Capítulo 44

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La noche pasaba y Marizza no se podía dormir, solo miraba atenta a Santiago y Pablo. Tenía muchas emociones juntas, y solo se dedicaba a ver a Pablo dormir con Santiago.

Pablo: ¿Estás bien? - susurró al despertar y ver a Marizza con lágrimas en sus ojos
Marizza: Sí
Pablo: ¿Necesitas algo?
Marizza: No, tranquilo. Dormite

El resto de la noche fue muy larga ya que Santiago se despertó muchas veces quejándose, entre el dolor, la comezón y la incomodidad así que tanto como Marizza y Pablo no habían podido dormir mucho.

Ya en la mañana, Pablo se levantó temprano y arropó a Santiago y Marizza para después comenzar a preparar el desayuno.

Rita: Buen día, papá
Pablo: Buen día princesa mía
Rita: ¿Cómo durmió Santi?
Pablo: Más o menos, por eso le llevo desayuno a la cama junto a Mar
Rita: ¿Te puedo ayudar?
Pablo: Claro pero primero anda a ponerte zapatillas que hace frío - Rita se fue de ahí y justo golpearon la puerta así que Pablo fue a abrir la puerta - ¿Hola?
Javier: ¿Esta Marizza?
Pablo: Está, pero dormida, tuvimos una noche larga - guiñando el ojo
Javier: Después vengo entonces
Pablo: Mejor que no porque queremos estar Santiago, Mar y mi hija tranquilos, ¿Si? - Javier no dijo nada solo se fue así que Pablo cerró la puerta para continuar preparando el desayuno.

Cuando ya lo tenían listo, junto a Rita lo pusieron en una bandeja y fueron al cuarto de Marizza.

Pablo: Buen día
Santiago: ¡Papi!
Marizza: Oh, que rico
Pablo: Desayuno en la cama para los valientes
Rita: ¿Cómo está tu pierna, Santi?
Santiago: Me duele y me molesta esta cosa.

El desayuno iba bien salvo por Marizza que estaba con sus clásicas náuseas matutinas por el embarazo y aunque lo trató de evitar, en un momento tuvo que ir corriendo al baño.

Pablo: Mar - comenzó a golpear la puerta del baño - ¿Estás bien?
Marizza: Sí, tranquilo - gritó del otro lado
Pablo: ¿Segura?
Marizza: Si sí - contestó saliendo del baño - todo bien, solo un poco nerviosa con todo esto de Santiago
Pablo: Si querés te puedo preparar un té de hierbas
Marizza: No, tranquilo, estoy bien

Cuando terminaron de desayunar, se quedaron los 3 en la cama mirando una película. Hasta que en un momento Pablo comenzó a arreglarse para salir.

Pablo: Hijo, yo me tengo que ir a la casa
Santiago: No papi, quédate conmigo y con mamá. ¿Puede ma?
Marizza: No sé que dice Pablo
Santiago: Por fis, hasta que me cure
Pablo: Ya pero tengo que ir por un par de cosas a casa, ¿Si?
Rita: Mar, ¿Me puedo quedar aquí?
Marizza: Si Pablo te deja, yo feliz
Rita: Papá, por fa
Pablo: Bueno hija, pero más tarde tenés que volver con mamá
Santiago: No papá, Rita que se quede conmigo
Pablo: No sé, voy a llamar a Consuelo a ver que dice
Rita: Gracias pa
Pablo: Voy a pasar el supermercado, ¿Necesitas algo, Mar?
Marizza: De esas bolsas negras grandes para envolver el yeso a Santi cuando lo bañe
Santiago: Mi autitos que están en casa
Pablo: No cocines Mar, yo traigo la comida
Rita y Santiago: ¡McDonald's!
Pablo: No se. Ahí voy a ver

Las horas pasaban y Pablo ya había llegado con la comida del McDonald's para los nenes y comida china para Marizza y él. El almuerzo pasó bastante divertido, por momentos Marizza volvía a sentir que eran una familia.

El resto de la tarde pasó prácticamente igual, jugando juegos de mesa, viendo películas, riendo y mimando a Santiago.

Ya un rato después, Santiago había pedido ir al cuarto con Pablo porque estaba incómodo mientras Marizza y Rita quedaban preparando la cena. Cuando ya estaba lista la comida, Marizza fue a buscarlos y los vió a ambos en el computador de Pablo.

Pablo: ¿Ese te gusta?
Santiago: Si, el de policías
Pablo: Solo esos tres juguetes por ahora, ¿Si?
Santiago: ¿Cuando llegan?
Pablo: Cuando pasen unos días, te lo enviaran hasta acá - comenzó a darle besitos en la mejilla mientras Marizza estaba miraba con los ojos vidriosos - Te quiero mucho enano
Santiago: ¡Mami!
Marizza: ¿Vamos a comer?
Santiago: Sí
Pablo: Vamos - Lo alzó para llevarlo hasta la mesa

Los cuatro cenaron mientras escuchaban las diferentes historias de Rita y Santiago. Cuando terminaron de comer, Marizza se encargó de bañar a Santiago mientras Pablo limpiaba la cocina.

Marizza: Pablo, ¿Podemos hablar? - se acercó a él cuando ya Santiago y Rita estaban dormidos
Pablo: Si obvio - se sentaron en la sala
Marizza: Esto no es fácil para mí
Pablo: ¿Querés que me vaya? - la interrumpió
Marizza: Escúchame, hace unas semanas, me hice unos exámenes de sangre porque tenía sospechas de algo, y efectivamente mis sospechas eran ciertas
Pablo: ¿Que cosa?
Marizza: Estoy embarazada - dijo sin más
Pablo: ¿De verdad? - preguntó entre lágrimas y Marizza asintió con la cabeza mientras Pablo comenzaba a abrazarla y besarla - Marizza por favor te ruego que me perdones por todo, te prometo que nunca más pero nunca más voy a fallarte
Marizza: Me hiciste mucho daño
Pablo: Ya lo sé, pero estoy arrepentido, te juro que te voy a cuidar a vos, este bebito, y a Santiago. Ustedes tres, Lautaro, Rita y mi mamá son todo lo que amo. Dame una oportunidad y te juro que es la última, déjame demostrarte que puedo ser el mejor marido del mundo



Hasta acá el capítulo. ¿Marizza perdonará a Pablo? ¿Que dicen si o no?
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