Capítulo 45

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Marizza: Si Pablo, te perdono.
Pablo: Gracias mi amor - comenzó a besarla - te amo, te amo, te amo
Marizza: Yo igual te amo - se recostó en las piernas de Pablo mientras éste le hacía mimos en la panza
Pablo: ¿Y de cuánto estás? ¿Cómo te enteraste? ¿Quién lo sabe?
Marizza: Me enteré a los pocos días de que comencé a vivir acá, estoy de 10 u 11 semanas y solo lo saben vos, Mía y Mora
Pablo: ¿Mora? ¿que Mora? ¿mi mamá?
Marizza: Sip, me enteré el día del cumpleaños de Ciro. Al día siguiente vino Mora y le dije
Pablo: Desde ese día que mi mamá no me habla
Marizza: ¿Por qué?
Pablo: Por lo que hice - suspiró - ¿Mar?
Marizza: ¿Que?
Pablo: ¿No querés que volvamos a casa?
Marizza: No Pablo, yo te dije que a esa casa no vuelvo. No podría dormir en el mismo cuarto donde te vi con esa mina
Pablo: Tenés toda la razón del mundo, podemos vender esa casa y comenzar a buscar otra, ¿Te parece?
Marizza: Puede ser, este departamento nos queda pequeño
Pablo: Es verdad, ¿Mar?
Marizza: Decime
Pablo: ¿No es peligroso este embarazo?
Marizza: Sí - suspiró - por eso estoy con muchos cuidados, tomando vitaminas y todo
Pablo: Yo te voy a cuidar, te lo prometo - dijo acariciando su panza - todo va a salir bien
Marizza: ¿Cuando le contaremos a Santi y Rita?
Pablo: Más adelante, por ahora hay que mimarlo a Santiago. Deberíamos ir a dormir, mañana tengo que llevar a Rita muy temprano a lo de Consuelo para que busque sus cosas del colegio
Marizza: Tenés razón, vamos a la cama

Al día siguiente, por la mañana, Pablo y Rita se habían ido al trabajo y al colegio respectivamente mientras Marizza se quedó con Santiago en casa.

WhatsApp
Mía
Mía: Hola amiga, ¿Cómo están?
Marizza: Hola Mí, todo bien.
Mía: ¿Mi gordito?
Marizza: [Foto]

Marizza: Desayunando como el rey que es

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Marizza: Desayunando como el rey que es. Aunque ya se le está haciendo pesado y recién lleva 3 días
Mía: ¿Los puedo ir a ver? Estoy terminando con una reunión ahora y después voy
Marizza: Dale, te esperamos

Marizza dejó su teléfono de lado y siguió desayunando hasta que sonó la puerta y cuando la abrió se encontró con su vecino.

Marizza: Hola Javier
Javier: Hola vecina, ¿Cómo estás?
Marizza: Bien, pasa
Javier: Gracias, permiso. ¿Cómo estás Santi, cómo vas con el yeso?
Santiago: Mal
Javier: Pero al menos no tenes que ir al colegio, que suerte
Santiago: A mí sí me gusta ir porque estoy con mis amigos y mi hermana
Javier: Parece que no le caigo bien a tu hijo - susurró
Marizza: Es que se le hace molesto, sin poder jugar, correr
Javier: Entiendo.  - contestó tomando su café - ¿y tenés otra hija?
Marizza: En realidad es mi hijastra, es hija del papá de Santiago
Javier: ¿El pibe que estaba ayer acá?
Marizza: Sí, él es el papá de Santi
Javier:  ¿Te dijo que vine?
Marizza: No, no me dijo nada. ¿Cuando viniste?
Javier: En la mañana pero me dijo que estabas durmiendo porque habían tenido un noche muy larga
Marizza: Por Santi - dijo un poco incómoda y justo se abrió la puerta de entrada
Santiago: ¡Tía! - Gritó emocionado
Mía: Hola
Marizza: ¿Cómo entraste? - preguntó nerviosa ya que Mía no dejaba de ver a Javier
Mía: Con mis llaves - se la mostró
Marizza: Olvidé que te había dado unas copias. Mía te presento a Javier, un vecino y Javier te presento a Mía, mi mejor amiga que en realidad es como mi hermana
Mía: Un gusto - sonrió y se fue con Santiago
Javier: Mejor me voy. Gracias por el café y la charla
Marizza: De nada, nos vemos

Javier se fue y Marizza se fue a sentar con Mía que estaba haciéndole mimos a Santiago aunque al rato el pequeño se quiso ir al cuarto para ver vídeos en el computador.

Mía: ¿Y qué onda tu vecino? - preguntó cuando Marizza ya estaba de vuelta
Marizza: Buena onda - sonrió - vino a preguntar por Santi
Mía: Yo lo ví más interesado en vos que en el enano
Marizza: Pasa que Santiago no le da bola
Mía: No seas ingenua boluda, te comía con la mirada. Aunque bueno, estás soltera
Marizza: No exactamente
Mía: ¿Cómo? ¿Te metiste con el vecino?
Marizza: Ay Mía, claro que no
Mía: ¿Entonces?
Marizza: ¿Viste que Santiago quería que Pablo se quedara acá hasta que se termine de curar su pierna? - Mía asintió -  Bueno, una cosa llevó a la otra y volvimos
Mía: ¿De verdad?
Marizza: Sí, me lastimó mucho el hijo de puta pero lo amo
Mía: Vos sabés que si vos sos feliz yo también lo soy
Marizza: Gracias por todo - la abrazó

Ya en la noche, Rita y Santiago estaban dormidos en la cama de Marizza mientras ella se arreglaba para dormir y Pablo terminaba de ordenar la cocina

Pablo: Te amo - le susurró al oído a Marizza que estaba distraída
Marizza: Y yo a vos aunque te tengo una pregunta
Pablo: ¿Cuál?
Marizza: ¿Por qué no me dijiste que vino el vecino?
Pablo: Se me olvidó, no pensé que tuviera importancia
Marizza: ¿Eso o te pusiste celoso?
Pablo: ¿Y está mal si me puse celoso? - preguntó tomando a Marizza de la cintura para acercarla a él
Marizza: No sé - sonrió para comenzar a besarse hasta que sintieron unas pequeñas voces
Rita: ¿Son novios de nuevo?
Pablo: ¿Ustedes no estaban durmiendo?
Santiago: Más o menos
Marizza: Que sinvergüenzas que son - comenzó a hacerles cosquillas a ambos - pero sí, estamos juntos de nuevo
Rita: Gracias papá - lo abrazó mientras unas lágrimas caían por las mejillas de ambos
Pablo: Te prometí que volveríamos a estar los 4 juntos - le susurró
Marizza: ¿Están contentos?
Santiago: Sí - sonrió abrazando a su mamá
Rita: Nos falta un hermanito
Pablo: ¿Cómo?
Santiago: Queremos una hermanita - sonrió mientras Marizza y Pablo se miraban con cara de no querer decirles aún
Pablo: Mejor duerman
Santiago: Contanos un cuento -

Así Pablo les leyó un cuento y los arropó cuando ya estaban dormidos mientras Marizza los miraba emocionada

Hasta acá el capítulo de hoyyy
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Mi Responsabilidad - Novela Pablizza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora