𝘾𝘼𝙍𝙏𝘼𝙎 𝙋𝘼𝙍𝘼 𝙅𝙄𝙉 ; 𝘑𝘪𝘯 𝘩𝘢𝘳𝘦𝘮

𝙀𝙣𝙘𝙪𝙚𝙣𝙩𝙧𝙤 𝙄𝙑. 𝙄

Se dedicaba a observar inexpresivo el rostro de Yoongi, que le hablaba con calma, ocupándose de cada detalle en su expresión, empeorando el sentimiento de culpa que ya llevaba creciendo dentro suyo desde hacía un buen rato. Taehyung estaba arrepentido, ¿no lo tenía claro ya?

Llevaban demasiado tiempo en eso, pensó que pasado el clímax del conflicto todo se calmaría, habían hablado airadamente al mismo tiempo, al parecer también cómicamente juzgando cómo se había estado carcajeando la mejor amiga de Seokjin escuchándolos, y las muestras de disconformidad salían una tras otra como si jamás fuesen a terminarse. Incluso la chica intrusa se había cansado y ya no estaba allí.

¿Seguía siendo necesario que fuera vilmente reprendido por una mentira pequeña?

—No fue su culpa— escuchó a Namjoon carraspear —Yoongi-hyung, él solo estaba yendo hacia la biblioteca cuando Seokjin apareció y no tuvo más remedio que mentirle.

La sonrisa de Min se veía escalofriante, tal vez lo suficiente como para hacer que el Kim mayor callara y el menor buscara ayuda por milésima vez en los otros, pero Jimin se dedicaba a ver igual de asustado la escena mientras Hoseok no despegaba sus ojos de la puerta, queriendo irse al taller de baile lo más pronto posible.

Y bueno, Jungkook no contaba como ayuda ni siquiera de cerca, porque él a diferencia de Yoongi, que solo le regañaba por mentirle a Seokjin, estaba resentido.

Lo raro es que no sabía porqué, y Tae detestaba estar peleado con cualquiera de ellos. Los quería demasiado, no había sido su intención tomar ventaja en absoluto.

—¿Y no fue su intención hacerlo dos veces?

En el instante que vio los ojos de Namjoon mirar a otro lado mientras el mismo se mordía los labios apretando su rostro, supo que no tenía ninguna palabra que decir en su defensa para esa acusación.

¡Pero él sí!

¡Y es que nada había sido a propósito!

Sin embargo, contrario a lo que hubiera esperado, Yoongi volvió a hacerse oír en un largo y cansado suspiro, mientras se masajeaba con aparente irritación el puente de la nariz. Se veía malhumorado, pero sereno, y Kim ni siquiera quería pensar en cómo eso era posible.

Bien, era cierto que él se veía como el malo de la película, aprovechando para tener contacto con Jin aún cuando no habían planeado moverse todavía y la situación había sido tensa en los últimos días por el comienzo del rechazo del mayor, pero no era el villano.

Había querido decirle que fuera claro, no hizo ningún plan y tal vez ese fue su error, así al menos hubiera previsto que se pondría nervioso quizá superando el nivel de por sí raro de tolerancia a la presión de Hoseok, y su cerebro habría estado preparado para decir cualquier otra estupidez que no implicara cambiar por completo su rol en la historia.