueden inspirarse mejor - rió

Ya en la noche, cuando Pablo llegó vio a Santiago y Marizza dormidos en la cama así que se acostó a su lado y los abrazó mientras tenía un nudo en la garganta y unas lágrimas silenciosas caían sin cesar.


Hasta acá el capítulo, ¿Será el principio del fin? ☹️ Creo que pronto todxs odiaremos a Pablito 💔
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Mi Responsabilidad - Novela Pablizza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora